06/04/2019

El Perón de chocolate

Con respecto al apellido Perón hay muchas curiosidades. El mismo General le confió a su biógrafo Enrique Pavón Pereyra que “la sangre vasco-francesa de mi abuela se mezclaba con la estirpe sarda de los Perón”.

También es conocida la anécdota que Perón solía firmar algunas de sus notas o artículos con el seudónimo de “Filósofo Descartes” para rendir un homenaje a este pensador que firmaba las suyas como “Astrónomo Perón”. Es decir una devolución de gentilezas.

Lo curioso de esta nota está en que hasta hubo un Perón de chocolate para el asombro de muchos.

El escritor Salvador Ferla, colaborador de la revista “Todo es historia” en su columna “Historias para sonreír” rescata esta verdadera perla casi desconocida relacionada con el apellido Perón.

“A mediados del siglo pasado -escribía Ferla en el año 1979- vivía en Francia un señor Perón que fabricaba chocolate; hombre vanidoso, como que le puso su apellido al producto; y también muy sagaz, porque valorando visionariamente, el poder de sugestión de la propaganda, monsieur Perón apoyó la venta de su golosina con una campaña publicitaria en gran escala que trascendió las fronteras francesas y llegó a nuestro país junto con la sabrosa mercadería, y que giraba en torno a un slogan muy simple: “El chocolate Perón es más chocolate”, repetido tantas veces hasta convertirlo en un axioma. Rápidamente se lo asoció con las masas y por mucho tiempo fue imposible separarlos. El Perón con masas era un delicioso hábito difícil de superar”.

“En 1984 –continúa Ferla- Eduardo Wilde construyó una ironía política sobre la base de la publicidad del Perón, que a fuerza de insistirse que “era más chocolate”, había sido adoptado, según Wilde, hasta por el papa. Nadie en fin, ni los beatos, podían resistir la tentación de la peronmanía”.

“El tiempo, verdugo implacable, hizo que el promocionado producto desapareciera junto a la imagen porteña de la ‘gran aldea’, dejando tras de sí a muchos nostálgicos y a dos clases de adversarios; los que lo eran de la marca Perón, y los que pretextando su aversión a la marca eran en realidad enemigos del chocolate”.

Eduardo Wilde en su famosa crónica escribe que “todos los habitantes de París primero, los de Francia después y los lectores de los diarios franceses de todo el mundo, leyeron durante años, el magistral anuncio y como los hombres tienen mucho de monos, verdad que se ha reconocido aún antes que Darwin demostrara nuestro parentesco con esos animales, todos a una leían y repetían: ‘El chocolate Perón es el mejor chocolate’”.

“Sea que fuera la costumbre de oír y repetir la mencionada afirmación, sea que alguien la tomara como verdad admitida, desde el primer momento, lo cierto es que por esa especialidad del ser humano que consiste en hacer verdad lo que no es a fuerza de repetirlo, llegó un día en que todos se convencieron de que, en efecto, el chocolate Perón era el mejor chocolate”.

Un poco conocido aviso publicitario de la época del General señalaba: “Chocolates peronistas para toda la familia. Un chocolate perfumado y ardiente. Del mismo sabor de la pasión, la batalla y el amor en fuga”. Y muestra un chocolate con la figura del entonces presidente de la Nación general Juan Domingo Perón.

Y si de gastronomía hablamos ¿No hay también un “ate de Perón”, que se hace relleno de requesón?

También dicen los que saben (Abel González en su libro “Elogio de la berenjena”) que el plato favorito del General era el pastel de papa y a cuya receta se la tituló “Pastel de papa justicialista”, pero eso ya es otra historia.

Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta

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