Sinta Nuriyah: Una vida en peligro por pregonar la tolerancia

No es fácil tener posturas moderadas cuando el poder imperante no lo es. En Indonesia las corrientes islámicas extremistas tienen muchos seguidores. Será por eso que Sinta Nuriyah decidió buscar apoyo no solo en musulmanes piadosos, sino también en creyentes de otras religiones. Ella convoca a hindúes, budistas, confucianos y cristianos a compartir la cena que precede al ayuno del Ramadán, en una iglesia católica en la isla de Java.

Es la metáfora de un jardín: “Hay rosas, jazmines, orquídeas y Sita-Ashok. Todas esas flores son hermosas. Nadie puede obligar a las rosas a convertirse en jazmines ni a las orquídeas a convertirse en Sita-Ashok ". Esta diversidad es la que enriquece la vida de quienes practican la tolerancia.

No todos comparten su pensamiento. Sabe que una religión politizada es cruel con las mujeres y las minorías. Por eso asesora a mujeres transgénero, apoya a un ex gobernador cristiano de Yakarta que fue condenado por blasfemia y se opone a la poligamia, entre otras cosas. Estas son algunas de las razones por la que su vida está en peligro.

Nació en 1948, se casó en 1971 y tuvo cuatro hijos, en 1992 tuvo un traumático accidente automovilístico que la dejo inmóvil de la cintura para abajo, su marido fue presidente del país desde 1999 hasta el 2001, falleciendo en el 2009. Después de tantos vaivenes no se deja intimidar.