BOMBERA QUE RESCATÓ A UN NENE DE DIEZ AÑOS

| 02/06/2021

“Sacamos la tierra con la manos hasta que finalmente, tocamos su espaldita, estaba vivo”

“Sacamos la tierra con la manos hasta que finalmente, tocamos su espaldita, estaba vivo”

El Día del Bombero Voluntario Nacional, es un buen momento para conocer un poquito más sobre la vida de los integrantes de los cuerpos activos y de los cuarteles a los que pertenecen.

Vanina Susa es bombera del cuartel Centro, de calle Yatasto, “hice el curso de ingreso en Punta Alta, Provincia de Buenos Aires, y en el 2012, pedí el pase y me incorporé en el cuartel de Bariloche”.

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Habló de cómo sintió la necesidad de ser bombera; “enfrente de mi escuela primaria había un monumento al bombero, que veía todos los días a la salida, además el cuartel estaba muy cerca de mi casa, así que escuchaba cada vez que sonaba la sirena”.

Agregó, “me intrigaba saber qué era todo eso, a medida que fui creciendo me interesé mucho más y cuando empezaron a aceptar mujeres no lo dudé”.

Llegó el momento de inscribirse al curso, “para mi familia fue algo muy raro porque no había ningún bombero, pero lo tomaron muy bien y siempre tuve su apoyo”.

Ya con 35 años, su madre la sigue llamando por teléfono y siempre le reitera que se cuide mucho, “cuando vivía con ella era la que me daba las llaves y me abría la puerta enseguida para que fuera a una asistencia”.

El curso duró nueve meses y como mujer se sintió muy contenida, “la verdad que mis compañeros de cuartel me recibieron muy bien, en la parte física tenía que entrenarme sino, no me daba el cuerpo”. Eso fue en 2006.

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Primera salida

Recuerda su primera salida “fue un incendio forestal en un campo, algo muy fuerte porque se nos rompió el camión y el fuego se nos venía encima, logramos salir pero me quedó muy grabada”. Aclara que le gustan los desafíos de esta clase de incendios pero reconoce que los de Punta Alta son muy distintos a los de nuestra zona.

Dentro de una cantidad enorme de situaciones vividas a lo largo de su vida como bombera, hay algunas lindas y otras muy tristes. Decididamente, quisimos que nos contara una agradable.

“Una inolvidable fue cuando en mi ciudad, rescatamos a un nene que quedó atrapado en un pozo. Con una pala muy chiquita había decidido hacer un túnel muy profundo y salir en otro extremo alejado”.

Un nene de diez años con alma de topo, “se le desmoronó la tierra, por suerte sus amigos dieron aviso, llegamos y con los minutos contados empezamos a escarbar, sacar lo que más podíamos de tierra hasta que finalmente, logré tocar su espaldita, estaba vivo”, dijo muy emocionada.

Agregó, “por suerte al momento de quedar atrapado, quedó boca abajo y eso nos dio un poquito más de tiempo para que el rescate fuera exitoso”. Tuvieron que ir moviendo la tierra con las manos porque con las palas podían lastimarlo ya que no sabían dónde estaba.

A la semana el nene tuvo la iniciativa de ir al cuartel, “quiso venir a agradecernos a los que le habíamos salvado la vida, nos llevó un regalo, verlo caminar y con esa sonrisa inmensa fue algo muy muy fuerte”.

Nunca se arrepintió de ser bombera, “uno a veces por cuestiones de la vida misma siente que se le complican las cosas pero no he tenido ese sentimiento, es y será un orgullo ser parte del cuerpo activo”.

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