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| 20/07/2020

Marcelo Saccomanno presenta “Nocturno”, su segundo álbum

Adrián Moyano
Marcelo Saccomanno presenta “Nocturno”, su segundo álbum
Marcelo Saccomanno, en el estudio.
Marcelo Saccomanno, en el estudio.

Poco más de un año después de su grabación, la nueva producción vio la luz en las plataformas digitales. Diez temas que marcan la continuidad de “Felicidad”, aunque con algunas diferencias.

Días atrás, el cronista advirtió que en las últimas semanas y sin hacer demasiado barullo, Marcelo Saccomanno había estrenado cuatro nuevos temas en las plataformas digitales. Cuando contactó al músico para hablar del tema, éste se despachó con una novedad más contundente: “terminé de subirlo todo el viernes”, sorprendió. Entonces, más que procedente el anuncio: el 17 de julio quedó disponible “Nocturno”, el segundo álbum del popular “Negro”. Casi de golpe y porrazo.

Sin embargo, desde la subjetividad del protagonista la perspectiva es otra. “El 17 de julio finalmente pude subir mi segundo disco, Nocturno... Digo finalmente porque fue todo un proceso desde que salió del estudio hasta que lo di a conocer. Pasó exactamente un año, es decir, cuántas cosas pueden suceder en un año ¿no?”. Nada más que elecciones nacionales, cambio de gobierno, pandemia, intromisión absoluta de nuevas tecnologías y otras menudencias.

Coherente con el título, confió el músico en un intercambio que se produjo con El Cordillerano en la noche de domingo: “el álbum está compuesto de 10 canciones y es el resultado de una búsqueda estética y conceptual distinta al disco anterior, Felicidad”, diferenció. “Las canciones, algunas son nuevas y otras son producto de un re-visión de antiguas composiciones. De ver con los ojos de mis 43 años”, remarcó. Es el caso de “dos canciones que tocábamos con los Tres Dedos Deformento”, a saber “Repasador” y otra vez, “La noche”.

El flamante opus “es un disco áspero y quizá más oscuro” que “Felicidad”, según Saccomanno. “El título, Nocturno, tiene que ver con esa sensación de la noche, de la noche estelar o cósmica y también de ese otro mundo que se abre en la nocturnidad de nuestras sociedades, cuando corren otra energía, otros códigos y otras emociones que durante el día”, estableció. La portada la realizó Martín Vitaliti y justamente representa eso: un hombre mirando por la ventana de la noche. Portada, así le gusta a él llamar a la tapa.


La portada de su nuevo trabajo.

A pesar las diferencias de textura, “el proceso de trabajo fue bastante parecido al disco anterior, es decir, una preproducción muy trabajada, llegando y llevando casi al detalle cada canción. Cuando uno o una es un músico independiente, es decir, que produce -económicamente- sus propias obras, cuenta con recursos limitados a la hora de acceder a un estudio de grabación. Por eso el trabajo previo es muy importante”, resaltó.

Aventura en construcción

Con ese criterio como divisa, “trabajamos aquí en Bariloche junto a Gabriel Pirato Mazza en su estudio, grabando las referencias para luego enviárselas a Carli Aristide, quien es el productor artístico y vive en Buenos Aires. De allí, a la aventura de construir un universo sonoro a la distancia”, ponderó Saccomanno. “La tecnología permite maravillas a la hora de las idas y vueltas de criterios, sonidos y miradas”.

Pero más allá de esas facilidades, “en un momento hay que ponerle el cuerpo a las ideas y ahí fue cuando nuevamente viajé a la ciudad de Buenos Aires y durante tres intensos días, grabamos los instrumentos y las voces en Estudio Bulo, junto a Nacho de la Riega como ingeniero”. Si bien se trata de un emprendimiento solista, “el equipo increíble de músicos que me acompaña en estas locuras fue casi idéntico al de Felicidad: Leticia Carelli en bajo y coros, Federico Falcón en batería y coros, Carli Aristide en guitarras eléctricas y programaciones y Nacho de La Riega en piano”, enumeró.

Además, “tuve el placer de que participaran en la grabación aportando su talento Tomás Aristimuño en voz y Germán Lema en piano, con quien viajamos juntos desde aquí”, rememoró.

El “Negro” ya exhibe una trayectoria que no es para desdeñar pero así y todo, “en lo personal, es todo un desafío poder llevar adelante la difusión de mi mirada musical. A veces, siento que el mundo corre tan veloz que no sé si alguien se hará un tiempo, entre comillas, para escuchar en profundidad todo el trabajo que los artistas ponemos en nuestra obra. De ahí las preguntas que creo que nos hacemos la mayoría de los y las colegas: ¿y ahora qué? ¿Cómo difundir mi música, cuál es la mejor estrategia? ¿Podré hacer que estas canciones trasciendan el círculo de amigos y lleguen a más oídos?”.

Mientras se esbozan las respuestas, “aparece este otro rol del músico-productor: ahora también somos iniciados en mundo del marketing”, de nuevo entre comillas. “Junto con Adrián Moyano y Kaskote Producciones salimos a pegar afiches en los 90”, se excedió Saccomanno. “Hoy aprendí a editar fotos para Instagram… En los inicios de Tres Dedos Deformento, ir a las radios significaba poder difundir en toda la ciudad nuestros conciertos, hoy aprendí a hacer transmisiones en vivo por las redes”, comparó.

Quizá como pocos, “el medio ambiente donde nos movemos los y las artistas en nuestra sociedad es veloz, feroz y parece nunca detenerse. Por eso, elijo ir a mi tiempo, elegir las formas, estar atento a mis compañeros y por sobre todo, intentar ser honesto a la hora de componer y compartir mis palabras junto a los oyentes. Creo que con este disco sigo ese camino”, señaló. A veces, que la senda sea propia importa más que saber de antemano el rumbo.

El pulsar sanguíneo de la noche

Además de familiarizarse con las nuevas metodologías, el cantautor se vale de otras no tan valoradas en la actualidad, como la vieja y querida gacetilla de prensa. Dice: “Nocturno... ¿Cuál es el sonido de la noche? La noche cósmica de galaxias distantes. La noche en la tierra con su pulsar sanguíneo. Lo cósmico y lo íntimo se enlazan en un recorrido de diez canciones en el nuevo álbum de Marcelo Saccomanno. Nocturno”.

Y prosigue: “Las palabras y sonidos invitan a un viaje estelar y a su vez, a conectar con el impulso/pulso del latir de la nocturnidad, en el escenario que renace cada noche en nuestro universo íntimo y social. Diez canciones. Diez historias”. Además los créditos y que ya había compartido y por las dudas, recordemos que además de idear las canciones, el autor canta y toca la guitarra. En la gráfica, también hay intervenciones de su hijo Antú.

Adrián Moyano

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