03/04/2021

La Comunidad San Cayetano realizó el vía crucis orando por todos

Susana Alegría / Fotos: Matías Garay
La Comunidad San Cayetano realizó el vía crucis orando por todos

La Comunidad de la Parroquia San Cayetano realizó un vía crucis desde Virgen del Rosario del Cooperativa 258 hasta la San Cayetano, orando por cada una de las familias que la componen y por los barilochenses en general.

De manera simbólica pusieron al dolor y la esperanza como crucificados de hoy, siendo cada uno la voz de Jesús para, al mismo tiempo, bajar a los pobres de la Cruz. A lo largo de todo el trayecto fueron haciendo cada una de las paradas, manteniendo el distanciamiento establecido por el protocolo del covid.

En la primera estación, que representa a Jesús cuando fue detenido, rezaron por las injusticias, la desigualdad, la falta de oportunidades, las necesidades básicas y la escuela para muy pocos. “Cuántas injusticias compartimos, vivimos diariamente e incluso naturalizamos. La desigualdad y la falta de oportunidades para nuestros barrios crecen y las padecemos a diario cuando debemos salir a ganarnos el pan diario con trabajos mal pagos e incluso rebuscándoselas por la falta de este”. “Tenemos niños y niñas, adultos y ancianos con necesidades básicas insatisfechas. Golpeados por el desempleo, la inflación, la soledad y el abandono. A veces, nos desentendemos… Perdón, Señor, por nuestra falta de solidaridad y nuestros silencios. Perdón por nuestro egoísmo y nuestros miedos”.

En la segunda estación, el camino de Jesús con la cruz a cuestas, rezaron por la falta de educación, por los pobres, los marginados y los niños que sufren maltrato, abuso sexual, los que no tienen alimento y lo buscan en los basureros, los que sufren la separación de sus padres y el abandono.

Pidieron, además, “por aquellos que están en el camino del consumo de drogas, por los alcohólicos que están en situación de calle y por todos los que sufren la marginación en carne propia”.

La tercera parada lleva a la imagen de cada una de las caídas de Jesús por el peso de la Cruz. Rezaron entonces por los migrantes, las víctimas del consumismo y los abuelos. “Vos que sabés de caídas, ayudanos a levantarnos en los momentos de angustia y soledad. Ayudá a los abuelos que más que nunca necesitan compañía. Dales tu amor y misericordia, y tu protección para que no sufran soledad y abandono. Saná sus heridas del corazón y dales salud física y espiritual. Que no les falte la alegría y el amor, ellos son sabiduría y bondad”.

En la cuarta estación, la Verónica limpia el rostro de Jesús y este consuela a las mujeres. “Hoy queremos recordar a las mujeres de nuestros barrios, que no son escuchadas y son arrojadas a cualquier situación de violencia, discriminación, y hasta perdiendo la vida. Ponemos en nuestra oración a Ruth, Mica, Valeria y tantas otras que padecieron y siguen padeciendo como víctimas de femicidios. También rezamos por las mujeres que cada día sostienen sus hogares, trabajan, educan, cuidan a otros, y pueden sobreponerse a las enfermedades y vuelven a luchar cada día por la vida suya y la de sus familias. También queremos pedir por nuestro querido Centro de Salud, donde muchas mujeres reciben atención de la mano de otras mujeres; para que Dios les dé mucha fortaleza a todos los y las que trabajan en él, y en tantos lugares iguales, que Dios los y las cuide y reciban nuestro agradecimiento”.

La quinta estación representa la imagen de Jesús siendo despojado de sus vestiduras y clavado en la Cruz. “Queremos traer ante tu cruz a nuestros pueblos originarios, para que sean escuchados en sus reclamos por la tierra y podamos tener la misma conciencia en el cuidado de la naturaleza. Que sepamos acompañar. Por todos nuestros enfermos, los que están transitando el covid, el cáncer y el sida. Por los que no se pueden mover. También por los que, en esta pandemia, están pasando otros problemas de salud”.

En la sexta estación, Jesús muere en la Cruz y el momento fue oportuno para orar por las víctimas de la corrupción. “La muerte de un inocente siempre tiene detrás un acto de corrupción y significa quebrar el corazón del hombre, de la humanidad. Los que hacen mal uso del poder, son los que le dan a nuestra vida: miedo, degradación, esclavitud, injusticias, guerras, muerte. Con la corrupción muere la salud, la educación es un privilegio de pocos, los derechos son para algunos, muere el trabajo digno, la naturaleza: el agua, el aire, la tierra; todo lo que es vida”.

La séptima parada fue para pedir por aquellos que nos necesitan: pobres, enfermos, rechazados, solitarios, víctimas de adicciones y del narcotráfico, etcétera.

Finalmente, la última estación representa la resurrección de Jesús. “Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero, ante todo, la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración.”

Susana Alegría / Fotos: Matías Garay

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