UNA MUERTE ANUNCIADA

| 03/08/2021

Las denuncias que podrían haber evitado el femicidio de Guadalupe

Las denuncias que podrían haber evitado el femicidio de Guadalupe

El 12 de julio a las cinco de la mañana, Guadalupe “Juli” Curual se acercó a la comisaría N° 28 de Villa La Angostura, para presentar una denuncia contra el hombre con quien mantenía una relación desde hacía dos años, Bautista Quintriqueo, padre de su hija, la que, en ese entonces, tenía cinco meses.

“En un principio, mi pareja no era violenta conmigo”, contó la joven, aunque advirtió que, al tiempo, notó “sus primeras reacciones”.

Y aclaró que la furia no solo era “verbal, sino también física”.

“He sufrido patadas, empujones, que me agarre del cuello”, enumeró Juli, y explicó que vivían “en la parte trasera del domicilio de los padres de Juan Bautista”, donde solo contaban con una habitación.

Sobre la situación puntual que la había movilizado a efectuar la denuncia, contó: “Me encontraba acostada con mi hija, y en un momento de la noche fui al baño, al sector delantero (vivienda de mis suegros), donde estaba Juan Bautista, tomando alcohol, tocando el acordeón con su padre y un amigo”.

Ante ese panorama, lo llamó para explicarle que estaba incómoda: “Le dije que me molestaba la situación de que nos dejara atrás en la pieza a nosotras y él estuviera adelante”.

Tras expresarle lo que sentía, se encaminó de regreso a la habitación.

“Él me siguió por un pasillo oscuro, externo de la vivienda, me dio empujones, me agarró del cuello y me insultaba”, aseveró.

Indicó que, tras un intento de la madre de Bautista por detenerlo, había conseguido llamar a unas amigas, quienes avisaron a la policía. Minutos después, cuando llegó un móvil de la fuerza, se resguardó dentro.

A los seis meses, en otra denuncia, Juli expuso que, ya separados, cuando fue a retirar a la hija en común a la casa de Bautista, ya que la beba se quedaba con el padre mientras ella trabajaba, él comenzó a pedirle explicaciones sobre su vida personal. Le contestó que no la molestara, que tenían que estar bien por la nena. “Me agarra del brazo y comienza a zamarrear, arrojándome al suelo”, señala al describir la situación.

La muchacha afirmó, además, que un par de días antes Quintriqueo había ingresado a su casa sin anunciarse y, cuando ella le pidió que se retirara, le mostró un cuchillo y la amenazó: “Tené cuidado”.

“Yo con esta denuncia quiero que mi expareja me deje de molestar”, exclamaba la joven, para luego remarcar: “Solicito que nos designen un lugar para que realicemos la entrega de nuestra beba en presencia de un testigo”.

La última denuncia lleva la firma del oficial subinspector Roberto Yevenes, quien se encontraba con Juli cuando Bautista la atacó -y finalmente mató- el 23 de febrero de este año, ya que la joven y el efectivo habían comenzado una relación. El propio policía recibió heridas de importancia esa noche.

Denuncia de Guadalupe Curual, con la firma de Yevenes.

El hermano de la muchacha, Esteban Curual, encontró, en una carpeta donde ella guardaba sus papeles personales, estas y otras denuncias.

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