“La sensación fue de mucho disfrute, estaba cumpliendo mi sueño. Estaba grabando una película en Hollywood”, sintetizó Natasha Luna, la barilochense que protagoniza el film “What we find in the night” que será presentado el 30 de abril en el festival de Sarasota.

La forma a la que accedió al proyecto más importante de su carrera fue increíble. Entre miles de audiciones que hizo, esta propuesta llegó de la forma menos pensada.

Natasha tuvo que mudarse de su departamento en Los Ángeles y entonces comenzó a vender sus cosas. “Un domingo a las 9 de la mañana tocaron la puerta, era una pareja que quería comprar mis plantas. Nos pusimos a charlar y el hombre me contó que era director, se trataba de Keenan O'Reilly”, contó en GPS, el programa de El Cordillerano Radio.

“Tenía cara de dormida, intentaba extenderme el barbijo para que no me vea”, recuerda hoy entre risas. Luego de ese encuentro, quedaron en contacto y la actriz barilochense inmediatamente le envió su material. Para el mundo vinculado al cine circula una consigna de peso: si estás en Los Ángeles, tenés que estar preparado para conocer a alguien. “No podía creer que mi mejor proyecto llegara así, literalmente me tocaron la puerta de mi casa”, comentó.

El rodaje duró seis días y se realizó con todos los protocolos. Se mantuvo la distancia y, salvo los actores y actrices, el resto del equipo mantuvo su nariz y boca cubiertas con barbijos.

Natasha interpreta el personaje de Rachel, a quien le toca atravesar un momento dramático en su vida. Pierde su embarazo de 6 meses y empieza a tener alucinaciones. “Es un drama profundo con emociones muy fuertes. Fue un placer absoluto hacerlo”, aseguró.

El personaje tiene pocas líneas en español. Ella pidió que sea todo en inglés, una exigencia que cumplió de forma elogiable. Durante el proyecto sintió que aplicaba todo el bagaje recogido durante su vida, “desde las clases en la Biblioteca Sarmiento o en La Llave, todo”. “Te preparás, pero después hay una cuota de incertidumbre que tenés que resolver con las herramientas que tenés”, explicó. La película fue rodada en 35mm.

Sobre el recorrido transitado hasta su mejor proyecto, Natasha reflexionó que “el trabajo exploratorio de conocerse a uno mismo fue el más importante. Es el trabajo para llegar a las emociones a las que tenés que llegar. Y eso es acumulativo”.

Daniel Pardo