ESCUELITA FORMATIVA DE FÚTBOL

| 18/01/2022

Los Diablitos dieron maravilloso ejemplo de vida en Villa Carlos Paz

Los Diablitos dieron maravilloso ejemplo de vida en Villa Carlos Paz

Fomentar y acompañar la actividad deportiva infantil en los barrios es fundamental para mejorar la calidad de vida y brindarles a los chicos y chicas un abanico de posibilidades en el futuro. Los Diablitos está compuesto por 98 nenes y nenas; ya están haciéndose conocer y la labor que desarrollan es digna de difundir.

Gastón Barría es profesor de Educación Física, y junto a su compañera y un amigo, Ricardo Valles, tuvieron la idea de crear una escuelita formativa de fútbol con la firme convicción de convertirse en un club deportivo.

Por ahora entrenan en la cancha del SOYEM y en el Velódromo y allí acuden chicos y chicas de los barrios Nuestras Malvinas, Nahuel Hue y San Francisco. La idea tomó forma el 27 de noviembre de 2019, e incluye categorías 2017 hasta 2008, en femenino, masculino y mixto.

Gastón, en diálogo con El Cordillerano comentó: “Trabajo para el municipio en lo social, hasta hace muy poco en los CAATs y ahora en el Cumen Ruca que es un CDI para jóvenes y adolescentes, pero siempre me gustó desarrollar actividades en los barrios”.

“Conozco un poco el territorio, la visión y la misión de nuestra escuelita es a través del fútbol tratar de abordar temas relacionados con el núcleo familiar con la firme meta de crear personas con valores y no jugadores competitivos”, dijo.

 

El primer viaje

Uno de los grandes momentos que llenó de felicidad a todos fue el primer viaje que realizaron a Córdoba hace pocos días. Se trató de un torneo de nivel nacional al que asistieron dos categorías de Los Diablitos, siendo 18 nenes y un total de 57 personas entre papás, organizadores y niños.

“Algunos nos criticaron diciendo que fuimos con muy poca preparación, pero lo que buscamos fue que vivan la experiencia, no que se trajeran trofeos” enfatizó. De todas maneras regresaron con premios por subcampeón de Copa de Bronce y de Fair Play.

Todos los gastos de ese viaje fueron costeados en base al esfuerzo; “venta de empanadas, pizzas, rifas y bingos, incluso pusimos un stand en la feria de la calle Otto Goedecke” dijo muy orgulloso Gastón.

Casi tres meses de estas actividades permitió reunir la suma que necesitaban, “se nos ocurrió hacer una bandera con sponsors y cada uno puso 3 mil pesos por única vez, así tuvimos el acompañamiento de comercios chiquitos sobre todo de los barrios”.

 “Pudimos hacer 1.550 kilómetros y llegar a Villa Carlos Paz con 18 chicos que no habían salido de Bariloche, eso es lo que nos enorgullece” comentó. Agregó “poder abrirles un montón de puertas donde ellos y sus padres vean que en solo dos meses y medio logramos juntar casi un millón cien mil pesos de los cuales las familias no tuvieron que poner nada”.

Allá llegaron a un hotel tres estrellas con pileta y bufet, “los chicos se levantaban y se servían lo que quería, fue un hermoso sueño para todos”.

Más allá de alguna que otra crítica, el que hayan podido vivir esa experiencia es lo más gratificante. “Salir del barrio, de la ciudad y conocer que existen infinitas posibilidades en su carrera deportiva sin dudas les aporta ilusiones y los llevará a otros proyectos”.

El primer partido del torneo lo perdieron 17 a 0, “los chicos disfrutaban y en ningún momento perdieron la sonrisa, se habían enfrentado a la selección de Uruguay de su categoría, no era una escuelita de barrio como la nuestra”. Esta actitud llamó la atención de los rivales “les decían a sus chicos que así hay que ser”.

Tanto la 2011 como la 2013 recibió el premio Fair Play, un reconocimiento concedido por la FIFA a todas aquellas personas o entidades que demuestran y fomentan una excelente conducta o actividad deportiva y profesional.

Las buenas actitudes y reacciones se vieron dentro y fuera de la cancha “nuestra hinchada nunca faltó el respeto a jugadores ni árbitros, siempre apoyando y alentando a los chicos y eso no se veía en otros equipos”.

Esa falta de presión de parte de los padres es fundamental para que continúen con la actividad deportiva que les apasiona. “Nosotros les enseñamos a jugar y no a competir entonces es muy grande la diferencia”.

Club social

Lo que pretenden en esta etapa del camino es convertirse en un club social y deportivo, “estamos en proceso de crear nuestra comisión y Personería Jurídica y de ahí en más comenzaremos a golpear puertas buscando apoyo económico”.

Formar su sede social para trabajar lo futbolístico y deportivo y crear un espacio de recreación, clases de apoyo, merendero o acompañamiento a sus familias es otra de las metas.

No cuentan aún con lugar propio donde construir esa sede, “estamos en la expectativa de poderlo conseguir, contamos con el apoyo incondicional de las familias y esa es nuestra fortaleza”.

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