Greta Thunberg: “¿De qué sirve aprender si no vamos a tener futuro?”

A los 15 años, en agosto del 2018, empezó a faltar a clases los viernes, para ir con su pancarta escrita a mano con la leyenda “huelga escolar por el clima”, a protestar ante el parlamento sueco para que tomen acciones concretas contra el cambio climático. Se estima que en la actualidad más de un millón de niños la copian en cien países bajo un movimiento denominado “Fridays For Future”. Esta acción ha llamado la atención de los medios y de los políticos. Se entrevistó con el papa, habló en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2018 (COP24), el Foro Económico Mundial, el Comité Económico y Social Europeo, y es recibida por diversos líderes.

Se trata de la sueca Greta Thunberg, quien se reconoce a sí misma como dentro del espectro autista, y que tiene síndrome de Asperger. A los 11 años cayó en una depresión producto de enterarse del peligro que corre la humanidad y perdió 10 kilos. Las imágenes de osos polares flacos, bosques talados, las islas de plásticos en los mares, deberían ser advertencias suficientes de que vamos por el mal camino.

Ha cambiado varios de sus hábitos -no come carne, no viaja en avión- porque sabe que la suma de esfuerzos individuales hace la diferencia, aunque reconoce que la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero son generadas por corporaciones. “¿No es mejor estudiar?”, le preguntan. "No queda tiempo para eso. ¿De qué sirve aprender si no vamos a tener un futuro?", responde.