12/06/2020

La gastronomía ya trabaja con distanciamiento social en Dina Huapi

La gastronomía ya trabaja con distanciamiento social en Dina Huapi

La Municipalidad de Dina Huapi permitió la apertura de locales de comidas, con atención en las mesas. Ezequiel Fritzler contó la situación imperante en el restaurante Don Rey de su propiedad. Explicó cómo afectó el cierre por la pandemia. El trabajo con delivery o con el take away y la esperanza que renace a partir de poner nuevamente en funcionamiento el establecimiento gastronómico.

“Volviendo a la normalidad, estábamos con la modalidad delivery de día y de noche y el take away solo de día, en los horarios habituales de los comercios, luego se sumó el take away a la noche y ahora pasamos a la modalidad de poder recibir a los clientes en las mesas” y agregó que “creo que el rubro gastronómico está más adecuado a la inocuidad, más que nada por el trabajo en la cocina, nosotros estamos acostumbrados a trabajar para prevenir una contaminación cruzada, temas como la salmonella, la triquinosis, impusieron en nosotros un entrenamiento previo a todo esto”.

Fritzler contó sus experiencias a través del programa “El Expreso Periodístico” que se emite de lunes a viernes de 9:30 a 12:30 por El Cordillerano radio (93.7). Allí mencionó en cuanto al salón que “nosotros siempre fajinamos, hablo de fajinar a pasar alcohol en platos y cubiertos, lo nuevo para nosotros es observar que cuando el cliente está comiendo lo hace sin el barbijo, entonces queda como descubierto, con lo cual nosotros tenemos la responsabilidad en ese momento de tener -por ejemplo- todos los cubiertos envueltos después de fajinados y obviamente hicieron mucho hincapié en la señalización dentro del restaurante en cuanto qué mesas se puedan ocupar y qué mesas no, para que la gente lo tenga claro. Cuando espera nosotros tenemos un mostrador donde trabajamos con el take away y bueno entonces debimos resolver dónde espera la gente, uno lo puede tener claro, pero el establecimiento tiene que tener mucha señalización”.

El propietario sostuvo que “nosotros nos enteramos el martes a la noche que podíamos abrir y en el transcurso del miércoles no es que abrimos desesperadamente porque sabíamos que no iba a venir un aluvión de gente al salón, esto creemos que va a ser paulatino, nos vamos adaptando para hacerlo con pie seguro, así que en el transcurso del día de ayer (jueves) nos pasaron todo lo que había que hacer, ir adaptando, como cartelería en los baños, cómo lavarse las manos, etcétera, también cartelería en la cocina para el personal y mucha señalización sobre qué mesas no se pueden usar. Me pasaron el ejemplo de Villa La Angostura, donde algunos restaurantes había hecho una marca en el piso, para mantener una distancia de 2,25 metros más o menos”.

Es indispensable para el personal barbijo, cofia, “el uso de guantes al momento de bajar el plato o la copa, aunque ahí hay un poco de grises porque algunos dicen que el guante sí y otros dicen que no, desde el municipio nos sugirieron que sí, que los utilicemos”, indicó.

Sobre la ropa a utilizar en el establecimiento y en cuanto a la atención, señaló que “la ropa de trabajo no tiene que ser la ropa de calle, es algo que ya veníamos haciendo, el uso de faldones o pecheras que estamos utilizando y en cuanto a lo que es el contacto con la mesa nosotros estábamos acostumbrados a un servicio en donde presentas el plato y a lo mejor te quedabas hablando con el cliente, bueno, eso vamos a tener que ir adaptándonos a ser un poco más distantes. Va ser extraño en ese sentido, un servicio un poco más frío, aunque detrás del tapabocas siempre va a existir una sonrisa”.

El gastronómico explicó asimismo que “nosotros teníamos muy afianzado el servicio de delivery, con casi 7 años, por lo cual tampoco tuvimos que adaptarnos demasiado. Seguimos trabajando con el delivery normalmente, ahora con al take away, y en el local trabajamos con 10 mesas, tenemos un deck bastante grande, un jardincito. Un colega de España donde ya comenzaron hace un tiempo, con el cual hablo muy seguido, me contó ‘vas a tardar unos 20 días en arrancar’, aunque ellos arrancaron en verano y nosotros ya estamos casi en el invierno” y agregó que “entonces solamente voy a utilizar las mesas de adentro y estamos viendo si podemos poner una de esas lonas vinílicas que hay para el exterior con algún caloventor, pero no creo que la gente quiera sentarse afuera, así que vamos a estar con un 50%, pero creo que es lógico, el ascenso del trabajo va a ser paulatino, por más que levanten la cuarentena no va a venir la gente corriendo a agolparse en el lugar. Esto va a ser de a poquito, en cuanto a que la gente vaya recobrando la confianza”.

También Fritzler refirió que “trabajo con mis padres y con dos empleados, en temporada somos más, el verano en Dina Huapi es más fuerte que el invierno y en temporada baja somos cuatro personas, el tema es que mi padre tiene 70 años con lo cual todo este tiempo estuvo haciendo la cuarentena y los dos empleados también, en abril estuve trabajando solo, solamente con el delivery, a partir de mayo ya comenzamos con el take away y ellos -los empleados- se reincorporaron y bueno, vamos de a poco. Creo que hay que ir comparando mes a mes, si comparás con lo que trabajabas antes, obviamente es muy desalentador”.

Don Rey está ubicado sobre la ruta en Dina Huapi, sobre la colectora a la mano derecha “pasando el barquito”. En cuanto al alquiler sostuvo que no afecta tanto, “porque se resuelve persona a persona, todos los comerciantes gastronómicos nos hemos sentado con los propietarios de los locales y se pudo hablar. Con los que no se pudo hablar es con la AFIP, con un montón de entes recaudadores que sí ahorcaron más, esa fue la diferencia. Creo que si no hubieran puesto la cuarentena igual la gente hubiera dejado de salir a comer, al principio había un poco de paranoia, o sea que al hábito de consumo hubiera cambiado igual. El virus nos afectó muchísimo a todos los comercios, pero después hubo una lentitud en cuanto a la ayuda, muchos comerciantes gastronómicos no recibieron el ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) para completar los sueldos, ni siquiera el 50%, los planes de pago de aquellos que tenían que pagar AFIP siguen corriendo y si no depositas el 26 se te cayó el plan, se cayeron los planes directamente, ahí hubo una diferencia. Estoy confiado que la industria gastronómica tiene las herramientas para poder ofrecer confianza al cliente porque ya tenemos experiencia para ofrecer seguridad en todo sentido”.

El propietario consideró que “tenemos que estar preparados para cuando viene una persona del aeropuerto, asintomática, para que nadie se contagie, porque todos vamos a estar a 2 metros de distancia de esa persona, sus cubiertos van a estar desinfectados, el trabajo con guantes, porque la circulación en algún momento va a empezar a fluir, el tema es que tenemos que estar preparados para que no nos contagiemos, ni contagiar a nadie”.

Fritzler también señaló algunas especialidades de Don Rey como “vermuthería” o cerveza artesanal, con una cervecería que es de Bariloche, pero ahora está fabricando en Dina Huapi, y se lamentó al decir: “es una pena que haya gente del rubro que tuvo que cerrar sus puertas, porque detrás hay muchas cosas, además de un sueño, el sustento de familias. Ojalá que no cierre ninguno más, el que haya cerrado se pueda reinventar y que este haya sido el fondo y de acá para adelante empiece a resurgir todo”.

Reflexionó que “acá en Dina Huapi hay productores, destilerías, un productor de whisky por ejemplo, hay una cervecería importante. El vermouth es vino con hierbas, se fortifica un poco destilado, y cuando nos dimos cuenta que estamos rodeados de hierbas, el paico, el diente de león y otras son hierbas autóctonas e introducidas, empezamos a trabajar la maceración de esos productos botánicos e hicimos vermouth italiano, pero de la estepa patagónica, incluso a nuestra fainá le ponemos hongos de pino, para darle un perfil más patagónico y el vermucito tiene que tener también un poco de nuestra impronta”.

Por último, Ezequiel Fritzler contó que era de la Boca. “Hace 16 años que me vine a vivir a Bariloche y hace 7 que me mudé a Dina Huapi, muy contento, es el lugar donde nacieron y crecen mis hijos. Tratando de mantener el contacto con el entorno y esto hace una propuesta gastronómica para que la gente venga de otro lado a conocer nuestra diversidad, ciervo, cordero, jabalí, trucha, ahumados, chocolate, cerveza, un montón de productos que tenemos a nuestra mano y que debemos utilizarlos para diferenciarnos y hacer que el turismo se sienta tentado de venir a visitarnos en base a nuestras raíces”.

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