Un alto funcionario municipal conoce detalladamente el caso. No tiene el poder para ponerle un punto final a la situación y asegura sentirse derrotado. “Yo ya perdí esta batalla”, concluye y acepta hablar con El Cordillerano pero pidiendo estricta reserva de la fuente.

Y conoce acabadamente la situación de José Arturo Vidal Bastidas: “La primera vez que lo agarramos le sacamos el auto y la licencia por alcoholemia positiva. A partir de ahí lo agarramos siete veces más. Hay cuatro autos de él en el playón, que nunca vino a retirar”.

El funcionario no duda en afirmar que Vidal Bastidas no tendrá muchas posibilidades de elegir su destino en caso de mantener el comportamiento demostrado a lo largo de los últimos años: “Nicho o tierra”, dispara y afirma que “Para mí lo tienen que meter preso. Es algo irracional que el Estado no pueda resolver algo tan simple”, destacando además, la trascendencia de “evitar una futura desgracia”. Sobre el particular reforzó señalando que además de las multas por conducir bajo los efectos del alcohol, la Ley Nacional de Tránsito habilita el arresto de los involucrados.