SEGUNDA AUDIENCIA DEL JUICIO POR JURADOS

| 03/03/2020

La acusada tenía cuatro golpes y cortes en el rostro al ser detenida

Mariano Colombo / Foto: Tonny Romano
La acusada tenía cuatro golpes y cortes en el rostro al ser detenida
La declaración del médico policial le dio una buena posibilidad a futuro para la defensa.
La declaración del médico policial le dio una buena posibilidad a futuro para la defensa.

El médico policial Paulino Soria contó que revisó a Marta Valle en el interior de la subcomisaría 80 en la que fue alojada tras su detención, apenas horas después del hecho. La mujer tenía golpes y heridas cortantes en los labios, nariz, ojos y frente, producto de varios golpes y algunos de ellos con un elemento con filo, aventuró.

Los dieciséis ciudadanos que integran el primer jurado popular de la historia judicial rionegrina, pudieron escuchar este martes el relato de empleados policiales del Gabinete de Criminalística y del servicio de emergencias 911, además del médico forense Juan Manuel Piñero Bauer, que intervino en la realización de la autopsia de la víctima.

De ese modo, durante toda la jornada, la fiscalía incorporó al material probatorio la pata científica de la investigación, para sumar a los testigos claves que declararon el primer día y a los empleados policiales que arribaron en primera instancia al lugar, tras la ocurrencia del hecho.

En líneas generales todo transcurre como si se tratara de un juicio convencional, a excepción de una breve descripción que cada perito o especialista debe hacer en relación a su trabajo, para explicarles a los miembros del jurado sobre qué versó su participación en la investigación del caso.

El sargento primero Ángel Rojas aportó un extenso relato sobre su intervención como miembro del Gabinete de Criminalística, aunque quizás el dato más importante que aportó es que dentro de un Renault 12 sobre el que debían realizar un relevamiento, había una mujer que estaba muy agresiva.

Otra integrante del Gabinete Criminalístico, la cabo Garrido, explicó su trabajo en relación al análisis de la ropa que vestía la víctima en aquella madrugada. También declaró el jefe de esa dependencia policial, Román Díaz.

Mónica Cornelio, bioquímica del mismo Gabinete, levantó manchas de sangre humana en el cuchillo secuestrado, en la ropa que vestía la acusada y en la ropa que vestía la víctima. Todo fue remitido al Laboratorio de Genética Forense para la obtención de muestras de ADN y así poder determinar a quién correspondían esas manchas hemáticas.

De ese último testimonio se desprendió la existencia de abundante cantidad de sangre en el puño de la mano derecha de un saquito de hilo que vestía la mujer. Además, aunque sin realizar aseveraciones contundentes, reveló que otro tipo de manchas, de salpicaduras, que la mujer tenía en su ropa, eran compatibles con aquellas que se producen ante el ingreso y salida abrupta de un elemento cortante, sobre un cuerpo humano. Por caso, en una puñalada.

También declaró el médico forense Juan Manuel Piñero Bauer, quien en primera instancia solo pudo observar a Huenuqueo luego de ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Zonal y al día siguiente le tocó realizar la autopsia, en la que determinó que el fallecimiento se produjo a causa de la gran pérdida de sangre que derivó de la puñalada y de la lesión que provocó en un lóbulo del pulmón izquierdo.

Finalmente, Fabio Muñíz, subcomisario a cargo del servicio de emergencias 911 y de las cámaras de seguridad instaladas en la ciudad, reveló detalles sobre las tres llamadas que se registraron en la madrugada del hecho al número de emergencias.

Dos correspondían a una vecina que eludió revelar su identidad, explicó que se despertó con los gritos y anunciaba que había una persona herida, posiblemente a causa de una puñalada. El tercero correspondía a un empleado del Hospital Zonal que consultaba si ya había arribado el personal policial al lugar para dirigirse en auxilio del herido y evitar encontrarse con la reyerta todavía en desarrollo. Le manifestó a la operadora del 911 que una chica de nombre Rocío, había llamado al nosocomio pidiendo auxilio.

Contusiones, hematomas y cortes

El médico Paulino Soria abrió una veta sobre la que la fiscalía eligió no indagar, para no confundir al jurado. Pero sin lugar a dudas la cuestión será utilizada por el defensor y por la propia acusada, sobre el final del juicio.

Es que el galeno acudió al calabozo de la subcomisaría 80 alrededor de las 7 de la mañana del 23 de junio del año pasado. A unas cuatro horas de que se haya producido la agresión de Fernando Huenuqueo en el interior del domicilio de la calle Namucurá al 1300.

En el lugar, revisó a Marta Dina Valle, quien ya había sido detenida como principal sospechosa de la agresión -que técnicamente todavía no era un homicidio porque Huenuqueo aún resistía pese a la gran pérdida de sangre que sufrió- y se encontró con una persona colaborativa, serena y escueta en sus respuestas.

Revisó a la mujer y constató que tenía lesiones de carácter leve desde la óptica legal, pues estarían curadas en un lapso de cuatro semanas. Según describió, la mujer había recibido varios golpes en los labios, en la nariz, en los ojos y en la frente y algunos de ellos pudieron ser provocados con algún elemento con filo, según explicó, porque además de los hematomas, tenía cortes.

Vale recordar que en la primera audiencia del caso, de formulación de cargos, cuando Huenuqueo todavía luchaba por su vida y a la mujer le imputaron el delito de lesiones graves, se presentó con su rostro visiblemente lastimado. En su versión de descargo, la mujer señaló que había sido golpeada por Sergio Monsalve, a quien apuntó como el autor del ataque a su pareja, cuando intentó defender a Fernando de la agresión.

El hecho

El hecho investigado ocurrió el 23 de junio del año pasado. Según estableció la fiscalía, en el medio de una reunión entre varias personas en la que abundó la ingesta alcohólica, la imputada y su pareja, Fernando Huenuqueo, habían protagonizado toda la noche algunas discusiones y reacciones violentas.

Ya en el interior de la vivienda, producto de su intoxicación alcohólica, Huenuqueo se había quedado dormido en una silla y pocos minutos después, cayó al suelo. Siempre según la acusación, la situación fue aprovechada por la mujer que le habría aplicado varios puntapiés en la cabeza, para finalmente tomar un cuchillo de la cocina y asestarle una puñalada en el tórax.

Los primeros relatos coinciden

Los tres primeros testimonios presentados durante el juicio son coincidentes en términos generales. Se trata de las tres personas que aquella noche compartían la velada y dos de ellos presenciaron la agresión, según declararon, ya que el tercero se había ido a dormir al interior de un Renault 12 en el que se desplazaba. Se trata de Rocío Hernández Cretón, su pareja Sergio Monsalve y Oscar Huenuqueo, hermano del fallecido.

Narraron que tras comer y beber, el acusado se quedó dormido y cayó al suelo, circunstancia que fue aprovechada por la mujer para darle golpes en la cabeza con sus talones. Luego, cuando Huenuqueo se quiso reincorporar, tomándose de las piernas y la cintura de la mujer, ésta tomó un cuchillo que había sobre la mesa y le asestó una puñalada en el tórax.

Además dijeron que tras el hecho intentó continuar la agresión y quiso impedir que le brindaran ayuda y lo trasladaran a un centro asistencial, en donde finalmente falleció varias horas después.

Mariano Colombo / Foto: Tonny Romano

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