Sin audiencias no es posible pedir prisiones preventivas u otras medidas cautelares    

en virtud del periodo de suspensión extraordinaria que se dispuso en la Justicia rionegrina a partir de la pandemia COVID-19, la actividad judicial ha quedado virtualmente paralizada. Sólo en casos de delitos graves, como homicidios, robos agravados o hechos de violencia de género, pueden realizarse audiencias, único espacio en el que se pueden imponer, por ejemplo, las prisiones preventivas. Pero hay más, la legislación establece que hoy la regla es la libertad: toda persona tiene derecho a transitar un proceso judicial en su contra en libertad.

El Superior Tribunal de Justicia dispuso la paralización de la actividad judicial y consecuentemente las audiencias orales que canalizan los procesos. De ese modo, no hay posibilidades de solicitar medidas cautelares como prisiones preventivas, domiciliarias y otras restricciones. De tal manera, ante la detención de cualquier ciudadano que se vea involucrado en un episodio delictivo, sino se trata de un hecho grave, inmediatamente quedará en libertad ante la imposibilidad de realizarse audiencias.

Pero hay más, la legislación establece en la actualidad que solamente dos cuestiones deben ser valoradas para mantener en prisión a una persona durante un proceso judicial. La legislación actual es clara en ese sentido: ya no importan los antecedentes, ni la entidad del delito investigado. La libertad es la regla, que como tal tiene sus excepciones: el peligro de fuga o el entorpecimiento de la investigación.

Por ello no es una cuestión de ineficacia o de incapacidad o de impericia, cuando a las pocas horas de la detención de un individuo, recupera su libertad. Es una cuestión legal. Y quienes hacen las leyes no son los integrantes del Poder Judicial, sino los integrantes de los Poderes Legislativos.

El caso que desató la polémica ocurrió en las últimas horas y provocó una enorme reacción de los vecinos. Es que en menos de 24 horas, un delincuente que fue filmado mientras sustraía cerámicos de una obra en construcción ubicada en el kilómetro 1 de Bustillo y escapaba  a toda velocidad por las calles del casco urbano, recuperó la libertad horas después.

Que haya quedado libre, es lo que marca la ley, agravado por la situación límite de emergencia y por la literal paralización de la actividad judicial. Escandalice a quien escandalice. Es lo que marca la ley. Eso no significa que el proceso no continúe. La identidad del sujeto fue corroborada, se verificó que no tenía antecedentes judiciales computables y se comprobó cuál era su domicilio real. Así, cuando la actividad judicial reanude, deberá enfrentar la continuidad del proceso bajo el cargo de coautor del delito de robo.

Lo que sí debería escandalizar a la sociedad, es la ineficacia e impericia de los empleados policiales que intervinieron tras el hecho. Una vecina que grababa con su teléfono celular, llamó al 911 y narró lo que ocurría. Alertó a las autoridades que se trataba de dos muchachos jóvenes que robaban elementos de una obra. Inexplicablemente, a la policía se le escapó uno de los autores del hecho, tras una breve persecución que fuentes oficiales quisieron teñir de cinematográfica.

Según se registró en la filmación de la vecina, los ladrones estacionaron su Peugeot 206 color azul y frente a la obra en construcción y con tranquilidad cargaron las cajas de cerámicos marca Lourdes que estaban en el predio privado. Pero tras una persecución de pocas cuadras, a la policía se le escapó uno de los involucrados y ahora está siendo buscado.

Mariano Colombo