MINUCIOSO TRABAJO

| 26/04/2024

Con el impulso de un barilochense investigan un posible submarino nazi en Necochea

Con el impulso de un barilochense investigan un posible submarino nazi en Necochea

La expedición que busca identificar el supuesto submarino nazi hundido en Necochea habría obtenido nuevas evidencias

La agrupación Eslabón Perdido asegura que las últimas imágenes logradas son más nítidas y podrían confirmar el origen de la embarcación. El periodista Abel Basti sostiene que hubo un intento por alterar la zona del naufragio.

El misterio sobre el supuesto submarino nazi hundido frente a las costas de Quequén, una playa cercana a la ciudad bonaerense de Necochea, podría llegar a su fin. Así lo aseguraron los miembros de la agrupación Eslabón Perdido, quienes desde el hallazgo de unos hierros retorcidos dos años atrás intentan determinar si lo que muestran las imágenes submarinas son los restos de una embarcación que perteneció a la Kriegsmarine nazi, la Armada del Tercer Reich que combatió durante la Segunda Guerra Mundial.

El ingeniero civil Hernán Sotero González, coordinador profesional de la expedición que desde hace un mes y medio trabaja en el lugar, aseguró que las últimas imágenes obtenidas son más nítidas y podrían verificar el origen de la embarcación hundida. “Vimos escotillas de presión que no se usan en barcos, una escotilla inclinada de diámetro de torpedo que son de carga diagonal, bitas de amarre y cadenas”, explicó Sotero González en declaraciones periodísticas.

Según el especialista, se trata de una pieza “que se corresponde con el endoesqueleto de un submarino de la Segunda Guerra Mundial”, al tiempo que descartó que se trate de una embarcación de otra nación que haya participado del mayor conflicto bélico de la historia o que sea un barco más antiguo, de una época anterior.

Los restos en cuestión, que corresponderían a un U-Boot Clase IX, están hundidos a una profundidad de 28 metros, a unos cuatro kilómetros de la costa. Según Eslabón Perdido, los datos logrados hasta el momento coinciden con filmaciones obtenidas por la Prefectura Naval Argentina en 2022. Estas imágenes muestran un casco destruido y enterrado hasta la cubierta, con elementos compatibles con lo que serían tanques de aire comprimido, una escotilla, bitas de amarre, una torreta y hasta un periscopio.

Luego de las tareas realizadas por la PNA, Eslabón Perdido obtuvo permiso de las autoridades para trabajar en el lugar, donde fueron utilizadas dos embarcaciones y se tomaron imágenes a través de vehículos de operación remota (ROV), un sistema robótico sumergible que se usa para observar las profundidades del agua.

El periodista barilochense Abel Basti, un investigador que sostiene en varios libros publicados que Adolf Hitler escapó de la ruinas humeantes del cercado Berlín y se refugió en Sudamérica, es uno de los impulsores de la expedición. En recientes declaraciones calificó como “operación exitosa”, a la tarea llevada adelante por Eslabón Perdido para verificar si los restos se corresponden con un submarino nazi.

Según Basti, “el submarino alemán hundido en Necochea fue destrozado mediante el uso de explosivos para borrar evidencia”, lo que dificulta su posible identificación.

Asimismo, afirmó que “además de que el submarino fue volado con explosivos, se tiró chatarra en el naufragio para confundir a los investigadores”. Basti dijo que esta chatarra fue “plantada” después de la investigación que hizo la Prefectura en 2022.

“Hicimos por primera vez una gran inspección del sitio, constatando que han arrojado chatarra. Significa que se ha plantado allí material ferroso en gran volumen que antes no estaba. Es una operación de envergadura, ese es el hecho nuevo”, aseveró Basti.

En esa línea, explicó que se trata de “algo reciente, un material extraño al sitio” y arriesgó que se podría tratar de un intento de “alterar el lugar del naufragio”, algo que sirve para confundir. Para reforzar su análisis, Basti aseguró que en el registro propio anterior y en las ocho horas de filmación de Prefectura “todo eso no estaba”.

El barilochense lamentó que todo esto provoca que “los peritos tengan que hacer un trabajo detectivesco para identificar piezas”, ya que se trata de una situación que “dificulta la investigación”. Incluso, sostuvo que deberán “detener todo trabajo por la contaminación que han realizado del área”.

Mientras tanto, se espera que los datos obtenidos por sonar de barrido lateral y las imágenes de ROV sean analizadas por expertos, a los efectos de que se puedan tener más precisiones de las piezas registradas y el contexto general del sitio del naufragio. Los especialistas trabajan bajo la hipótesis de que la unidad naval fue detonada con explosivos.

La expedición se realiza con la financiación de la Fundación Reitich, cuyo fundador Jaime Philippe Reitich Baron, “persigue el esclarecimiento de la verdad histórica jamás revelada”, según indicaron desde la agrupación Eslabón Perdido.

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