Shadi Sadr y su lucha en Irán para proteger minorías sexuales, étnicas y religiosas

En el 2007 treinta y tres mujeres fueron arrestadas por participar de una manifestación ilegal en Teherán. Esta manifestación fue realizada en protesta por la detención de varias mujeres en una marcha del año anterior. Entre las detenidas estaba Shadi Sadr, activista, abogada y periodista, quien inició una huelga de hambre y dos semanas después quedó libre. En el 2009 varios individuos de civil la volvieron a arrestar mientras se dirigía a la universidad para realizar las plegarias de los viernes. Se negó a dar la clave de su celular. Permaneció 11 días detenida. Decidió irse del país con su pequeña hija, primero a Turquía, luego a Alemania y finalmente se estableció en Londres. Allí se enteró que fue condenada in absentia con seis años de cárcel y 74 latigazos.

Fundó “Justice for Irán” destinada a proteger a minorías sexuales, étnicas y religiosas. También contra el casamiento infantil o la obligatoriedad del uso de velo. Su sitio web fue hackeado numerosas veces. Denuncia que “las mujeres en Irán se sienten ciudadanas de segunda clase. Hay muchas políticas y leyes discriminatorias, en cuanto a herencias, en el ámbito familiar… El hombre tiene más derechos desde cualquier posición: como padre, como marido, incluso como hermano. Existe un código de vestimenta muy estricto. El testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre, por ejemplo”. A todo esto, se le suma la preocupación en los cambios de las leyes sobre derechos sexuales, reproductivos y laborales de las mujeres. Tras la guerra con Iraq se empezaron a limitar la distribución de anticonceptivos, se restringieron las vacantes laborales a mujeres solteras o sin hijos. También la intervención policial en riñas familiares. “Más población, más soldados” concluye.

Occidente celebra que Irán frene su desarrollo nuclear levantando sanciones económicas, pero mira para otro lado con respecto a la situación de la población. De eso no se habla en la mesa de negociaciones.