Diversas medidas probatorias despliega por estas horas la fiscalía y aguarda los resultados para saber si cuenta con alguna evidencia que permita inclinar la balanza por alguna de las hipótesis investigadas. Todavía no se puede descartar una muerte accidental ni tampoco criminal.

Según confiaron fuentes del Ministerio Público a El Cordillerano, la Oficina de Investigaciones en Telecomunicaciones (Oitel) trabaja incansablemente en la pesquisa de una línea telefónica de la que se realizó una llamada a la familia del joven fallecido.

De acuerdo a los dichos de la propia familia, cuando aun Diego Santana estaba desaparecido, un llamado los alertó de que había sido asesinado.

En paralelo, se aguarda el resultado de un estudio toxicológico y de alcoholemia que se encargó a un Laboratorio Especializado de Cipolletti y que podría aportar algún elemento en relación a las condiciones del infortunado joven al momento de producirse su deceso.

En la misma línea, los investigadores aguardan estudios complementarios de autopsia, que se requirieron para profundizar el examen del cadáver y obtener algún indicio que releve lo ocurrido.

Las fuentes consultadas señalan que son muchas más las medidas probatorias ordenadas en el legajo judicial y según se explicó, son todas medidas que se consideraron útiles y pertinentes para avanzar en la investigación, en el marco de una pluralidad de elementos que se tienen en la causa.

En tal sentido, se explicó que aun no se agotaron las pruebas que permitan asegurar o descartar cualquiera de las hipótesis que se investigan.

Lo ocurrido con Santana en sus últimas horas de vida todavía es un misterio. Su familia denunció su desaparición desde el jueves 7 de octubre y su cuerpo fue hallado recién el martes 12. Y todavía hay muchos cabos sueltos.