05/12/2019

Advierten que por el cambio climático se podría reducir la cantidad y los períodos con nieve

Advierten que por el cambio climático se podría reducir la cantidad y los períodos con nieve
¿Se impone nieve artificial a raíz del cambio climático?
¿Se impone nieve artificial a raíz del cambio climático?

El cambio climático se refiere a una variación significativa en los componentes del clima cuando se comparan períodos prolongados, pudiendo ser décadas o más; por ejemplo, la temperatura media de la década del 50 con respecto a la temperatura media de la década del 90. Se estima que las actuales condiciones del clima podrían producir un “re direccionamiento” en la demanda turística.

El clima de la Tierra ha variado muchas veces a lo largo de su historia debido a cambios naturales, como las erupciones volcánicas, los cambios en la órbita de traslación del planeta, las variaciones en la composición de la atmósfera, entre otros. Pero, desde los últimos años del siglo XIX, la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado más de 0,6 ºC. Este aumento está vinculado al proceso de industrialización iniciado hace más de un siglo y, en particular, a la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola.

Asimismo el cambio climático produciría un “re-direccionamiento” en la demanda turística que perjudicaría al norte por el aumento de temperaturas y a las zonas cordilleranas por la falta de nieve y tendría impacto positivo en la Costa Atlántica, aunque en ese sector del país habría que hacer obras para evitar la pérdida de playas ante el aumento del nivel del mar.

De acuerdo al informe elaborado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable tras la aprobación en el Congreso de la Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global, las modificaciones climáticas no afectarán la demanda turística general en el futuro cercano, aunque “muy probablemente sí se desarrolle un re-direccionamiento hacia diferentes ofertas turísticas”.

“Los cambios en el clima pueden modificar el desarrollo del turismo en algunos de los destinos actuales, alterando la demanda turística, la rentabilidad del sector, la inversión y el empleo”, señala el documento elaborado por el área ambiental a cargo de Sergio Bergman.

En ese sentido, el aumento de la temperatura que se registraría en el norte del país “podría incrementar las condiciones de estrés, la falta de confort y el riesgo de enfermedades cardíacas, especialmente en los individuos que se exponen a temperaturas elevadas y cambios de altitud o que practican deportes extremos”.

“A su vez, las mayores temperaturas pueden aumentar la proliferación de algas y cianobacterias que podrían afectar el consumo y el uso recreativo del agua”, añade el informe del Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, publicado en el Boletín Oficial.

Por su parte, en “las áreas cordilleranas dedicadas a los deportes de invierno, se esperan reducciones en la cantidad y en los períodos con nieve, afectando destinos turísticos como Junín de los Andes, San Martín de los Andes, Copahue-Caviahue, Villa La Angostura, San Carlos de Bariloche, El Bolsón, Esquel, Las Leñas”.

“Con el tiempo, y a medida que aumente la temperatura, la producción de nieve artificial será cada vez menos eficiente, más costosa y menos rentable, y la actividad se deberá desplazar a áreas de mayor altitud”, advirtieron los especialistas.

Ante este panorama, el informe gubernamental plantea que “es posible que se incremente el turismo en los ambientes acuáticos, especialmente en las playas de la provincia de Buenos Aires y del norte de la Patagonia, alargando la temporada en la primavera y el otoño”.

De todos modos, la zona costera no estará exenta de las consecuencias del cambio climático: “Se proyecta una exposición ante la subida del nivel del mar, para lo cual será necesario preparar las infraestructuras y balnearios cercanos a la costa y la reducción de superficie de playa”.

El informe comenta que los Gases de Efecto Invernadero (GEI), entre los que se encuentran el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano, tienen la propiedad de absorber y reemitir la radiación infrarroja que la Tierra recibe del Sol. Gracias a ellos, ocurre un fenómeno conocido como efecto invernadero natural, que permite que la Tierra mantenga una temperatura promedio de 15ºC. Si no existiera este efecto, la temperatura promedio sería de -18ºC.

Si bien algunos de estos gases se encuentran naturalmente en la atmósfera, otros son producidos por el ser humano (de origen antrópico) como resultado de actividades vinculadas a la generación de energía, el transporte, el uso del suelo, la industria, el manejo de los residuos, etc. La acumulación de estos gases en la atmósfera potencia el efecto invernadero natural y esto se traduce en aumento de la temperatura del planeta.

De acuerdo con el último inventario de Gases de Efecto Invernadero de la Argentina, el 51% de las emisiones del país están vinculadas al sector energético; el 39% a agricultura, ganadería y silvicultura y otros usos de la tierra; el 4% a la industria y el 4% restante a los residuos.

Los impactos que hoy sufre el planeta obligan a tomar medidas inmediatas que implican grandes esfuerzos económicos. En general, son los países que aún no han alcanzado su pleno desarrollo quienes sufren con mayor gravedad este fenómeno, a pesar de no ser los principales causantes. En este sentido, el cambio climático incrementa las desigualdades ya existentes entre los diferentes países, pudiendo generar un nuevo obstáculo al desarrollo de los países sustentables.

Los científicos dejan claro que será necesario un gran cambio institucional y tecnológico para que el calentamiento global no supere los 2ºC promedio sobre la superficie del planeta y para que exista una mayor probabilidad de evitar la ocurrencia de daños catastróficos e irreversibles.

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