Javier Muñoz: “tratamos de sobrellevar la ausencia de Lucas como podemos”

El 14 de julio de 2016 el policía Lucas Muñoz fue visto por última vez y casi un mes más tarde se encontró su cuerpo. Había sido asesinado. Cuatro años después, la familia mantiene vivo el recuerdo de Lucas mientras anhela que la causa avance y sean capturados los homicidas del efectivo policial.

Por ahora, los avances son escasos. Su hermano Javier, el mayor de los cuatro Muñoz, asegura que “no hay encuentro familiar en el que Lucas no esté presente. Tiene su lugar en la mesa, su plato y también el vaso. Tratamos de sobrellevar su ausencia como podemos”.

En diálogo con “El Expreso Periodístico” que conduce Antonio Zidar por El Cordillerano Radio (93.7 mhz) Javier confesó que “mientras la Justicia se demora, nosotros nos apoyamos en la fe, en las creencias que nos inculcaron desde chicos”.

Ninguno de ellos logra reponerse al homicidio de Lucas, aunque su mamá es quien carga con el mayor dolor. “Se le nota en el rostro, en la mirada” dijo Javier. El nacimiento de una nieta fue el único alivio para tanto dolor, ya que ocupa sus días en cuidarla.

Ese 14 de julio cambió la vida de todos los integrantes de la familia Muñoz. Empezaron a vivir de una forma diferente y más aún desde el 10 de agosto, cuando fue encontrado sin vida.

Dueño de un carisma particular, Lucas se caracterizó desde chico por confrontar a los demás, en especial a su mamá. Pero cuando creció lo hizo con fundamentos y argumentos sólidos. Nunca se quedó quieto. “Logró lo que se propuso, era una característica propia” recordó su hermano, quien reside en la capital provincial.

El hecho

Hace cuatro años Lucas salió de su departamento de la calle Moreno para ir a trabajar a la comisaría 42, pero nunca llegó.

Desde ese momento se inició una investigación para tratar de ubicarlo. Para la familia, una investigación “a medias, con muchas irregularidades”.

Fue encontrado en un descampado que, según fuentes de la Policía de Río Negro, ya había sido rastrillado en reiteradas ocasiones. Hubo cientos de especulaciones, aunque todas recayeron en el entorno laboral de Muñoz. Pero los avances fueron nulos y peor aún en el último año.

Un equipo de investigadores de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) fue designado para intentar esclarecer el hecho, para evitar la posible subjetividad de la fuerza rionegrina, aunque esa repartición federal fue desarticulada. La investigación, entonces, se pinchó aún más de lo que estaba.

“Tenemos muchas preguntas, un montón de teorías y pocas certezas” dijo Javier, aunque dentro de estas últimas está que Lucas fue víctima de manos policiales. “No sabemos si de sus compañeros o de quienes ejercían mayores rangos jerárquicos, pero su asesino vestía uniforme” dijeron.

Para argumentar su teoría aseguró que “solo alguien con conocimientos pudo ocultar tanto tiempo a mi hermano, sin que se supiera nada. No hay dudas de la complicidad”.

“Parece que vivíamos en una película, pero sin desenlace. Porque en las películas siempre aparece algún culpable, y nosotros todavía esperamos saber quién fue”, finalizó.