26/05/2020

¿QUÉ SERÁ DE...? Jorge Raúl Montero de Espinosa, integrante del único equipo de básquet campeón provincial

Martín Leuful
¿QUÉ SERÁ DE...? Jorge Raúl Montero de Espinosa, integrante del único equipo de básquet campeón provincial
El único equipo de básquet que salió campeón provincial, en el año 1968. Jorge con la camiseta 14.
El único equipo de básquet que salió campeón provincial, en el año 1968. Jorge con la camiseta 14.

El alero del primer equipo de básquet de Estudiantes Unidos (siempre jugó en ese club), formó parte del único seleccionado barilochense que logró un certamen provincial.

El mismo se jugó en 1968 en nuestra ciudad y el plantel estuvo bajo la dirección técnica de Jorge Hugo Canavesi. Montero disputó cinco certámenes argentinos y catorce provinciales representando a nuestra ciudad.

El básquet tuvo momentos de oro en Bariloche. Uno de esos momentos fue cuando el seleccionado local logró por primera y única vez el certamen provincial de básquet con un equipo armado íntegramente de equipos de Bariloche. Fue en 1968, un momento en la historia del deporte que quedó grabado en el recuerdo de muchos. Uno de los integrantes de ese gran plantel fue Jorge Raúl Montero de Espinosa.

El exbasquetbolista local nació en Carmen de Patagones en 1946 y a los 11 años arribó a nuestra ciudad. Culminó sus estudios primarios que había comenzado en la localidad del sur de Buenos Aires en la escuela 16 y el secundario lo arrancó en el comercial diurno, pero lo terminó en la nocturna.

Hijo de Wilson Américo Montero de Espinosa y Aidé Matilde Allioggia, tuvo dos hermanos más, Antonio Enrique y Mario.

Al culminar sus estudios secundarios, comenzó a trabajar en Comercial Giménez y Oset, un negocio que funcionaba en Mitre y Quaglia que era propiedad de su padre con la familia Giménez. Contrajo matrimonio con Graciela Magistrali (segunda reina nacional de la Nieve) y tuvo tres hijas, Silvina Laura, María Cecilia y María Florencia. Hoy tiene cuatro nietas, Camila, Candela, Emilia y July.

Alero de Estudiantes y de la selección comenzó contando que “empecé jugando al básquet y también al fútbol, pero siempre me tiró más el básquet. Desde chico, en el secundario, inclusive cuando salí de la colimba continué jugando, siempre en el Club Estudiantes Unidos. Participé de cinco torneos argentinos y 14 provinciales. Como todos los pibes de esa época nos juntábamos en el colegio primario para tirar al aro”. En el secundario participaron con el Colegio Comercial de varios intercolegiales y además en ese tiempo ya aparecían los certámenes comerciales.

El debut en los comerciales

Cuenta Jorge Montero de Espinosa que “fue una linda época en el básquet de Bariloche, había básicamente dos equipos fuertes, uno era Estudiantes y otro el Deportivo Nahuel. En los torneos comerciales debuté en el equipo de Mercado Municipal, se jugaban en el CEF 8 (Centro Nacional de Educación Física N° 8), luego en Bomberos Voluntarios y estoy seguro que hubo algún equipo de Comercial Giménez y Bazar Wilson que era el negocio que fundó mi padre conmigo y mis hermanos. Con ese equipo ganamos algunos torneos comerciales y con Estudiantes, que teníamos un muy buen equipo, llegamos varias veces a las finales y nos alternábamos los campeonatos con el Club Nahuel, que era el otro plantel fuerte de la ciudad. Por eso siempre mayoritariamente las selecciones se conformaban con jugadores de estos dos equipos”.

“Fue la suerte”

A Jorge Montero se le quiebra la voz, piensa e indica que “voy a tomar aire porque me trae muchos lindos recuerdos todo esto. Yo creo que tuve la suerte de ser partícipe de estar dentro de un equipo que fue campeón por primera vez de un provincial. Creo que 1968 es un año muy importante para el básquet e insisto que estábamos justo todos nosotros, al mando de un gran entrenador como lo fue Jorge Canavesi, que venía de haber salido campeón con la Selección Argentina del mundial de 1950. Era la undécima edición del provincial y fuimos los campeones”.

La previa

Hombre de convicciones firmes, y sereno al hablar, cuenta que “para ese certamen estuvimos entrenando entre 3 y 4 veces por semana con Hugo (Canavesi). Todos nos conocíamos de Estudiantes y con el resto de habernos enfrentado, además de todo ese tiempo de entrenamiento, se practicaban jugadas y en los cambios los que aparecían del banco estaban comprometidos a cerrar jugadas, había un gran trabajo, el esquema estaba totalmente aceitado. La base del equipo era Tito Oporto, Felix Martin, Enrique Maletti, Ricardo Scotti y yo. Giraudi que entraba desde el banco, tenía un gran juego de abajo, era muy bueno, recuerdo que tenía un “ganchito” muy lindo que lo practicaba desde debajo de la llave, todos habíamos aprendido a tener movimiento de piernas, y Canavesi sacaba provecho de cada una de nuestras virtudes. Era un equipo que comparado con los rivales no tenía mucha altura, pero igual ganábamos en lo alto. Sin dudas la gran virtud del equipo fue el entrenador, nos enseñó mucho”.

El campeonato

La historia del básquet ha marcado que la superioridad provincial siempre estuvo en la zona del Alto Valle o Valle Inferior, pero aquel año, 1968, el equipo de Bariloche comandado por Hugo Canavesi les arrebató esa superioridad. El plantel estaba conformado por Jorge Montero de Espinosa, jugador de Estudiantes Unidos y que llegaba con dos provinciales en su haber, su hermano Antonio Montero, también del “Pincha” y ese año fue su debut en los provinciales, el doctor Justo Giraudi, Estudiantes Unidos, Horario Troncoso del Club Nahuel Huapi y que fue debutante, Jorge Coqui Sánchez, también de Estudiantes Unidos y que llegaba a ese certamen con tres provinciales, Evaristo Tito Oporto de Estudiantes con 5 provinciales, Enrique Maletti que jugaba en Boca Juniors, Oscar Alvarez del Club Nahuel Huapi con cuatro provinciales, , Héctor “Toto” Alvarez del Nahuel Huapi con un provincial en su haber, Américo “Neco” Soich de Estudiantes Unidos con dos provinciales, Félix Martínez de Estudiantes Unidos con un provincial y el gran Ricardo “Gringo” Scotti que jugaba en el Nahuel Huapi y que tenía 3 provinciales en su espalda.

Goleador

El exjugador de básquet sentencia que “en un intercolegial que se disputó en Río Gallegos logré quedar como máximo anotador, el primer puesto lo compartimos con Ruiz Moreno, un excelente jugador, increíble, pero terminamos los dos con la misma cantidad de puntos. Luego en los provinciales siempre había hegemonía de otros lugares, hoy creo que sigue pasando. Estaba Alto Valle que estaba integrado por General Roca, Cipolletti y las zonas aledañas, Valle Medio que era Villa Regina, Choele Chole, Río Colorado, Lamarque y Pomona y luego Valle Inferior que era Viedma y que siempre sumaba a Carmen de Patagones”.

Gracias totales

Con serenidad y con la voz un tanto quebrada por la emoción de sus recuerdos, Jorge Montero dijo que “el deporte por sobre todas las cosas, fueron las amistades. El poder conocer otros lugares que tal vez yo no habría podido conocer nunca, viajar al norte, o al sur del país, todo lo conocí por el básquet. El deporte te da una actitud de vida. Te enseña a dirimir en un partido, a resolver problemas dentro de la cancha. Te enseña a saber ganar, pero también a saber perder y en cierto modo es una conducta que se toma para el resto de la vida. Me enseñó a ser una persona de bien, y creo que de poder transitarla, lo haría exactamente igual, la única asignatura que me queda pendiente es qué hubiese pasado si hubiese transitado el profesionalismo”. Jorge, hoy transita su vida tranquila, en medio de la pandemia, está jubilado y junto a su compañera. Fue uno de los dueños del histórico Bazar Wilson, lugar que llevaba el nombre de su padre, hombre que siempre acompañó al deporte. Luego de su retiro del básquet, fue presidente de la Cámara de Comercio y presidente del Club Nahuel Huapi.

Su chance de Buenos Aires

Tanto en el fútbol o en el básquet, Jorge Montero de Espinosa cuenta que “tuve la suerte que dos veces y en dos deportes me pude haber ido a Buenos Aires. En el fútbol, cuando terminé la colimba, jugaba en Estudiantes y casi me voy a Racing, y en el básquet estuve a punto de irme a estudiar al Colegio Domingo Savio, y de haberlo hecho, podría haber continuado jugando en un lugar como siempre fue Bahía Blanca con el básquet”.

Los torneos argentinos

El exdeportista cuenta, “debuté en un argentino ante San Juan con 18 años. La delegación de Bariloche compartió hotel con la delegación de Capital Federal y nos cruzábamos en los pasillos. La gran mayoría de ellos salía en la Revista El Gráfico, eran profesionales que vivían del básquet, nosotros éramos todos amateurs. Estaba, entre otros, Norberto Battilana. En esa época comenzaron a discutir los tiros por elevación y Battilana era un exquisito, metía muchos puntos por partido, en ese tiempo no existían los triples y se anotaba de 2 o 1 punto. Nos enfrentábamos a tipos que 2 metros o más y la verdad es que siempre planteábamos buenos partidos, con nuestras limitaciones”.

Anécdota

Con muchas anécdotas de viajes, previas y partidos, Jorge Montero de Espinosa indica que “cuando era más chico, me metía, con la bendición de los Chueri, a tirar al aro. Recuerdo que el Club Boca tenía un portón grande y se metía por la hendija un haz de luz. Yo me metía y tiraba casi a oscuras para practicar, solo sentía el ruido de la red. Me acuerdo que Mario Isla me tiraba la pelota a rastrón y yo volvía a tirar e iba corrigiendo los tiros, era la manera en la cual yo podía practicar mis encestadas”.

Martín Leuful

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