UNA HISTORIA QUE MERECE SER CONOCIDA POR TODOS

| 22/06/2019

Jorgelina y el ajedrez: una manera de ver la vida

David Argel
Jorgelina y el ajedrez: una manera de ver la vida
Concentrada para realizar una movida.
Concentrada para realizar una movida.

La ajedrecista ciega local dialogó con Diario El Cordillerano sobre su vida y su pasión por el juego. Compite en Bariloche y en varios torneos de nivel nacional. Asegura que el ajedrez “le ayuda en muchas cosas de la vida”.

Si bien la nota está pautada en la redacción para las 11:30, Jorgelina está sentada esperando desde las 11:29. No solo trajo un tablero sino también trofeos y medallas de competencias en otros lugares del país. Muestra sus logros e inmediatamente coloca las fichas en el lugar que corresponden. Elige las blancas y de cierto modo me “obliga” a pedirle jugar. Entre mates y una partida de ajedrez, en la cual termina siendo más una clase de ella hacía mí y al fotógrafo, Facundo Pardo, Jorgelina Yañez le cuenta a Diario El Cordillerano su vida a través del ajedrez.

El Cordillerano: No naciste en Bariloche…
Jorgelina Yañez: Nací en Mendoza. A los seis años nos vinimos a Bariloche porque mi papá ya tenía trabajo acá. Estudie Farmacia pero al final dejé, cuando empecé a tener problemas bastante más serios con la vista. Traté de estudiarAabogacía, pero también dejé. No tenía medios para seguir estudiando como hay ahora, sobre todo con una carrera que necesitas leer tanto. Me di cuenta que no iba a ejercer, entonces me quedé con el ajedrez.

EC: ¿Desde cuándo jugas?
JY: Empecé a jugar en el secundario, en los torneos intercolegiales. A los 15 años iba al Club de Ajedrez de Bariloche con Hernán Ferrada. Después abandoné y recién retomé en 2007 con Manuel García en la Iglesia Metodista, siempre él me explicaba antes de viajar, con él aprendí mucho. Me afilie a ACUA (Ajedrecistas Ciegos Unidos de Argentina) y con ellos pude viajar a varios torneos en toda el país. En Bariloche se hacen torneos de partidas rápidas, de siete minutos cada una, los segundos sábados de cada mes. Como soy la única ciega me dan 10 minutos.

EC: ¿Quién te regalo tu primer juego de ajedrez?
JY: “Cuando éramos chiquitos teníamos un ajedrez para todos mis hermanos. Mi papá en el año 1974 compró el libro “Tratado General de Ajedrez” de Roberto Gabriel Grau. Aprendí ahí. Tiene cuatro tomos y en todo el mundo lo utilizan para saber jugar”

EC: ¿Cómo fue el cambio con el tema de la vista a la hora de jugar?
JY: Tenía poca visión de joven. Siempre tuve problemas en la retina y baja visión. El ojo derecho era el que menor visión tenía. Ahora para mi es normal. Es como que siempre no hubiese tenido visión. A la hora de jugar yo cierro los ojos. Trato de hacerlo más mental. Incluso me pongo gafas en los torneos, porque me da más concentración. La visión, más allá de que el ojo no vea, por naturaleza cumple la función de “ver”, y eso te limita a tener mayor percepción. Con los ojos cerrados, entonces me concentro mejor, porque automáticamente se desarrollan los otros sentidos.

EC: Además de hacerlo en Bariloche, ¿competís en otro lado?
JY: Compito a través de Internet en un torneo Italiano y en uno Francés. En los torneos hay muy buen nivel. Franceses, brasileños y colombianos son muy buenos. Ahora todo el mundo juega al ajedrez. Antes lo jugaba solo la elite, y ahora con la llegada de internet hizo que muchos lo jueguen.

EC: ¿Cómo es el nivel de acá?
JY: En Bariloche es bueno el nivel. Hay varios jugadores que juegan bien. Fernando Vásquez, José Daguer, Nazareno Pereyra, Omar Alvarado Contin, Manuel García, todos tienen muy buen nivel. Han viajado a Chile a competir.

EC: ¿Desde cuándo te gustó el ajedrez?
JY: Siempre me gustó el ajedrez. Muchos me decían que juegue a las damas, pero no me llamó nunca la atención. Uno tiene que pensar más en las damas al ser el tablero más grande. En el ajedrez hay 18 trillones de jugadas y en las damas hay 38 trillones de jugadas.

EC: ¿Qué es lo que más te gusta de jugar?
JY: Lo que más me gusta del juego es la estrategia que se emplea. Quizá yo pienso que vos vas a hacer una jugada y terminas haciendo otra. Eso es porque vi algo que finalmente no sucedió.

EC: ¿Y el juego te ayuda en otras cosas?
JY: Si me ayuda en varios sentidos. Por ejemplo en cuanto a la ubicación. A la hora de caminar, me cuesta mucho ir en diagonal. Siempre voy derecho y después doblo. Pienso que la calle es como un tablero. A veces soy Dama, alfil o torre y me voy moviendo. También en la toma de decisiones, saber cual de todas las alternativas me conviene. En tener paciencia en todo, y no ser apurada. Tratar de ir despacio, considerando en lo que haga está bien. Eso en cierta parte me lo enseñó el ajedrez. Es una manera de vida.

EC: ¿Aprendés del ajedrez?
JY: Yo siempre digo que si gano no aprendo tanto como si pierdo. Uno de los ajedrecistas que más admiro es a José Raúl Capablanca (1888-1942) siempre decía ‘Mi éxito se debe a las derrotas que he tenido’. Trato de mejorar en base a los errores y derrotas. He perdido varias partidas que las tenía ganadas.

EC: Tu familia te ayuda mucho…
JY: Mi familia siempre me ayuda. Mi mamá me lleva a todos lados. Actualmente voy a un centro de rehabilitación. Donde hay varios talleres de movilidad y motricidad. Además cursos de manualidades, gimnasia y obviamente braille. En dos semanas pude aprender todo el abecedario y los números.

EC: ¿Leés?
JY: Me gusta leer. Principalmente libros de historia. Me encantó ‘El diario intimo de San Martin’ de Rodolfo Terragno. Está adaptado a 1824 cuando San Martin tiene todo listo para irse a vivir a Inglaterra y deja asentadas órdenes a Bolivar para una mejor organización en el virreinato. Me gusta la historia. Ahora estoy viendo una novela turca, que cuenta la historia de la independencia de Turquía. Tiene una historia de amor, pero la veo más por la cuestión histórica que por la relación de amor. Me voy imaginando según me cuenta mi mamá los paisajes, bosques y puentes. Me imagino según lo que pude ver cuando veía acá. Me imaginó el Bosque del Llao Llao o el Puente del Rio Manso.

La charla-partida finalizó cuando Jorgelina realiza un jaque-mate al estilo “caminante”. Casi una hora de juego le llevó poder ganarnos y enseñarnos algunos conceptos; “encerrar”, “proteger”, “atacar”, entre otros. Una vez que gana, guarda todo y se retira con su madre. La imagino caminando por Moreno a lo largo, de igual manera que me fue acorralando con la torre.

David Argel

Te puede interesar
Ultimas noticias