14/12/2019

Una Virgen en el Estado

Maximiliano A. Heusser* | [email protected]

 

 

En los últimos años ha cobrado fuerza la campaña por la separación de la Iglesia y el Estado. En nuestro país, el tema fue puesto sobre la mesa recientemente, cuando funcionarios nacionales difundieron el monto destinado a cubrir los sueldos de los Obispos y otros funcionarios de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

La campaña por la separación de la Iglesia y el Estado no solo contempla este tema, sino que va mucho más allá. Se refiere a la manera en la que determinadas Iglesias hacen lobby intentando imponer sus posturas y posiciones a través de las herramientas del Estado. Si bien, en nuestro país la Iglesia mayoritaria es la Católica Apostólica Romana, vemos cómo otras Iglesias, en este caso, algunas evangélicas, también pretenden imponer sus posiciones y creencias al resto de la sociedad.

Esto pudo verse claramente en los debates por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y por la reglamentación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Tanto la Iglesia Católica Apostólica Romana como algunas Iglesias Evangélicas, se aunaron en campañas y movilizaciones públicas. La más difundida fue la convocada bajo el lema “salvemos las dos vidas”. En este caso, son Iglesias que pretenden que sus posturas religiosas sean plasmadas en la legislación del Estado, y por tanto, le sean impuestas a toda la sociedad, aunque ésta no posea las mismas posturas religiosas o no posea ninguna.

No escapa a este tema la utilización de símbolos religiosos en espacios públicos. Aquí ha sido la tradición católica Apostólica Romana la que ha ocupado espacios y marcado su presencia. Distingo “tradición” de “Iglesia”, porque no necesariamente es la Iglesia la que en la persona de un sacerdote u Obispo lleva estas imágenes, sino que responde a la tradición religiosa mayoritaria del país. De esta manera, encontramos crucifijos en hospitales públicos, en juzgados, en oficinas del Estado, como así también imágenes de la Virgen María dentro o fuera de los mismos espacios.

Por citar un caso muy reciente en la Ciudad de Bariloche, el 8 de diciembre pasado se realizó la entronización de una imagen de la “Inmaculada concepción de la Virgen María” en la Comisaría 28 de la Policía de la Provincia. En las palabras del Comisario a cargo de la unidad, Miguel Ángel Relmo, reproducidas por El Cordillerano: “es intención contar con una imagen de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, como signo de fe, protección, esperanza y amor; donde los efectivos policiales y vecinos en general de la jurisdicción, puedan verse sostenidos y cobijados en su sagrado corazón, en momentos de debilidad y flaqueza”.

Si bien uno puede creer que no hay aparentemente nada de malo en esto, lo malo es que no todo el pueblo de Bariloche, ni de esa jurisdicción en particular, es Católico Apostólico Romano, ni devoto de la Inmaculada concepción de la Virgen María. Pueden haber judíos, musulmanes, evangélicos, pueblos originarios con su cosmovisión religiosa, puede haber ateos y agnósticos. Y a todas las personas se les termina imponiendo una imagen religiosa de una fe en particular.

Por otro lado, el Comisario cita como justificación del acto el Decreto Nº 986 del 28 de Octubre de 1969, donde se designa a la Inmaculada Concepción de la Virgen María como Patrona de la Policía de Río Negro, permitiéndose entronizar su imagen en dependencias del interior provincial. Lo que debemos aclarar, es que esa norma fue establecida cuando la provincia estaba intervenida, y el gobierno era de facto, habiéndose suprimido las instituciones democráticas del Estado de Derecho. Esto no es un dato menor.

En último lugar, debemos tener en claro que el pueblo de Río Negro es diverso y plural. Habemos personas con distintos orígenes, con distintas creencias religiosas, con diversas maneras de pensar y entender la vida. Ninguna persona tiene el derecho de imponerle su creencia o manera de pensar a otra persona, mucho menos el Estado.

Por eso, vale la pena levantar la bandera por la Separación de la Iglesia y el Estado.

 

*Licenciado en Teología por el IU ISEDET (Buenos Aires), pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina en Bariloche, superintendente del Distrito Cordillera.

 

Maximiliano A. Heusser* | [email protected]

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