Los cuarteles de Bomberos Voluntarios están distribuidos en lugares estratégicos de nuestra ciudad. Han debido sumar equipamientos y capacitaciones para poder dar una mejor respuesta ante el enorme crecimiento poblacional.

La oficial primera Lorena Oyarzún está a cargo del cuartel Campanario, ubicado en el kilómetro 20 de Avenida Bustillo. Este año va a cumplir 24 años en la institución y contó qué la impulsó a tomar la decisión, “mi hermano es bombero, entró en el año 95 cuando se inauguró este cuartel, yo había terminado el secundario, me quedaba tiempo libre, vivía a una cuadra, entonces decidí inscribirme”.

En diciembre de ese año abrieron el llamado a aspirantes, cuyo curso era de seis meses de duración, y ella no lo dudó, “en ese momento ya habían cuatro bomberas en el cuartel”.

El hermano de Lorena actualmente es el segundo jefe de Campanario, “desde muy chica lo veía como mi héroe porque sonaba la sirena y salía corriendo, yo miraba todo lo que hacía, asistía a los cursos y estaba presente en todas las reuniones, había mucha gente joven y eso también fue un incentivo para querer ser bombera”.

Bomberos Voluntarios de Campanario

Se siente orgullosa: “Formar parte de aquél primer grupo me llenó de orgullo y hasta el día de hoy siento que fue la mejor decisión de mi vida”. Su hermano, en ese entonces no pensó lo mismo, “no le gustó nada porque sabía que era algo peligroso, igual no le hice caso” dijo riendo.

“Durante el período de preparación vas viendo lo que significa y en cada capacitación aprendés a cuidarte un poquito más, somos un equipo afianzado y nos cuidamos entre todos”. Confían ciegamente en su compañero “en cada intervención sabés que estás muy cuidada y vos cuidás al otro de la misma manera, es algo recíproco”.

Sus padres, al enterarse que quería ser bombera, reaccionaron muy bien “obviamente que antes de salir a una emergencia me decían que me cuidara mucho, esa preocupación está presente pero el apoyo de la familia es fundamental”.

Lorena tiene una hija de 15 años, “Vicky creció dentro del cuartel de Campanario entonces mamó desde muy chiquita lo que es la familia bomberil”.

Son muchas las historias que ha sumado a lo largo de estos años, “cada salida es diferente y especial pero recuerdo una vez cuando tuvimos que llevar a una chica que estaba en trabajo de parto”. Explicó, “también estamos para las cosas lindas y ahí ves lo que es la vida, estar compartiendo con una desconocida la llegada de su hijo a este mundo fue maravilloso”.

Para las situaciones dolorosas cuentan con contención, “cuando volvemos de una salida armamos una rueda de charla, ahí emocionalmente si es necesario quebrarse lo hacemos, lloramos o reímos pero todo eso queda dentro del grupo”.

También por medio de la escuela de capacitación de la Federación tienen psicólogos de otras instituciones, por ejemplo del cuartel de Melipal o de Dina Huapi.

Habló de la articulación entre los diferentes cuerpos de bomberos de la ciudad, “hay muy buena comunicación, el sentido es el mismo, ayudar a la gente y resguardar los bienes y vidas de las personas, estamos unidos y el diálogo es permanente”.

En Campanario son 28 integrantes del cuerpo activo, de los cuales 7 son mujeres. Para finalizar quiso agradecer el acompañamiento de la comunidad y desear a todos sus colegas un muy feliz Día del Bombero.