Momentos de emoción y agradecimiento en la misa del Domingo de Ramos

En el centro comunitario del 29 de Septiembre se realizó la misa del Domingo de Ramos, contando con la presencia de distintas comunidades convocadas desde la parroquia San Cayetano del barrio El Frutillar.

Inicialmente se dieron cita en la intersección de las calles Prafil y avenida Crucero General Belgrano y desde allí recorrieron dos cuadras hasta llegar al predio vecinal, lugar donde se realizó la ceremonia religiosa.

El párroco de la iglesia San Cayetano, Miguel Haag, en diálogo con El Cordillerano dijo “nosotros tenemos ocho centros comunitarios y hoy concentramos aquí la celebración para este Domingo de Ramos”.

Al referirse al significado que tiene este día para la Iglesia Católica comentó “es el momento en que recibimos a Jesús, que recordamos cuando él entró a vivir su propia Pascua y con este ramo de maitén le decimos que lo queremos acompañar y seguir, ahora, en este tiempo y en este lugar, estando junto a los hermanos que más lo necesitan”.

Dando inicio al encuentro, Haag dijo a los presentes que “ésta celebración la quisimos hacer en el 29 de Septiembre, una comunidad muy querida por nuestra parroquia, para festejar juntos el regalo que hemos recibido, el anuncio del jueves pasado de la regularización de las tierras”.

Para combatir las bajas temperaturas de la mañana, integrantes de la comunidad distribuyeron mate cocido y bandejas con tortas fritas entre los asistentes. A continuación el padre comenzó con la ceremonia: “vamos a pedir al Señor que bendiga estos ramos que vamos a llevarnos en su nombre, significa que queremos acompañar y seguir a Jesús, pero no al de hace dos mil años, sino al que está entre nosotros”.

Son muchas las personas que luchan por tener un trabajo, sus tierras, sus estudios “ese es el Jesús encarnado y comprometido con nuestras historias, por eso el lema de esta Semana Santa dice ‘Hay que seguir andando nomás’”.

“Cuando nos unimos y luchamos juntos por lo que soñamos Dios está presente” finalizó. Acto seguido se dirigieron todos con cánticos y alabanzas rumbo al Centro Comunitario, donde en el patio de adelante se montó un improvisado pero sentido altar para realizar la Santa Misa.

Aplausos

Un momento de enorme emoción se vivió cuando, antes de comenzar la caminata, se vio venir desde lejos a Melisa Martínez, con el pequeño Isaías, uno de los dos sobrevivientes del accidente de Circunvalación, donde perdieron la vida el hermano mayor y su papá.

Otro de los reconocimientos fue cuando, de manera inesperada, a la vuelta de una esquina se encontraron con los integrantes de la comparsa Amancay, quienes iban a su encuentro.

Consignas en el camino

A lo largo de los 200 metros de caminata se dieron dos consignas, “Si sienten que Jesús está pasando por sus barrios y de qué manera se manifiesta”, y la segunda, “qué le gritaríamos al verlo pasar”. Fueron muchas las respuestas que se dejaron plasmadas por escrito, las que luego se sumaron a una larga bandera que se desplegó el frente del centro comunitario, donde se compartió su lectura durante la celebración.

Dentro de esas consignas figuraban: Gracias por un hogar y por la salud de sus familias. Por haberles cumplido el sueño de un techo propio y por haberles dado fuerzas para el largo camino que llevan recorrido. Pedidos por las personas que están privadas de su libertad, por la paz mundial y por la unión.

Regularización de las tierras

Patricia Millalonco, referente del 29 de Septiembre, al referirse al anuncio oficial de la regularización de las tierras dijo “hoy vivimos todos los vecinos un Domingo de Ramos diferente cargado de bendiciones”. A partir de ahora, socialmente dejarán de ser una toma para transformarse en lo que iniciaron ocho años atrás, un barrio más de la ciudad de San Carlos de Bariloche. “Ahora cambiará nuestra imagen, dejaremos de ser un asentamiento y nos quitarán el cartel de ocupas, ahora seremos totalmente legales para los ojos de todos, aunque nosotros siempre lo fuimos”.

Son 300 las familias que componen el 29 de Septiembre y para alguien que recorre sus calles de manera cotidiana, se ve el crecimiento que van teniendo, poco a poco van terminando sus viviendas, tabla a tabla, emprolijando sus lotes en pos de mejorar la calidad de vida de todos.

“Hoy tenemos un centro comunitario cargado de actividades tanto para los chicos como para sus familias y eso solo se logró gracias al trabajo de algunos vecinos, a los que todos les estamos eternamente agradecidos”.

Siempre llevando el barrio adelante y procurando la unión para que, entre todos, puedan continuar creciendo. “No pensamos jamás que iba a salir tan pronto el reconocimiento por parte del Estado, antes de cumplir ocho años el municipio nos escuchó y abrió una puerta de diálogo”, dijo.

Luego de tantos años de pasar necesidades, enfrentando la adversidad del clima con muy pocos recursos y un sinfín de devenires por los que tuvieron que atravesar los vecinos, han logrado ser incorporados al sistema.

Susana Alegría