07/10/2020

Anularon las fianzas de medio millón y un millón de pesos a condenados por un atroz crimen

Mariano Colombo
Anularon las fianzas de medio millón y un millón de pesos a condenados por un atroz crimen
Bascur, Chávez Aguilar, los defensores y Teresita Aguilar Leuquen.
Bascur, Chávez Aguilar, los defensores y Teresita Aguilar Leuquen.

El Superior Tribunal de Justicia anuló las resoluciones que dictó la Cámara Primera del Crimen al disponer el cese de la prisión preventiva para Aníbal Chávez Aguilar y Teresita Aguilar Leuquén (su madre). Les habían fijado una fianza de un millón y de medio millón de pesos respectivamente, para asegurar que no intenten eludir el cumplimiento de la condena que deben cumplir por el alevoso homicidio de Miguel Garnica.

Los jueces Ricardo Apcarián, Enrique Mansilla, Sergio Barotto, Liliana Piccinini y Carlos Mussi, firmaron la decisión que anuló aquella resolución dictada por la justicia local. En lo concreto, Aníbal Chávez Aguilar resultó condenado a prisión perpetua mientras que su madre, Teresita Aguilar Leuquén, recibió una condena de doce años de prisión, por el asesinato agravado por alevosía de Miguel Garnica.

Sin embargo el fallo todavía está en trámite de apelación y no adquirió firmeza. Por eso, al haber transcurrido más de tres años y seis meses de prisión preventiva, la defensa reclamó la excarcelación de los nombrados.

Fue entonces que la Cámara Primera, para asegurarse que los nombrados no intentarían eludir el cumplimiento de la condena al recuperar su libertad, les fijó una fianza de un millón y medio millón de pesos respectivamente, considerando que el elevado monto los obligaría a permanecer a derecho y regresar a la prisión en caso de que la sentencia finalmente quede firme.

Ante el escenario, el defensor oficial Marcos Cicciarello recurrió en Casación pero su planteo fue declarado inadmisible. Así, acudió en queja ante el máximo tribunal de justicia de la provincia, que ahora le hizo lugar a sus planteos.

Había alegado el defensor que el pago de la caución fijada, se tornaba de cumplimiento imposible y en realidad “disfrazaba una denegatoria de libertad”.

Los jueces del STJ recordaron que los imputados estuvieron privados de libertad de modo cautelar por más de tres años y seis meses y que la sentencia condenatoria dictada en su contra aún no se encuentra firme.

En ese sentido recordaron que los jueces barilochenses que establecieron la condición para la excarcelación, arguyeron que la “razonabilidad del monto responde a la necesidad de neutralizar el altísimo riesgo de fuga”.

Aunque los trámites de ambos involucrados corrieron por incidentes separados, los jueces del STJ anotaron la similitud de las cuestiones a resolver y aplicaron los mismos argumentos al acudir a la doctrina que impone “la necesidad de tener en cuenta las condiciones socioeconómicas del encartado, de modo tal que lo decidido no haga ilusorio su derecho a la libertad”.

En el mismo sentido señalaron que “la regla general es la caución juratoria y el transcurso del tiempo sin la posibilidad de satisfacer la que fue fijada en aquella oportunidad hace necesaria la corrección pertinente, pues es un indicio de lo excesivo de su condición”.

En definitiva, remitieron el expediente a la Oficina Judicial de Bariloche para que designe a otros tres jueces de foro a fin de que se expidan sobre el asunto de manera fundada.

En tal sentido, los jueces agregaron que en función de lo expresado en la audiencia de casación por la fiscalía, la querella y la propia defensa, que en la nueva decisión también se debe abordar de modo razonado y resolver en consecuencia el derecho de la víctima (la familia del fallecido) a recibir protección especial para su integridad física y psíquica.

Uno de los sospechosos capturado cinco años después

Víctor Tecas Vera es uno de los sospechosos de haber participado del crimen de Garnica. Había estado prófugo desde entonces y fue capturado días atrás en Villa La Angostura. A diferencia de los otros involucrados, ya condenados, el caso en su contra recién comienza y apenas sorteó la formulación de cargos con un plazo de cuatro meses para completar la investigación.

Le atribuyeron haber prestado su colaboración para consumar el hecho ocurrido entre la tarde del 29 y la mañana del 30 de enero de 2015 en el Alto barilochense. Según la teoría de la fiscal Betiana Cendón, su participación consistió en prestar vital asistencia para ocultar el cuerpo una vez consumado el crimen.

La acusación en su contra es de homicidio agravado por alevosía, en calidad de partícipe secundario.

Otro involucrado como víctima en nuevo juicio

En la jornada de ayer estaba previsto el comienzo del juicio oral contra el agente del Servicio Penitenciario Provincial, Pablo Riffo (37), por haberle provocado lesiones de carácter grave a Maximiliano Bascur y haber incumplido los deberes de funcionario público.

El hecho bajo examen ocurrió el 2 de mayo de 2016 en el interior del Establecimiento Penal 3 de la ciudad, cuando se produjo una reyerta entre los reclusos y los agentes del Servicio Penitenciario Provincial debieron ingresar al Pabellón 1 de la unidad de detención.

En ese contexto, Riffo efectuó disparos con una escopeta calibre 12 con cartuchos de estruendo y antitumulto y provocó que una posta de goma dañara gravemente el globo ocular de Bascur, lo que derivó en la pérdida definitiva del órgano.

Por entonces Bascur todavía estaba detenido en calidad de procesado por el crimen de Garnica, por el que más adelante resultaría condenado a prisión perpetua.

El hecho que los involucra a todos

Todo ocurrió a partir de la tarde del 29 de enero de 2015, en una vivienda de la calle Michay al 600 del barrio Eva Perón. En ese lugar, que habitaban varios integrantes de la familia Chávez Aguilar, Miguel Garnica fue ultimado de manera artera y luego enterrado en una letrina que los autores del hecho cubrieron con una pluralidad de elementos.

Maximiliano Bascur buscó a Miguel Garnica y lo invitó a una supuesta celebración en el domicilio de los Chávez Aguilar. Ya en el lugar, Paul Chávez Aguilar tomó a Garnica del cuello y lo hizo ingresar al predio. Se encontraban para entonces dentro del terreno Aníbal Chávez Aguilar, Teresita del Tránsito Aguilar Leuquen, entre otros familiares y conocidos, incluso menores de edad.

Las personas nombradas, en convergencia intencional y acuerdo de voluntades, en la creencia de que Miguel Alejandro Garnica había participado en la agresión armada que se cometió en fecha 15 de septiembre del año 2014 en contra de Segundo Eduvino Aguilar Leuquen (hermano de Teresita), retuvieron a Garnica y en venganza de tal sospecha lo mataron.

Maximiliano Bascur golpeó a Garnica con una pala desde atrás, posiblemente en la cabeza, y cuando la víctima estaba en el piso, tanto Bascur como Paul y Aníbal Chávez Aguilar, para consumar el objetivo que tenía el grupo familiar, dispararon armas de fuego en contra de la víctima en tres oportunidades. Garnica para entonces se encontraba en total estado de indefensión.

Una de las armas utilizadas era calibre 38. Un disparo ingresó en el brazo derecho de Garnica, otro en el tórax a nivel de 5° y 6° espacio intercostal izquierdo y otro en la cabeza, lo que produjo el deceso de la víctima.

Teresita Aguilar Leuquen, mientras esto ocurría, alentaba a los autores materiales y además recomendaba hacer desaparecer el cadáver. En esas circunstancias Teresita Leuquen les indicó a sus hijos (Aníbal y Paul) que ocultaran el cadáver en la letrina familiar ubicada en el predio, pues allí nadie lo encontraría. Además personalmente Teresita asumió la función de “campana” pues permanentemente vigiló el tránsito de la calle en miras a evitar ser descubiertos por la policía.

Luego los imputados ataron el cadáver de Garnica con un cable coaxial, lo envolvieron en las bolsas de nylon que había adquirido el menor en la despensa de la esquina y utilizaron también cinta de embalar.

Posteriormente, los imputados, con la colaboración de Víctor Tecas Vera -quien también estuvo presente y había llevado palas al domicilio sabiendo lo que iba a ocurrir-, destruyeron y quemaron la parte externa de la letrina, cavaron en la misma e introdujeron allí el cadáver de Garnica al cual cubrieron con cemento fresco, luego agregaron basura y finalmente taparon el lugar con tierra.

El nivel de prolijidad con el que actuaron fue descubierto varias semanas después de la ocurrencia del hecho luego de dos allanamientos negativos, cuando los investigadores decidieron muñirse de un retroexcavadora, para buscar el cadáver. Así lo encontraron en avanzado estado de descomposición y con el cemento amoldado al cuerpo.

En esos procedimientos, las autoridades también lograron dar con tres revólveres calibre 38. Un peritaje balístico permitió confirmar que con uno de ellos se había descerrajado el disparo mortal contra Garnica.

Durante el juicio desarrollado en 2017, Maximiliano Bascur y Aníbal Chávez Aguilar fueron condenados a prisión perpetua. Teresita Aguilar Leuquen recibió doce años como partícipe secundaria, mientras que Paul Chávez Aguilar admitió su culpa en juicio abreviado y recibió una pena de nueve años de prisión. También por el caso fue condenado un joven que al momento del hecho era menor de edad. Inicialmente fue declarado responsable por el delito de encubrimiento, por haber aportado a la causa al comprar las bolsas con las que ocultaron el cadáver, y al alcanzar la mayoría de edad se le impuso una pena de dos años y seis meses de prisión en suspenso.

Mariano Colombo

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