30/11/2020

Chelsea Elizabeth Manning: La valentía de mostrar el perverso negocio de la muerte

Chelsea Elizabeth Manning: La valentía de mostrar el perverso negocio de la muerte

Bradley Edward Manning se alistó en el ejército con la convicción que esta era una forma servir a su país. Era analista de inteligencia. Por sus manos pasaron numerosos documentos sensibles que le demostraron el verdadero rol de los Estados Unidos en el conflicto de Afganistán e Iraq. Pudo comprobar el despliegue diplomático para mantener los conflictos bélicos a la vez que se escondían las consecuencias de algunas acciones. Cuando vio un video en donde dos helicópteros Apache dispararon sin razón alguna contra un grupo de civiles desarmados entre los que se encontraban dos periodistas de la agencia Reuter se decidió a difundir lo que sabía. Hizo llegar medio millón de registros de estas guerras y unos doscientos cincuenta mil cables diplomáticos a Wikileaks en el 2010. 

El ejército lo descubrió de inmediato. Primero fue una prisión en Kuwait, luego en Quántico. Mientras duró la investigación vivió un proceso de degradación planificada. Amnistía Internacional y Human Rights Watch denunciaron las consecuencias del total aislamiento, sin ningún objeto personal, ni siquiera sus anteojos recetados, teniendo que desvestirse y entregando su ropa a los guardias para poder dormir. No debía usar sabanas ni almohada. Su único ejercicio era dar vueltas en su mínima celda. La extrema vigilancia se encuadraba en su condición de potencial suicida. Un relator especial sobre la tortura de las Naciones Unidas dijo que el trato era “cruel, inhumano y degradante”. Tras nueve meses logró pasar a otra cárcel con mejores condiciones.

El 21 de agosto de 2013 el tribunal fijo su condena en 35 años de cárcel y expulsión del ejército con deshonor. Un día después manifestó su deseo de cambiar de género, llamándose de ahora en más Chelsea Elizabeth Manning. Obama la indultó poco antes de dejar la presidencia. El acoso político y legal no cesó, a la vez que ha recibido numerosos premios internacionales. Para algunos es una traidora a su patria, para otros una valiente que no dudo en mostrar el perverso negocio de la guerra y poner en su verdadera relevancia lo que se llama “daños colaterales”.

 

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