Alcohólicos Anónimos Bariloche continúa, al igual que el resto del año, con las reuniones presenciales y dos encuentros de manera virtual.

Es muy fina, casi imperceptible, la línea que divide el consumo social de alcohol de la adicción. José es uno de los coordinadores de los grupos y en diálogo con El Cordillerano habló de la problemática e invitó a quienes lo deseen a sumarse.

No hay requisitos etarios ni religiosos, por lo que cualquier persona se puede acercar a los encuentros. “El alcoholismo abarca a la sociedad en general, no hace distinción de edades y nos gustaría que vinieran más jóvenes”, aclaró.

Dio una primera definición de gran importancia: “Es una enfermedad de autodiagnóstico y no depende de la cantidad de alcohol que consuma, sino de cómo está afectando su vida personal y de la necesidad que tenga de seguir tomando”.

Dijo: “Hay gente que toma poco, pero debe hacerlo de manera permanente, algunos beben alcohol cada tres días, pero si llegado el momento no lo tiene, su comportamiento y su conducta cambian”.

Aclaró que es progresivo y mortal: “Uno va a rechazar siempre la posibilidad porque lo que menos quiere es dejar lo que cree que más lo ayuda y no nos damos cuenta de que nuestro enemigo es el amigo que más defendemos”.

El alcoholismo es una enfermedad de autodaño y de no querer darse cuenta. No es necesario llegar a un estado de salud terminal para decidirse a pedir ayuda. “No solo afecta al que consume sino a su familia y la sociedad, todos los días vemos en el diario los accidentes que son provocados por el alcohol”.

“Siempre digo que esto es como jugar a la ruleta rusa, no con su cabeza sino con la de los seres que más quiere, no se da cuenta, cree que maneja la situación, pero no es así”.

En realidad hay que entender que uno solo no puede salir de este flagelo. “Yo prometí muchas veces que no iba a tomar más, después esas promesas las iba achicando a un año o a un mes y nunca las pude cumplir”.

Agregó: “La sugerencia que les doy es que se den una oportunidad, que se acerquen a los grupos, que hablen, que un día se manifiesten y puedan decir qué es lo que les pasa, aunque crean que aún no tienen el problema”. Después decidirán qué quieren hacer.

Habló del motivo principal por el cual una persona consume alcohol: “Por no hacerse cargo de la realidad, como en cualquier adicción”.

“Ese trabajo con uno mismo a veces es imposible en soledad, pero contando con otros pares sí se puede lograr, el alcohol atrae y eso es verdad, pero Alcohólicos Anónimos también atrae cuando uno se da cuenta que hay una vida mejor”, valoró.

Todo el tiempo somos libres de elegir, “pero mientras uno esté atrapado en una botella no tiene otras opciones hasta que decida pedir ayuda”.

Una vez que se pide esa ayuda la vida es diferente, “a partir de ese día hay una mejor calidad de vida, hay un porvenir, hay una luz”. Agregó: “El alcohólico vive en una tiniebla y en el fondo sabe que su único futuro es la muerte”.

Lo que quizás se inició como un consumo social, a medida que pasa el tiempo se transforma. “Llega un punto en el que se va quedando solo, algunas veces por decisión propia porque él mismo se aleja de los que no toman tanto”.

Luego hasta los que tomaban con él lo van dejando de lado, “porque molesta, se pone agresivo o cambia su conducta”.

Las Fiestas

Consultado acerca de si en la época de Navidad y Año Nuevo hubo un incremento de asistencia a los grupos, José dijo que sí. “Pero también hubo muchas bajas de gente que venía asistiendo a los encuentros, así que la cantidad es prácticamente la misma”.

El punto es que los que recayeron por lo menos el mensaje ya lo tienen, será cuestión de tiempo que decidan regresar. “Lo importante es que vengan los nuevos y Alcohólicos Anónimos está funcionando muy bien en todo el mundo, no es un invento de unos pocos”.

Aunque no es lo ideal, es entendible que alguien tenga una recaída, “este es el último tren y vienen levantando la vía, después de esto no viene nada más que la internación o la muerte”.

Alcohólicos Anónimos es el primer peldaño de la escalera para salir del infierno que están viviendo.

Encuentros

Hay diversos grupos, el de Don Bosco funciona en el primer piso del colegio de calle Beschtedt, los días lunes, miércoles y viernes a las 18 horas. En la parroquia del San Francisco de Asís, en el Ñireco, a las 19 los martes y jueves, y los domingos en la parroquia del Carmen, de Pasaje Gutiérrez y Brown.