CERRARÁ FESTIVAL DE TEATRO INFANTIL

| 13/11/2019

Blazh, la frutilla del postre para el Pichi Keche

Adrián Moyano
Blazh, la frutilla del postre para el Pichi Keche

La única banda de “rock infantil” de Bariloche cumple cuatro años de intenso trajín. Con la música de los animé como núcleo duro, incursiona en música para toda la familia. “Letras positivas”.

Tocará que Blazh cierre el 3er Festival Internacional de Teatro Infantil “Pichi Keche”, cuya programación se concentrará entre viernes y domingo (15 al 17 de noviembre). El grupo nació a partir de una idea de Marcelo Vargas y lleva cuatro años de trajín, única banda barilochense que levanta el estandarte del rock infantil. Su show tendrá lugar el domingo desde las 18 en MOMA (Traful 210), con entrada más que accesible: 100 pesos.

Hacía dos años y medio que El Cordillerano no se cruzaba con Blazh. “En esa época teníamos otra formación. Estaban Mili y Sebastián Vargas en batería. Después cambiamos, se sumó Camilo Farías en la batería, tuvimos otros cantantes, Ilona Navas Hardy y Maximiliano Diem (voz), así que casi es un nuevo grupo”, concedió Vargas. “Con ellos grabamos un disco de versiones y metimos un tema propio. Lo presentamos hace unos meses en La Llave y también hicimos un videoclip, con chicos que laburan acá, en Bariloche”, destacó el bajista del asunto.

El staff se completa con Rubén Báez y Maximiliano Petrasso en guitarras, Jorge Petrasso en teclado y Saimon del Bajo Fondo, como otro vocalista. “Esta es la formación con la que vamos a tocar el domingo y también en El Bolsón, dentro del Festival de Teatro Pichi Keche. En eso estamos”, subrayó Vargas. También participó de la charla con El Cordillerano el primero de la nómina: “siempre tratamos de meter ensayos en la semana y bueno, los temas van saliendo a medida que vayan saliendo eventos. Nos vamos adaptando”, confió.

A punto de expirar 2019, la propuesta de Blazh está afianzada. “Estamos tocando algunos temas propios y después, unas versiones de dibujos animados que tenemos en el disco: Mazinger, Dragon Ball Z, Los Caballeros de Zodíaco y otros que no son tan conocidos, del ambiente del animé. También canciones en versiones infantiles como La mar estaba serena o No tengo miedo, de una banda mexicana. También otra de una banda española, así que hay un poco de todo”, ilustró el fundador del proyecto.

Al rock que hace para el público menudo, “lo tomamos como al rock clásico de los años 80 y agarramos las canciones infantiles”. Por ejemplo, antes de la charla con este diario, “venimos de tocar en una escuela primaria, nosotros hacemos como si fuera rock para grandes pero con temas infantiles. No mucho más que eso, le decimos rock infantil para que se sepa porque a la música infantil ya la clasifican de una manera”. Despectiva, quiso decir Vargas… “Decimos rock infantil pero en realidad, es rock lo que hacemos y tratamos que las letras tengan algo que decir, que tengan un mensaje positivo, al igual que las canciones que versionamos. Básicamente eso”, sintetizó.

Para entrar de una

Además, los animé o comics a los cuales Blazh tributa, deben ser relativamente ajenos para los niñas y niñas del presente. “Es verdad. Pasa que también hemos tocado en eventos de comics o animé, terminamos sacando los temas para esos y quedaron en el repertorio”, justificó Báez. “A veces tocamos al aire libre, por ejemplo, en el Centro Cívico… O en una escuela para el Día del Niño y la gente grande se acerca porque reconoce la canción. Al de Mazinger lo mezclamos con un tema de Black Sabbath, entonces, la gente a la que le gusta el rock entra de una. La idea es que le guste a los grandes porque son ellos los que llevan a los chicos a nuestros conciertos, no van los chicos solos”, expresó el bajista, con lógica impecable.

Hasta el momento, Blazh ingresó al estudio en dos ocasiones, para registrar “El Planeta de los Zombies” y “Generación X”, respectivamente. Sobre el segundo explicó Vargas que “está solamente en Internet. Tenemos varios invitados porque queríamos que sonara más completo: dos tecladistas, otro guitarrista y diferentes vocalistas invitados. Eso está bueno porque mezclamos un poco de todos y cada uno tiene su estilo, entonces suena. Cuando tocamos, por lo general los invitamos a todos”, señaló.

A los conciertos de la banda “cae gente de todo tipo, no es que tocamos sólo para chiquitos. Por ejemplo, hay tocamos en una escuela y sí, eran todos nenes. Pero cuando tocamos en otros lugares, hay todo tipo de público. No somos Piñón Fijo, viene todo tipo de gente”, insistió Báez. “La idea es que sea familiar la música, nosotros decimos rock infantil porque está orientado hacia los chicos pero queremos que sea la familia que disfrute de la música y pase un buen momento. Esa es la propuesta y es lo que venimos trabajando. Hace poco tuve que hacer un resumen de lo venimos haciendo, llevamos cuatro años y hemos tocado 40 veces. Para nosotros es un montón, pasamos de tener bandas con que tocábamos dos veces al año, cuando en estos últimos dos meses, metimos cinco o seis escuelas”, resaltó Vargas.

Es que por el momento, Blazh goza de exclusividad. “Acá en Bariloche, no hay otra banda de rock infantil. Pero cuando uno se pone a investigar, ve que hasta hay un Lollapalooza Infantil. La banda más conocida de la Argentina es Heavy Saurios y en cada país, hay una banda que lidera el rock infantil. Heavy Saurios es metal para chicos, más poderoso que el nuestro, se disfrazan de dinosaurios y salen a tocar así”, ilustró el bajista. “Músicos de primer nivel”, realzó su compañero. Colegas de un subgénero que en Bariloche, también gana firmeza.


Marcelo Vargas y Rubén Báez

 

Ganar en satisfacción

Blazh no tiene grandes pretensiones. “Cuando arrancamos, la idea era tocar. En más ocasiones y en todo lados. Esta banda nos da esa posibilidad: a la mañana, a la tarde, en diferentes eventos, para chicos, para grandes. A la noche tocamos mucho y no proyectamos más allá de eso porque también nos exige. Hoy fuimos tres nada más, a tocar a la escuela, de cinco que somos porque todavía no le encontramos la vuelta”, justificó Marcelo Vargas. ““La gente trabaja, yo trabajé toda la noche, dormí un ratito y pasé hecho pelota. Hay realidades que cuestan por el tema de los trabajos y eso. Tiene sus complicaciones”, se disculpó Rubén Báez.

Así las cosas, “por ahora es todo esfuerzo, no la hemos proyectado como laburo a la banda. Es más, ponemos más de lo que ganamos pero ganamos en satisfacción. Nos suma desde otro lado. Por ejemplo, hoy con los chicos fue tremendo show, tremendo aguante hicieron y eso está buenísimo. El mes pasado fuimos a Virgen Misionera y también, se re-coparon. Es como que necesitan… Blazh surgió de una escuela, yo estaba trabajando ahí y veía que lo que llevaban no estaba bueno para mi forma de ver, entonces empezamos a charlar, surgió el proyecto y lo estamos sosteniendo bastante bien”, se ufanó Vargas.

“Al video lo hicimos en Ñirihuau, donde está el puente. Llevamos los equipos ahí, con drones y todo. La verdad, quedó muy lindo”, compartió Báez. “Justo había nevado el día anterior y tiene un contraste que está rebueno: la estepa y todo el fondo nevado. Tiene como un minutito de introducción, con un nene que se va a la costanera y escucha una canción nuestra en un walkman. Así empieza. Pone el walkman para escuchar Blazh”. Una desafío a la lógica temporal. O mejor dicho, un auténtico “Contacto estelar”.

Adrián Moyano

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