Maia Gattás Vargas participa en exposición del MAMBA

Lejos de desanimarse por el efecto de las restricciones, la joven artista e investigadora está presente en País Imaginado, una iniciativa federal que ideó la institución con sede en Buenos Aires. Además, explora sus raíces palestinas en una película en construcción.

En esta ciudad, las últimas andanzas artísticas de Maia Gattás Vargas tuvieron que ver con una exposición en la sala “Chonek” del Museo de la Patagonia, cuando junto con su cómplice, Gabriela Klier, montaron la muestra resultante de Laboratorio Isla Victoria, un curioso proyecto que incluyó una residencia en sitio tan emblemático, de la que participaron varias artistas. Pero el diario capitalino se interesó por otra faceta de su actividad.

“Me convocaron de Radar, el suplemento de Cultura de Página/12. Tiene una sección donde la consigna es que el artista elija su obra de arte preferida pero más allá del gusto, se trata de contar una historia personal: por qué te afecta esa obra o cómo la conociste. Una narración en primera persona desde el gusto y el cariño”, le confió la artista a El Cordillerano. Su participación se concretó el domingo último.

“Me dije: voy a hacer algo sobre Palestina… Siempre que puedo, me gusta instalar el tema y darle visibilidad”. Pronto se verá por qué. “Me acordé de una obra de Francis Alÿs, que tiene trabajos siempre vinculados con el territorio, con mapas y problemáticas de frontera. Entonces, recordé mi viaje a Palestina, en julio del año pasado. Conté la experiencia y en ese viaje, me imaginé un encuentro con ese artista, que con la Línea verde, restituye un proyecto de frontera en Jerusalén”. Alÿs camino por kilómetros y kilómetros, mientras dejaba caer pintura de sus recipientes. Como resultado, la línea frustrada quedaba delineada sobre el asfalto de rutas y calles.

Según recordó su joven colega argentina, “ese proyecto claramente fracasó porque después, Israel siguió avanzando sobre Palestina y no se respetaron los acuerdos”. Además, en el espacio del suplemento, “aproveché para hablar sobre un documental que estoy haciendo hace muchos años (sonrisas) aunque con intermitencias y que probablemente, me lleve muchos más. Lo tomo con calma porque es un proyecto muy personal, que tiene que ver con revisar la historia de mi familia paterna, que vino de Palestina en 1928”. El quid de la cuestión.

“Mi padre murió cuando yo nací, entonces crecí negando esa parte de la familia y recién a mis 24 años me enteré que era palestina”, compartió la artista e investigadora. “Me puse a investigar y la causa palestina me pegó de frente, empecé a militar y también a informarme, porque sabía muy poco. En la Argentina hay bastante desconocimiento, yo me formé en la Facultad de Ciencias Sociales y he militado en un bachillerato popular, pero no tenía mucha idea de la causa palestina”, concedió.

Encrucijada

Aquel hallazgo definió la vida posterior de Gattás Vargas. “Desde 2012 hasta hoy, hice un montón de cosas en torno a esa militancia: ciclos de cine, marchas y una banda de rap que se llama Palestina Mon Amour. Hoy estoy concentrada en la película, que plantea el desconocimiento de la cultura de mi familia paterna y mi intento de conocer a mi papá: Luis Gattás. Su apellido significa hombre debajo del agua, significado que tiene una conexión muy directa con las causas de su muerte”.

Para comenzar a llenar tantos vacíos, “el año pasado pude viajar, después de mil años de desearlo. Estuve un mes pero se me hizo muy corto. Fui sola, así que fue un desafío al momento de filmar pero vine con una escena en el río Jordán que tiene que ver con mi historia y con un entierro simbólico que hice de mi papá, después de todo el duelo que estuve viviendo en estos años. Ahora estoy en la etapa de montaje”. La artista no se pone plazos para finalizar su trabajo.

El proyecto Divisoria de aguas.

Más allá de su presencia en Radar, en la actualidad Gattás Vargas también participa de un espacio virtual de exposiciones que irradia desde Buenos Aires. “Me contactaron del Museo de Arte Moderno (MAMBA) a través de Alejandra Aguado, una de las curadoras. Tiene una muestra virtual que se llama País Imaginado, que consiste en presentar artistas de todas las provincias. Yo estaría en representación de Río Negro y la verdad, me sorprendió un montón y me alegró. Por un lado, por el proyecto federal y por el otro, porque yo no tenía contacto con nadie en ese museo”.

En este caso, “la consigna era contar más o menos en qué estaba trabajando, cómo trabajo y cuáles fueron mis influencias”, compartió. “Tuve una semana para hacer ese video, así que me puse enseguida a hacer un collage, una técnica que uso mucho. Me valí de varios videos que ya tenía de obras anteriores, como la de Isla Victoria y otra que hice en la divisoria de aguas por el debate sobre las fronteras argentino-chilenas. Trabajé con el caso del río Fénix, donde (Francisco) Moreno ordenó cambiar el curso del agua”, recordó.

En el mismo espacio audiovisual, “conté un poco sobre los dos proyectos que estoy trabajando ahora. Uno, es sobre el libro de Darwin, que se considera el primer libro científico sobre el territorio patagónico. Describe el paisaje y también, las relaciones con los pueblos originarios. Yo sabía algo porque lo había visto mencionado en una película de Patricio Guzmán que me gusta mucho: El botón de nácar. En este caso, estoy trabajando sobre cómo la ciencia ve los colores”, adelantó Gattás Vargas.

Ocurre que “también estoy trabajando en temas de geología y veo que hay ciertos criterios para utilizar los colores en los mapas. Arbitrarios, por supuesto. Hice un listado de los colores que menciona Darwin y una breve contextualización de la frase en la cual se enmarca cada color: nieve, hielo, colores de tierra, colores de vegetación, pero también colores de piel. Su piel negra, nuestra piel blanca, ciertas pinturas en los cuerpos… Me parecía que a través de esos fragmentos se iba reconstruyendo un relato, al igual que su percepción ideológica”, intuyó. “Eso es lo que estoy haciendo en cuarentena, veremos qué forma final toma”. Intensidad a toda prueba.

¿Qué hace que una piedra sea preciosa?

En su participación en el MAMBA, “el otro proyecto tiene que ver con una entrevista a una geóloga del IIDyPCa, Florencia Bechis, sobre métodos de trabajo. Empecé a hacer unos videos, más de videoarte, pero tomando algunos de estos testimonios, de nuevo sobre la relación entre ciencia y naturaleza, que es lo que vengo trabajando con isla Victoria. También abordé algo de las piedras preciosas: cuál es la idea de belleza, cómo es el proceso de producción que atraviesa una piedra para llegar a ser preciosa… El video se llama Instrucciones para levantar una piedra y va a formar parte de una instalación mayor que tenía pensada para este año pero claramente está suspendida (risas) hasta que se termine la cuarentena o se abran las muestras”, compartió Maia Gattás Vargas.

En cuanto a la versión 2020 de Laboratorio Isla Victoria “tuvimos la suerte de hacer la residencia en los primeros días de marzo y cuando volvimos, nos enteramos de todo”, dijo, en relación a la crisis que plantea el COVID-19. “Para todos los que pudieron ir, fue como un último evento hermoso en la naturaleza con gente copada. Parece muy lejano pero pudimos hacer los talleres, las caminatas y todo lo que habíamos planeado”, recordó.

Después, las restricciones hicieron mella. “Habíamos quedado seleccionadas para la sala Laura Chapitel de San Martín de los Andes y eso se suspendió, tal vez para 2021. Terminamos de cobrar la beca del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y quedó un poquito de plata que pensamos destinar a un fanzine. Ya lo sacamos digital en julio, con todos los que participaron y mandaron trabajos. Hicimos por Internet un seguimiento de la obra y lo pensamos como boceto de la futura muestra pero primero lo vamos a llevar al papel, para que nos quede algo de este año tan extraño.

Nuestra intención es retomar el proyecto de muestra ni bien se pueda y también, las residencias en la isla”, avisó.

Adrián Moyano