Fue condenado y tendrá que realizar un tratamiento psicológico

Jonathan Aranea aceptó haber agredido y amenazado a su expareja en un domicilio del este de la ciudad. Como registraba el antecedente de una condena en suspenso, le impusieron un año y cuatro meses de prisión efectiva, que en definitiva se acumularon con el otro proceso arrojando una pena única de dos años y seis meses de prisión. Además, deberá realizar un tratamiento psicológico obligatorio.

El juez Gregor Joos homologó un acuerdo pleno de juicio abreviado alcanzado entre el fiscal, el defensor y el propio acusado y decidió imponerle a Jonathan Aranea la pena de un año y seis meses de prisión efectiva, debido a que registraba otro antecedente condenatorio con una pena en suspenso. Por eso mismo, ambos trámites judiciales se unificaron para obtener una pena única de dos años y seis meses de prisión. No obstante el sujeto estaba detenido con prisión preventiva desde la fecha en que ocurrió el hecho, por lo que en aproximadamente un año, estará en condiciones de reclamar la libertad condicional.

Aranea, fue acusado por el fiscal Martín Govetto por un hecho ocurrido el 30 de diciembre del 2019 en un barrio del este de la ciudad. Su caso, ya había superado las instancias de formulación de cargos y de control de acusación, por lo ya estaba a la espera del juicio oral y público.

Sin embargo las partes pudieron acordar una salida alternativa al caso. El fiscal, el defensor oficial Marcos Miguel, y el propio acusado, lograron un acuerdo por el que se aplicó la condena referenciada y la unificación de penas. A cambio, el acusado debió confesar el hecho.

Aquel día, Aranea agredió físicamente a su pareja y le exhibió un machete mientras le profería amenazas de muerte. Todo ocurrió en el domicilio que compartían y delante de los cuatro hijos menores de edad de la mujer.

Fue justamente uno de los pequeños que presenció la agresión, el que logró salir del domicilio y buscar ayuda en casa de unos vecinos. Tras un llamado al 911, efectivos de la Policía de Río Negro pudieron detenerlo y comenzó la tramitación del caso, bajo el cargo de amenazas calificadas por la utilización de un arma blanca para cometerlas.

En la búsqueda de evidencias, la fiscalía logró reunir la declaración de la víctima y de sus cuatro hijos menores a través del sistema de cámara Gesell, pero además dieron con testimonios de familiares y vecinos que conocían las situaciones de violencia que sufría la mujer. A ello sumaron informes de Atención a la Víctima que evidenció el contexto de violencia de género que sufría, además de los registros telefónicos del 911 y todo aquello derivado del procedimiento policial.

El acuerdo incluyó una condena de un año y cuatro meses de prisión efectiva, pero que fue unificada con otra condena anterior de un año y seis meses en suspenso, en la que se le habían aplicado pautas de conducta que no cumplió.

En definitiva, ya no seguirá detenido con prisión preventiva sino que lo hará en cumplimiento de sus condenas, pero además deberá realizar un tratamiento psicológico obligatorio por el término de dos años, en el Hospital Zonal “Dr. Ramón Carrillo”.

Eventualmente, si pudiera acceder más adelante a una libertad condicional, las partes acordaron la expresa prohibición de acercarse a la víctima y su grupo familiar.

El juez Joos evaluó que la calificación legal del hecho resultaba adecuada a lo verdaderamente acreditado en el expediente en función de las pruebas colectadas y aseguró que tanto la pena como su forma efectiva de cumplimiento, también se encontraban dentro de lo establecido por los códigos.

*Si vos o alguna mujer que conocés sufre violencia de género comunicate al 144, es una línea telefónica nacional gratuita, que brinda contención, información y asesoramiento.

Mariano Colombo