Son muchas las personas que dedican parte de su vida para mejorar la calidad de vida de los animales. Patricia Levin y su esposo Germán Vargas, viven en el 400 Viviendas, pero con un carrito, recorren otros barrios llevando alimento a los perros callejeros. Además, se organizan para llevarlos a castrar y todos los costos corren por cuenta de ellos. Un detalle no menor es que en su hogar tiene 18 perros.

Madre de tres hijos, Patricia tuvo la inquietud de poder ayudar, “mi hija me dijo que no diera más vueltas y me anotó en el grupo Dejando Huellas con los que estuve 6 años”. Iba cada domingo a la perrera municipal llevando dos tachos grandes de 20 litros con comida casera.

“Lo duro era el momento de irse, además empezamos a recorrer los barrios y llevarlos a la veterinaria y a pedir ayuda en las redes sociales para solventar los gastos” dijo.

Vio que eran cada día más los perros callejeros que no tenían alimento y así arrancó “anotaba también si veía una perra para esterilizar, si tenía dueño le contaba que les iba a conseguir un turno y si no podían, lo llevábamos nosotros”.

Esta acción no pasó desapercibida y a partir de allí, cada vez que un vecino ve un perro herido o abandonado, la llaman. “Eso agota porque cada día son más llamados y la gente se involucra solo hasta avisarme, pero ese perro sigue comiendo, la atención veterinaria, los medicamentos y una futura adopción, es mucho”. Este es un tema que agota a la mayoría de las y los rescatistas de perros y gatos.

“Es fácil mandarme un mensaje diciendo que desde el micro vieron un perrito lastimado en una esquina pero tienen que mirar qué más pueden hacer si es que realmente les importan los animales”, reflexionó.

Luego de Dejando Huellas, se pasó a Hocicos Felices, “era un grupo muy lindo pero por el agotamiento se disolvió”.

Cristina Douglas es la otra integrante de Patitas del Alto, “nuestro lema es 'Todo sea por los perros', y pensando en ellos es que no le aflojamos, aunque cada día cueste más” dijo. Ella también ha participado de otros grupos.

¿Por dónde empezar?

Es sabido que perros callejeros hay en muchísimos barrios de la ciudad entonces al momento de comenzar a alimentarlos surgió la primera pregunta ¿por dónde empezar? “A medida que recorremos las calles vamos viendo casos específicos y así armamos un primer recorrido”.

No es fácil identificar al perro callejero del que tiene dueño porque casi todos, tienen libre acceso a la calle. “Hay gente que no tiene dinero para cercar su patio y el que lo hace, le abre el portón para que ensucie en otro lado”, se lamentó.

Cristina agregó “falta mucha concientización de la comunidad, uno entiende los problemas económicos pero va más allá de eso porque siempre hay alguna manera de cerrar para que no estén sueltos”. Patricia agregó “y que al menos una vez al día coman algo”.

Adoptar una mascota es un compromiso de por vida “en la pandemia mucha gente se tuvo que mudar y ha abandonado a sus perros o gatos”.

Doce años recorriendo los barrios, “hacemos relevamiento para llevarlos a castrar y quiero agradecer la buena predisposición de la gente de Zoonosis, Cristina es la que los lleva y los trae”.

El carrito

Al principio hacían caminando todo el trayecto, después Germán le hizo un carrito donde cargar las ollas. Tiempo después se pudieron comprar un jeep, “los perros nos veían llegar a alguna loma y ya venían corriendo a nuestro encuentro” recordó con gran emoción. Ese carrito sigue vigente una vez por semana.

Los costos veterinarios no es algo que se pueda evitar al momento de encontrarse con un animal lastimado, “salga lo que salga uno se compromete a pagarlo, hay muchas perritas con tumores”. La Veterinaria de la Ruta les hace un importante descuento, pero nunca llegan a saldar la deuda porque continúan llevando animales.

Al ser consultadas de cuál sería la punta del ovillo para que termine tanto abandono y desidia con respecto a las mascotas dijeron, “con más tareas de concientización en las escuelas y en los barrios, los más chiquitos llevan el mensaje a sus familias”.

“Que tomen más conciencia, que sepan que un animal requiere cuidados, que tienen sentimientos”.

Ayudar

Nahuel Hue, El Vivero, 29 de Septiembre, “donde se instala una toma llegan también muchísimos perros” dijo. El alimento es en base a donaciones y lo que falta, lo ponen de sus bolsillos “un solo recorrido son casi 50 kilos de alimento a los que sumamos cuatro tachos de comida casera”.

La situación económica ha llevado a que cada día sean menos los aportes de los vecinos, es por ello que necesitan el apoyo de los amantes de los animales, para poder seguir adelante con la enorme tarea de amor y compromiso.

Pueden sumar alimento balanceado, arroz o restos de carne y huesos, además están recibiendo palets, bolsas de comida vacías, maderas para seguir haciendo cuchas y colchones viejos paras los callejeritos. El teléfono de contacto de Patricia es el +54 9 2944 81-5496.