04/05/2019

Filosofar, crear, actuar

En la misma fecha en que Bariloche celebra su aniversario vino al mundo Alejandro Korn, aunque en 1860. Fue uno de los intelectuales más lúcidos que dio la Argentina, si bien se destacó inicialmente como médico. De ahí que instituciones sanitarias en La Plata lleven su nombre, pero limitar el rescate a su actuación como profesional de la salud pecaría de parcialidad, ya que sus aportes como filósofo y político fueron sustantivos.

Korn fue una de las figuras señeras del quehacer nacional pero sobre todo, del pensamiento. Se destacó en todas las facetas de su accionar por su carácter de creador e innovador, a tal punto que fundó una corriente filosófica con características propias, a la que quiso imprimirle raigambre argentina con pretensiones de originalidad. A esas notas distintivas las procuró hacer efectivas en la práctica política.

Dato curioso, tan completa fue su vida que también practicó deportes, vocación que derivara en la presidencia de Gimnasia y Esgrima de La Plata antes del inicio del fútbol profesional. Sus reflexiones se centraron en la historia de la filosofía, vocación que se canalizó a través de una serie de ensayos y monografías sobre grandes sistemas y filósofos, entre los que se destaca la obra “Bergson en la filosofía contemporánea”.

También filosofó sobre el conocimiento, los valores y la cultura pero además, especuló alrededor de la relación entre el conocimiento filosófico y la sociedad. Los especialistas sostienen que sus “Apuntes filosóficos” (1935) constituyen una excelente “introducción a la filosofía”, además de expresar su posición doctrinaria. En términos ideológicos, trató de superar el dogmatismo que caracterizaba a los estudios filosóficos de entonces e incorporó los elementos que juzgaba acertados del positivismo, en favor del cientificismo de la época.

Publicó numerosas obras, entre las que sobresalen “La libertad creadora” (1922) y “Axiología” (1930). Su preocupación de avanzar hacia una filosofía auténticamente nacional se plasmó en trabajos como “El pensamiento argentino”. Mientras se consagraba a sus ensayos de más largo aliento, ideó y publicó la revista “Valoraciones”, de crítica y polémica. Ésta apareció en La Plata entre 1922 y 1926 para reflejar el momento cultural y político que se vivía entonces.

En 1919 publicó “Las influencias filosóficas en la Evolución Nacional” y tres años después, en la revista del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras dio a conocer su ensayo “La libertad creadora”. Su producción más valiosa, según su discípulo Luis Aznar, se produjo después de 1918 a través de en artículos, ensayos y críticas dispersos en publicaciones universitarias y juveniles. Entre sus discursos se destaca el que pronunció en la Facultad de Derecho sobre San Agustín, intervención que terminó de consagrarlo como pensador.

Korn adhirió tempranamente a los ideales liberales y en consecuencia, se integró a logias masónicas. Militó activamente en la Unión Cívica Radical de Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen. Resultó electo diputado provincial para el periodo 1894-1897, mandato que interrumpió porque asumió la dirección del Hospital de Melchor Romero. Su actitud ante los dirigentes partidarios fue siempre no callar las críticas que creía apropiadas. Además, su militancia no le impidió cultivar amistad en círculos conservadores.

Más tarde, se dejó ganar por los pensadores que fustigaban al positivismo, como Jean Jaurès. En su momento, compartió ideales con Ortega y Gasset y García Morente. Cuando el radicalismo llegó al poder, no acordó con la intervención de la provincia de Buenos Aires. Contrariado, se desafilió para acercarse a los conservadores, ya que con ciertos ámbitos del viejo orden experimentaba lazos de afecto.

Entonces, resultó elegido representante en el Concejo Deliberante de La Plata en 1917 y se postuló a diputado nacional en 1918. Sin embargo, ese mismo año resignó su afiliación, disconforme con la orientación antiliberal de algunos dirigentes de la fuerza. Acto seguido, permaneció lejos de toda agrupación política por espacio de más de una década. No obstante, siempre deseó ubicarse en el sitio que cuadrara mejor a su ideología y a sus esperanzas de idealista.

De ahí que a sus 71 años (1930), ingresara en el Partido Socialista, al que según algunos pensadores, ya se hallaba vinculado doctrinariamente al menos desde 1925. Korn había polemizado filosóficamente con Juan B. Justo -fundador del PS- hacia principios del siglo, por su posición respecto del llamado "realismo ingenuo". Pero nuestro hombre luego se acercó a Justo, reconociéndolo como uno de los pensadores argentinos más originales.

En 1934 resultó electo convencional para integrar la Convención Constituyente que reformaría la carta magna de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, desafió la decisión partidaria y renunció a integrarse, a raíz del carácter fraudulento de los comicios. Compartió esa determinación con Alfredo Palacios y Guillermo Korn, su hijo. Gesto de hombre íntegro que quizá lo pinte como ningún otro.

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