TRAS SUS FUERTES PALABRAS

| 15/09/2020

Padre Pliauzer sobre la no autorización de misas: "no hay razones objetivas"

Diego Llorente
Padre Pliauzer sobre la no autorización de misas: "no hay razones objetivas"
Padre Jorge Pliauzer. Foto: Facundo Pardo
Padre Jorge Pliauzer. Foto: Facundo Pardo

El sacerdote de la Inmaculada Concepción se refirió a la polémica que generaron sus palabras. Criticó que mientras se abren bares, cervecerías y restaurantes no se permite el regreso de las ceremonias y recalcó que tanto Provincia como el municipio no respondieron a sus pedidos.


Este fin de semana, el padre Jorge Pliauzer, cura párroco de la capilla Inmaculada Concepción, publicó una frase en su perfil de Facebook y fue compartido en la página de Facebook oficial de la “capilla La Inmaculada”.

“Basta de prohibiciones arbitrarias propias de totalitarismos, que vuelvan las misas con participación de fieles”, reclamó en forma contundente. Esos dichos fueron replicados por El Cordillerano con algunos de los comentarios que había recibido y generaron un enorme revuelo en la comunidad en general y en la religiosa en particular.

A raíz de esto, Pliauzer se refirió a sus dichos y a las repercusiones que tuvieron: “Muchos me han escrito preguntándome el porqué de mi posteo en Facebook. Sé que las pocas palabras que escribí hace dos días llamaron la atención y levantaron polvareda, pero hay veces que la impotencia nos lleva a utilizar las redes para hacernos escuchar de alguna manera”.

“Mi iniciativa no responde solo a mi modo de ver las cosas, sino al reclamo que muchos fieles de nuestras parroquias nos manifiestan a los sacerdotes, por la desproporción de las medidas restrictivas para con nosotros, en relación a otras actividades ya habilitadas”, continuó.

“A muchos les llamó la atención el uso de la palabra ‘totalitarismo’. Ciertamente esta palabra es fuerte, pero en el contexto de la frase no se acusa a nadie, sino que describe el parecer sobre esta desproporción que en Bariloche estamos sintiendo al ver que bares, cervecerías y restaurantes, que cuentan con superficies menores a la de muchos de nuestros templos, están trabajando con el 50% de su capacidad, y con protocolos autorizados por salud pública de la Provincia”, prosiguió el eclesiástico.

“Sin embargo, en nuestras iglesias hace ya 6 meses que se nos prohíbe celebrar los sacramentos tales como las misas, bautismos, casamientos, confirmaciones, ni siquiera con la presencia de 10 personas, a pesar de haber presentado los protocolos al municipio y a la gobernadora, sin tener una respuesta del por qué nuestras actividades son más riesgosas que los locales gastronómicos, los gimnasios, los natatorios, con espacios más reducidos y protocolos menos estrictos que los nuestros. Ante estas preguntas las autoridades callan. Seguramente porque no hay razones objetivas”.

Y añadió: “Aclaro que me parece muy bien que, tomando las medidas correspondientes, se hayan abierto dichos locales, porque la falta de trabajo también es una peste en este momento. Nuestras parroquias ya no dan más atendiendo las necesidades alimentarias de nuestros vecinos. Día tras día y semana tras semana se multiplican las personas que se acercan a nuestras parroquias solicitando la ayuda de Caritas”.

Informó que Caritas es el canal mediante el cual los fieles de sus comunidades con sus donaciones, tratan de aliviar el dolor de los que menos tienen.
“Esos mismos fieles, también necesitan sostener su vida espiritual mediante el libre ejercicio de la religión. En este sentido desde la iglesia se atiende a la totalidad del ser humano, tanto en lo material como en lo espiritual, ambas cosas muy necesarias”, expuso.

Y prosiguió: “Entiendo que en una sociedad democrática es fundamental el respeto de las libertades individuales, entre los cuales se encuentra la libertad de culto; y si hubiese alguna dificultad el diálogo es la clave de la vida social. Pero cuando no hay diálogo posible y se prohíben estos derechos individuales sin explicación alguna, mientras que actividades similares en cuanto a la participación de gente o los riesgos en orden de la salud son habilitados, la prohibición se siente arbitraria”.

Pliauzer consideró que a esa actitud la puede “comparar más con las formas de proceder de los gobiernos autoritarios y no democráticos, aunque ese no sea el deseo de la Intendencia de Bariloche o de la Gobernación de Río Negro. Pero creo también, que es una obligación de los ciudadanos llamar la atención de los gobernantes, si creemos que se están equivocando, aceptando también que como ciudadano uno no tiene la última palabra”.
“Es por eso que creo que puedo estar en mi derecho de advertir una actitud que no corresponda al ejercicio de la democracia, en que no se atiendan los reclamos a nuestros derechos de ciudadanos como parte de los actores de la vida social, como lo hacen otros tantos sectores cuando así lo sienten. Sobre todo después de haber buscado otros caminos de diálogo”, advirtió.

Y cerró diciendo que “el revuelo que causaron unas pocas palabras, habla de que no somos pocos los que deseamos ser escuchados para que se vuelva a habilitar el derecho al libre ejercicio del culto en nuestra ciudad, y en nuestro caso la celebración de los sacramentos con participación de fieles (con los debidos protocolos presentados oportunamente), y sin poner en riesgo la salud de nadie”.

 

Diego Llorente

Te puede interesar
Ultimas noticias