Comunidad mapuche ocupó un campo en El Foyel

La comunidad mapuche, identificada como la Lof Gallardo Calfú, ingresó a un campo de privados ubicado en la localidad de El Foyel en el marco de un plan de “reivindicación” y aseguró desconocer la titularidad del propietario sobre el sitio ocupado.

La situación generó momentos de extrema tensión, debido a que los usurpadores violentaron candados y dañaron tranqueras para poder ingresar el predio, donde instalaron carpas para alojar a los 40 integrantes del grupo.

Luego de dañar los candados originales, los mapuches colocaron cerrojos propios que habían llevado para tal fin.

Las carpas fueron ubicadas de manera estratégica en los caminos de acceso al campo, para evitar la circulación de personas por el lugar.

El caso derivó en una denuncia que radicó la familia Soriani, propietaria de las tierras, y la posterior intervención de la fuerza policial rionegrina.

El rumor del asentamiento ilegal se escuchó durante los últimos días hasta que este jueves, los integrantes de la Lof Gallardo Calfú concretaron la recuperación.

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Los propietarios del lugar afirmaron que cuentan con toda la documentación en regla, desmintiendo a quienes denunciaron irregularidades en la adquisición de las tierras.

La familia, que está instalada en la zona hace más de 50 años, quedó sitiada en el casco del campo y no puede salir debido a la actitud de los mapuches, quienes ayer se mostraron combativos, portando palos y piedras para enfrentar a quienes intenten desalojarlos.

El fiscal Francisco Arrien, de la unidad descentralizada de El Bolsón, tomó cartas en el asunto y convocó a la familia propietaria del lugar para este viernes, con la idea de que exhiban la documentación en la que acreditan ser los titulares de las tierras.

La Policía de Río Negro intervino en el caso aunque, al igual que los civiles, no pudieron ingresar al predio porque la comunidad se los impidió.

Desde la Lof Gallardo Calfú señalan que se trata de una recuperación territorial de terrenos de los cuales fueron “despojados hace 40 años mediante una estafa por parte de Miguel Soriani, que trabajaba en un aserradero del Foyel donde conoció a Sixto Gallardo Calfú”.

“Como mapuche conscientes de nuestro origen tenemos la necesidad de rehabitar y desarrollarnos dignamente en el mismo, fortaleciéndonos desde nuestra espiritualidad, con las fuerzas del lugar que siempre estuvieron. Resistiremos en nuestro territorio ante la embestida terrateniente y cualquier atropello por parte del Estado, que nos ignora como pueblo preexistente”, finalizaron.