Este sábado, a partir de las diez de la mañana, nuevamente abrió sus puertas la feria de la Fundación San José Obrero con una enorme oferta de productos y servicios.

La Fábrica de Futuro está pasando por uno de sus mejores momentos, más de 150 personas, por medio de los talleres de oficio, van reencontrando una salida laboral, además del acompañamiento y contención que se brindan mutuamente.

La feria ofrece bijouterie, productos elaborados de pollo, panadería y repostería casera, artículos en madera, herrería, plantines, dulces y conservas, aceites y cremas naturales, tejidos, muebles, electrodomésticos que han sido reparados en los talleres y muchas cosas más. También servicio de reparación de artefactos a gas. Uno de los talleres más nuevitos es el de corte y confección y en la feria estuvieron ofreciendo las cartucheras que realizaron.

La Fábrica de Futuro es un proyecto que vienen dando paso a paso para no errar el camino. Fernando Fernández comentó: “Desde hace dos años que estamos con mayor impulso, una cosa era manejarnos con 20 personas y otra es ahora que ya hay 150 chicos y chicas de manera estable distribuidos en todos los grupos productivos”.

Cada viernes se reúnen los integrantes de todos los talleres y comparten un almuerzo, manteniendo el protocolo sanitario, tal como lo hicieron a lo largo de toda la pandemia. Esto sirve además para compartir novedades y experiencias.

En el San José Obrero no saben decir no. Cada tanto llega alguno de los pibes o pibas con un amigo para poder sumarlo y así siguen creciendo. Ya cuentan con los planos de la Fábrica, “ahora viene la parte de remar muy fuerte para la obra grande”.

De manera provisoria fueron creando espacios porque el clima no acompaña para planificar talleres al aire libre. “Hace pocos días habilitamos el de mecánica que tiene 120 metros cuadrados y el de herrería de 60 metros”.

La nueva construcción con los pórticos intentarán finalizarla en noviembre: “Esa es más grande para carpintería porque la idea es comenzar a fabricar módulos habitacionales, son aproximadamente 90 metros cuadrados”. Además, cuentan con la sede de alrededor de 300 metros. Pese a esto, el crecimiento de la Fábrica es tan vertiginoso que ningún espacio alcanza.

Pedido

El San José siempre ha tenido el acompañamiento de empresas y comercios locales que valoran mucho. “Están atentos a ver en qué pueden dar una mano, en la conferencia de orensa que dimos estuvo Lagar, de Tienda de Mascotas y él pidió a colegas de la ciudad que se acerquen y sumen porque aunque parezca insignificante la ayuda, los pibes y pibas lo transforman y multiplican”.

“Necesitamos mucho el apoyo de los privados porque no se trata solo de generar un espacio, a eso hay que sumarle herramientas, máquinas y materiales de construcción”, dijo Fernández.

Adiós a una etapa

Fernando Fernández durante cinco años fue docente en la Escuela Técnica Nehuen Peuman de Fundación Gente Nueva y, ahora, tuvo que retirarse de esa institución para dedicarse de lleno al San José Obrero.

“Ahora nos habilitaron como escuela de gestión social laboral, quedé como director y lo más fuerte comienza el año que viene”. Sus horarios ya no serán compatibles. “Con dolor tuve que dejar la Nehuen, estuve en la etapa de todo el desastre de la Sedronar y a mí esa escuela me salvó la vida porque a los 47 o 48 años con el sistema patriarcal que vivimos y con cinco hijos, quedarse sin trabajo no fue simple”. Admite que ese espacio le dio la estabilidad y la fuerza para armar el San José Obrero.