Señor Director

Después del accidente que pudo ser aún más grave, accidente cubierto por la prensa de Bariloche, me permito reflexionar respecto a cómo nuestra sociedad está indolente con una mirada completamente individualista contraria a su misma definición de interactuar entre sí, cooperativamente, para formar una comunidad.

Desde el momento del accidente, quien lo produjo (por su estado de intemperancia) jamás se acercó a preguntar por quienes él afectó (las lesiones podrían haber sido gravísimas)

Me acerqué al Consulado chileno, la palabra correcta: Decepción, sin ayuda… ¡era mi problema!

Finalmente, esperanza en la justicia respecto a un advenimiento (criterio de oportunidad) con quién provocó el accidente, un fracaso.

¿Si no existe ayuda como sociedad, podré saber si existe Justicia?... la Audiencia de este día 11 de septiembre lo sabré.

Agradezco a vuestra editorial, la recepción de esta carta, quizás permite cerrar una noticia que me afectó directamente.

Abraham Aníbal Paredes G.