07/02/2022

Nunca es demasiado tarde

Todas las personas, desde que nacemos hasta que partimos de aquí, estamos dentro de un proceso de aprendizaje. Esto aplica a todos, aunque no seamos conscientes de ello. Y esta es una tarea de gran importancia en nuestra vida. Una de las actitudes más saludables para un ser humano es tener el deseo constante de aprender.

Sin duda que se trata de una experiencia placentera, tengamos la edad que tengamos, aunque esto pueda resultar más claro en la niñez. Lo cierto es que, así como de chicos nos encantaba aprender a comer, a lavarnos los dientes, a caminar y a andar en bicicleta, de grandes jamás deberíamos dejar de aprender.

“Pero, Bernardo, yo ya estoy grande para estudiar”, me han comentado en más de una oportunidad. Si este es tu pensamiento, permitime decirte que aprender está al alcance de todos y nunca es demasiado tarde. Dicen los sabios judíos que uno debe intentar aprender de todo, de todos, todo el tiempo.

Esto quiere decir que ninguna institución educativa, por muy buena que sea, tiene la responsabilidad de que nosotros aprendamos. De lo contrario, todos dejaríamos de aprender al finalizar la escuela o la universidad. Y hay mucha gente que, por diversas razones, no tiene la posibilidad de estudiar en la infancia y la adolescencia.

Como padres, es nuestra tarea animar a nuestros hijos a estudiar y acompañarlos en este proceso para que se dediquen totalmente a ello; pero nuestro objetivo en la vida no debería ser estudiar sino aprender, lo cual no es lo mismo. Si estamos atentos, nos daremos cuenta de que es posible aprender algo en toda oportunidad, como lo hacíamos en los primeros años de vida.

La mayoría de nosotros, al crecer, cambiamos patrones simples sobre el funcionamiento del mundo por patrones complejos. Entonces, cuando tenemos alguna vivencia hoy en día, como concurrir a escuchar una conferencia, llevamos una idea preconcebida. Y, aunque recibamos estímulos sensoriales a través de la vista, nuestro cerebro recurrirá a modelos previos.

Lo aconsejable para ser eternos alumnos es construir nuevos modelos mentales a la hora de percibir la realidad. Y suele suceder que, cuanto más aprendemos, más nos damos cuenta de que no sabemos mucho. Todos necesitamos aprender y deberíamos hacerlo hasta el último día, cual niños ávidos de incorporar información.

No hay excusas para dejar de aprender, aun cuando no lo hagamos formalmente. Si sentís que ya es tarde, necesitamos saber que el objetivo de una persona es ir mejorando con el correr del tiempo. Si un niño no aprendiera a caminar, dependería de sus padres toda la vida.

El conocimiento es una construcción que realizamos durante toda la vida y nunca está terminada mientras respiremos. Aprender cosas nuevas a diario nos brinda la posibilidad de guardar datos que podremos utilizar más adelante. Recordá: nunca es demasiado tarde para aprender.

 

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