Nuria Banu es vasca y vive hace nueve años en el Hoyo. Hace un año el fuego inmenso la rodeó y diseñó una imensa pesadilla para muchas personas del lugar. Algunas casas -entre ellas la de Nuria- se salvaron porque apareció la lluvia después de incontables miradas al cielo. 

El 14 de abril de 2021 dieron por extinguido el incendio en el paraje Golondrinas. El fuego afectó cerca de 13 mil hectáreas. 

“Cuando se apagaron las llamas, nos juntamos cinco vecinas y dijimos que íbamos a hacer todo lo que podamos para ayudar”, recordó y mencionó que el primer paso fue pedir un camión de ladrillos. Entendieron que era una acción muy rápida y efectiva para contribuir a la reconstrucción del barrio. 

Las cinco mujeres le dieron forma al grupo Vecinas del Amor. 

Nuria conocía a un ladrillero en la localidad de Allen, en el Alto Valle de Río Negro. Le planteó la situación y aceptó gustoso colaborar con el plan solidario. Mantuvo entonces el precio de los ladrillos durante todo el año. 

El 4 de enero, el grupo recibió el camión número 17 y medio. Cada camión -explicó- trae entre 10.000 y 12.000 ladrillos aproximadamente. “El criterio de distribución es un poco para cada familia. Hay gente que solo recibió lo que nosotros le dimos”, contó Nuria y mencionó a una vecina que está a cargo de dos personas con discapacidad y le entregaron solo un plástico. 

Fueron ya 130 familias las beneficiadas con esta iniciativa solidaria. 

En agosto la organización tuvo una complicación porque el banco impidió continuar con los movimientos que se generaban con las donaciones. “Hay normas del sistema que no entendemos mucho. Las cosas siempre estuvieron claras, los ladrillos se pueden ver”, comentó. Esa traba no impidió que continuaran recibiendo colaboraciones. 

Por ejemplo, el club Frontera de Lago Puelo llevó adelante una gran subasta para reunir dinero y, luego, repartieron 12 mil ladrillos a las personas que figuraban en la lista de vecinos a ser beneficiadas. 

“Además, en el día de Navidad nos llamó una persona y nos dijo que teníamos un camión para distribuir”, contó contenta Nuria que -dice- agradece todos los días vivir en El Hoyo. 

Ahora los aportes se pueden realizar también a través de criptomonedas. La forma se puede descubrir en la cuenta de Instagram que tiene Vecinas del Amor. 

“En mi pueblo se dice que la vaca no es de donde nace, sino de donde pace”, apuntó Nuria que se enamoró de un portugués y para confirmar una teoría ridícula terminaron en Buenos Aires. Más tarde, el viento los empujó a conocer La Comarca Andina. El paisaje es muy parecido al que conoció siempre. A eso se agregó la gente que es solidaria. “Ese es el mundo que me gusta a mí”.