La Fundación San José Obrero en lo que va de la pandemia, ha tenido un año insuperable en cuanto al avance rumbo a la tan ansiada Fábrica del Futuro. Esta semana pusieron los pórticos, primera estructura hecha de cero, en el lugar en que funcionan.

Hasta ahora solo habían sido remodelaciones, ampliaciones o la creación de espacios provisorios donde seguir trabajando en los diversos talleres. El equipo del San José en base a la educación, el trabajo y la familia apostó a un camino en comunidad que los lleve hacia un futuro cercano tan esperado.

Sus impulsores saben que completar el proyecto de la Fábrica del Futuro va a llevar un tiempo más, pero la acción es día a día y son muchos los que colaboran para que esos plazos se acorten. Ya les han prestado el tercer contenedor y aunque están trabajando en grupos reducidos, los sectores productivos de construcción, herrería y carpintería no han dejado de funcionar. A pesar de las muy bajas temperaturas, la mayoría de las actividades las realizan al aire libre.

Los grupos de gastronomía, arreglo de electrodomésticos, computadoras, tejidos artesanales, reparación de bicicletas y de mecánica estuvieron suspendidos por estas dos semanas, lo mismo que los de radio y gráfica y páginas web. El programa de radio lo mantienen en el aire de FM Gente de Radio.

El esfuerzo es de cada uno de los integrantes de la gran familia del San José; madrugar, trabajar y compartir los espacios de una manera amigable y comprometida.

Ese esfuerzo no solo es de parte de los pibes y pibas, Fernando Fernández Herrero hace un llamado a los empresarios y funcionarios “hay que invertir en la juventud porque es un buen negocio y termina haciendo que socialmente se ahorre mucho dinero, son una energía desaprovechada dentro de la comunidad”.

Todos necesitan un lugar positivo, cargado de afecto de familia, trabajo y capacitación para dar lo mejor de sí. “A la corta pagamos los costos de la consecuencia de dejar al mayor sector productivo de la sociedad fuera del sistema, que se haga la cuenta de cuánto gastamos en todos los dispositivos que se dedican a contener las consecuencias de esa exclusión, millones de pesos y cuando uno pretende generar circuitos y redes necesita solo un diez por ciento de todo ese dinero pero te dicen que la plata no está”. Una integración de la que todos de una manera u otra, podemos ser parte.