EL COORDINADOR DE LOS MEDIOS AÉREOS QUE ACTÚAN EN EL BOLSÓN HABLÓ DE SU LABOR

| 08/02/2021

Conocé como trabajan aviones y helicópteros para combatir el fuego

Christian Masello /Fotos: Matías Garay
Conocé como trabajan aviones y helicópteros para combatir el fuego

“Mi función es organizar todo lo que tenga que ver con los medios aéreos”, se presenta el coordinador de la Central Centro del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, Andrés Bosch, que desde algo más de una semana está afectado al incendio que arremete en El Bolsón.

En esa ciudad, opera con tres aviones hidrantes Air Tractor 802, y cuatro helicópteros.

“Toda la operatividad se está haciendo desde el aeroclub”, apunta.

Y explica cómo es el funcionamiento de los aparatos: “Los helicópteros van con los helibaldes y sacan el agua de pequeñas lagunas o algún otro reservorio cercano, depende dónde esté el incendio”.

Dos de ellos cargan mil litros, y otro mil quinientos. En cuanto al cuarto, es sólo para traslado de personal y vuelos sanitarios, no para lanzar agua.

Los aviones, en tanto, “se abastecen desde la pista misma, donde bomberos voluntarios y otra gente colabora”, y pueden llevar tres mil doscientos litros.

El profesional, que es cordobés y trabaja en la temática desde hace dieciocho años, considera: “Para otras zonas del país, por la cantidad de hectáreas afectadas, este es un incendio chico, pero lo que lo destaca es la particularidad de las condiciones climáticas que hemos tenido. El sábado hubo una máxima histórica que no se daba desde hace unos sesenta años”.

“Las condiciones son sumamente adversas. La sequía se está haciendo ver. Hay bajos porcentuales de humedad, lo que no sólo favorece el incendio, sino que perjudica el accionar de los combatientes y las aeronaves”, advierte.

Cuando se le consulta por qué, ante el descontrol de las llamas, no se traen más aviones, responde: “Este no es el único fuego en el que estamos trabajando en el país. La mitad del territorio nacional se encuentra en lo que llamamos temporada alta de incendios. Hay medios distribuidos en la costa, Mendoza, el Delta, esta zona…”.

Agrega, además, que no sería bueno disponer de más aeronaves, porque “concentrar tanta cantidad de aviones en un lugar específico es realmente peligroso”.

“Ya tuvimos dos situaciones de riesgo entre aviones y helicópteros. Si se dispusiera de más medios, no sería técnicamente posible concentrarlos a todos en un solo lugar”, reflexiona.

“Los pilotos hacen una actividad de sumo riesgo, con una tensión permanente, y requieren una total concentración. Todos están comunicados entre sí, pero la dinámica de vuelo, entrando uno y saliendo el otro, es muy exigente”, aprecia.

Cuando se le indica que muchos pobladores reclaman el uso de aeronaves hidrantes al estilo de los Canadair, que retiran el líquido de cualquier superficie de agua lo suficientemente grande como para que el avión realice una toma y pueda despegar (un lago, por ejemplo), con una absorción que practica durante el aterrizaje, mediante dos zondas retráctiles montadas tras el rediente de la quilla, operación que realiza en movimiento, mientras navega a unos sesenta nudos, lo que permite el llenado de los depósitos en doce segundos, el profesional opina que “ese tipo de aviones quedó obsoleto”, además de que su uso implicaría un costo muy elevado.

También recalca que no todo depende de la operatividad de la aeronave, sino que hay que ver la logística disponible para ella y “las pistas con que se cuente”.

De esa manera, manifiesta que “un avión grande no aplicaría para trabajar en estas laderas”.

En tal sentido, indica que volar en el área afectada “es sumamente complejo”.

“Hay que trabajar pegados a la ladera, con altísimas temperaturas, a lo que se suma la poca visibilidad”, define.

Bosch, asimismo, considera que “en el mundo se está virando a aviones como el Air Tractor 802, que manejan costos menores y son mucho más versátiles”.

El especialista ha trabajado en varios escenarios difíciles. Así, por ejemplo, comenta que, “en un lapso de tres meses” actuó, en distintos focos, “en quinientos mil hectáreas en Córdoba y otras tantas en San Luis”.

“El más grave fue de doscientas cincuenta mil, en Córdoba. Dejó dos personas muertas”, recuerda.

En cuanto a lo que observa en El Bolsón, considera que habrá “varios días más de actividad”, aunque opina que, por el momento, “no se puede hablar de peligro de que el fuego llegue a la ciudad”.

 

 

Christian Masello /Fotos: Matías Garay

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