EXPERIENCIA BARILOCHENSE PIONERA

| 25/08/2020

Tonny Romano inauguró exposición en Virtual Gallery

Adrián Moyano
Tonny Romano inauguró exposición en Virtual Gallery
Tonny Romano, el fotógrafo en su salsa.
Tonny Romano, el fotógrafo en su salsa.

Nuestro compañero en El Cordillerano irrumpió con fuerza en el mundo de la fotografía tres años atrás. No se contentó con aguardar el regreso de la normalidad y el sábado último, abrió virtualmente la versión digital de su muestra “Sensaciones”.

Limitarse a esperar que abran las salas no fue opción válida para Tonny Romano. El sábado último, el fotógrafo que irrumpiera en escena un par de años atrás con muestras en el hotel Inacayal, el SCUM y otros espacios, inauguró exposición virtual a través de una plataforma especializada y de renombre: Virtual Gallery. Asistieron al convite más de 200 personas, guarismo que difícilmente se alcance presencialmente en Bariloche. El expositor no entra en sus zapatos.

Vecino de El Frutillar y trabajador de El Cordillerano, Romano compartió sentencias claras. “La tecnología actual es algo tan sorprendente que sin darnos cuenta, nos vemos inmersos en un mundo digital interconectado a través de cables, ondas electromagnéticas y fibras ópticas. Seguir exponiendo en este mundo nuevo, indudablemente es pensar en nuevos horizontes a través de la aplicación de todas estas opciones que la web, las redes sociales y los canales de video, permiten”, avizoró.

A la transición hay que transitarla. “No es fácil: me resultó tan intenso armar esta exposición virtual como cuando la hice en el SCUM. No creía que fuera así, requirió de mucho trabajo, sobre todo porque las fotos que están expuestas no son copias o archivos de baja calidad. Esta plataforma de arte ofrece a quienes se suscriben un espacio bastante importante para mostrar su trabajo en un circuito mundial de artistas, donde gente que entiende la expresión artística como una posibilidad para invertir o adquirir, encuentra los archivos en alta calidad”, definió.

Quiere decir que las imágenes “se tienen que ver en pantallas o monitores de muy alta calidad y una persona que va a tomar la decisión de comprar esa obra, tiene que verla sin defectos, con todos los detalles que después va a encontrar en la copia impresa. Eso es lo interesante de Virtual Gallery, una red exclusiva para artistas, aunque no me gusta mucho utilizar la palabra porque yo no me considero artista, apenas soy alguien que hace fotos con muchísima pasión”.

Ya que estábamos, Romano repasó sus fundamentos. “Trato de volcar en cada una de mis imágenes todo lo que sentía en el momento en que hice la toma. Todas mis fotos están procesadas después, en la computadora, porque no dejo nada en manos de quien fabricó la cámara. Me molesta mucho la fotografía estándar, cuando se aprieta el botón, no hiciste más nada y se manda a imprimir. No es que eso no sirva pero a mí no me gusta, no trabajo de esa manera”, señaló.

En busca del alma

En efecto, “trabajo con la computadora de la misma manera que antiguamente se trabajaba en el laboratorio o en el cuarto oscuro, cuando se intervenía la imagen para que adquiriera carácter y tuviera alma o temperamento, para que pudiera transportar al lugar a quien la viera”, definió. Así las cosas, “esta plataforma me parece muy interesante, una opción básica, así que en función de los resultados, voy a seguir indagando para exponer en el futuro más y mejor. Estoy buscando eso, ya que vamos a seguir un rato más sin poder hacer reuniones sociales ni exponer en forma presencial”, admitió.

Inaugurar una muestra virtual resultó toda una experiencia en sí misma. “A las 7 y cuarto de la tarde me llegó un correo de Virtual Gallery, recordándome que a las 8 de la Argentina comenzaba la inauguración y que tenía que estar presente. Hasta ese momento, yo desconocía de qué manera iba a recibir a quienes pasaran por la galería, así que a esas hora estuve con la computadora prendida, recibiendo los correos y ansioso como nunca, porque todo era absolutamente nuevo para mí”, concedió.

A la hora señalada, “dieron las campanadas y se activó un canal de chat con las herramientas que tiene cualquier canal de chat: emoticones, copiar y pegar, todo lo demás… Por suerte, no tenía cámara (risas) porque estaba muy nervioso. Estaba conectado uno, que era yo pero a los 15 o 20 minutos, ‘Usuario nuevo’. Después, otro y otro hasta el vigésimo y así empezó a entrar gente. Se registraban de forma gratuita y empezaban a ver las fotos, es decir, a circular por la galería”.

Los diálogos comenzaron a sucederse. “A media que las veían, me escribían en el canal de chat y todos interactuábamos, así que se armó una tertulia. Algunos eran amigos de Buenos Aires o compañeros de Secundaria pero los que se detenían en alguna foto en particular, me hacían consultas sobre esa foto que venía por otro canal. Fue realmente alucinante porque la inauguración duró dos horas, así como había empezado a horario, a las 22 se apagó todo y nos tuvimos que ir a dormir”.

Parece que la etiqueta también está en épocas de redefinición. “Ni siquiera hubo tiempo para que escriba: chau, gracias por haber pasado… Eso fue raro porque el canal se cerró y no pude saludar. Pero fue muy lindo, muy emocionante. Conocí gente de México, de España, de Alemania…

Obviamente, con el traductor de Google pero me manejé durante esas dos horas. Estuvo muy interesante”, balanceó Romano. Se abrió un horizonte.

Más de 200 asistentes

La repercusión fue considerable. “Creo que el servidor de Virtual Gallery está en Nueva York o en algún lugar de la costa este de Estados Unidos porque había tres horas de diferencia, pero hubo 200 y pico de personas conectadas viendo la exposición. Jamás iba a imaginarme que tanta gente iba a responder a una convocatoria. La misma galería se encarga de promocionar a cada uno de los artistas y funciona, no porque sean buenos, sino porque las obras están en venta y se queda con una comisión que en mi caso, es de un 20 por ciento. El servicio que te brindan es sumamente interesante”, resaltó Tonny Romano.

“Diría que el balance fue tristemente positivo, porque ojalá pasaran cosas así de manera local”, anheló el fotógrafo. “Ojalá que el público, cuando ve un afiche, un banner o lee una nota sobre una exposición, se volcara tan masivamente a ver lo que alguien ha hecho. No digo a comprar pero sí a acompañar con la visita, aunque seas emergente”. Con las nuevas metodologías, “siento que hay muchas más posibilidades para cualquiera que esté tratando de emerger en un ámbito artístico, como mi caso, en el extranjero que acá”.

Es que el plano local, “salvo que ya seas un autor conocido y con una trayectoria importante, siempre hay poco público. En este momento (lunes por la noche), veo que en agosto, la muestra tuvo 2.281 visitas. A la primera foto la activé el 9 de julio y tuvo 3.357 visitas. Realmente, desde lo personal, el balance es exitoso por completo. Voy a seguir apostándole a esta forma de mostrar mi trabajo y como autor emergente, porque sinceramente sentí un mejor respaldo y un mayor interés por parte de la gente”.

Con esos números a la vista, “recomiendo a cualquier autor, del palo que sea, escultura, pintura o dibujo, que no deje de lado mostrar sus trabajos a través de galerías virtuales. El trabajo es muy valorado. Estoy recontento”, subrayó. “Cuando se pueda no voy a dejar de lado lo presencial pero creo que voy a trabajar pensando en este tipo de plataformas para llevar mi pasión a otros horizontes”, insistió Romano, que se hizo pionero.

Mirá la exposición

Adrián Moyano

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