AHORA HABRÁ QUE MANTENER

| 22/01/2020

Realizaron una agotadora jornada de limpieza en Playa Centenario

Textos: Susana Alegría Fotos: Tonny Romano
Una jornada muy organizada.

Ayer desde las 10 de la mañana hasta las 17 horas un grupo de personas pertenecientes a distintas agrupaciones y organizaciones realizó una larga jornada de limpieza en la zona de Playa Centenario. No sorprendió la enorme cantidad de basura que acumularon en las bolsas, lo que demuestra una vez más que aún no sabemos cuidar el maravilloso entorno que nos rodea.

El Cordillerano dialogó con María Gabriela Köstner y con Ian Sedlarik “somos de diferentes fundaciones o ONG muy preocupadas por el medioambiente”, señalaron. Fueron parte de la acción, Fundación Manos Verdes BRC, Circuito Verde, Outward Bound, Bariloche limpia, BRC ambientalmente responsable, Jóvenes por Bariloche y Fundación Anthena Arcturus, además de otros grupos que participan semanalmente de la mesa Bariloche Sustentable en conjunto con el municipio.

“En esta actividad se sumaron diez jóvenes que llegaron desde Estados Unidos, quienes vinieron a hacer una experiencia en la naturaleza, finalizando el ciclo en nuestra ciudad”. Son un total de 25 días recorriendo y trabajando en la Patagonia.

Fue por eso que quisieron organizar una tarea que los involucrara y así surgió la limpieza de la zona costera de Playa Centenario y la desembocadura del Ñireco.

El 26 de enero, Día Mundial de la Educación Ambiental, continuarán con la limpieza desde Playa Centenario hacia la Casa del Deporte, para la cual invitan a todos aquellos que deseen sumarse de manera institucional o personal. Será de diez a doce y podrán estar atentos a cualquier modificación horaria vía Instagram en brc.ambientalmente.responsable.

Como las tareas fueron articuladas con la Municipalidad de Bariloche, aproximadamente a las 16 horas, se acercaron para cargar en camiones todas las bolsas que llenaron, incluso fueron separando los residuos para un mejor reciclado. Parques Nacionales también acompañó la iniciativa.

Estas organizaciones han conformado una Mesa de Trabajo denominada Bariloche Sustentable y se reúnen de manera semanal, programando actividades referidas al cuidado del ambiente.

En la larga lista de basura resaltó la gran cantidad de restos de telgopor, colillas de cigarrillos y envoltorios de preservativos. Botellas de vidrio y fragmentos, latas de cerveza y botellas plásticas. Todo ello fue clasificado en la playa para entregar a la ARB y retirado por el municipio.

“Es importantísima la concientización de todos los que vivimos en este lugar con respecto a la basura que generamos”, dijeron. Ante el plan de ir a pasar un momento en la naturaleza, siempre hay que llevar unas bolsas para no solo traer los residuos que generamos sino también, lo que encontremos en ese espacio.

Dejaron instalados dos tachos grandes con un cartel para que sean arrojadas allí las colillas, justo donde se encuentra cada uno de los guardavidas. “También propusimos al municipio, como prueba piloto, instalar varios sobre calle Mitre” aseguraron. Esos colilleros fueron ideados y armados por Köstner y los materiales donados por el grupo de jóvenes de Outward Bound, las bolsas de arpillera de plástico para juntar la basura en la playa fueron donados por la cervecería Wesley.

Cuando se trabaja en pos de mejorar el ambiente que nos rodea, a diario se ven situaciones que desmoralizan. Consultados acerca de cómo mantener el entusiasmo y no decaer en el proceso, explicaron: “cada día son más los niños y jóvenes que se suman y eso llena el alma porque significa que tendremos un futuro mejor”.

 
Colillas

Entre la basura encontrada llamó la atención la cantidad de colillas de cigarrillos, las que de manera casi natural, se tiran en cualquier lugar luego de dar la última pitada, incluso muchas de ellas, aún prendidas.

Miles de colillas ensucian las costas, calles, caminos y picadas de montaña, sin tener en cuenta el tiempo que lleva que se desintegren, el que va entre uno a diez años según el contacto que tengan con el oxígeno. El filtro está fabricado con acetato de celulosa, un material que no puede ser destruido por las bacterias del suelo, sumado a las sustancias que se le impregnan del cigarrillo como el alquitrán, la nicotina o el amoníaco, etc.

En las playas se ve a personas que luego de terminar de fumar, arroja la colilla al agua para asegurarse de su apagado, sin pensar la contaminación que esto genera.

 

Textos: Susana Alegría Fotos: Tonny Romano

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