20/03/2019

Integrantes de Emaús y del Hogar de Cristo representaron a Bariloche en Encuentro Cultural en Luján

Susana Alegría
Integrantes de Emaús y del Hogar de Cristo representaron a Bariloche en Encuentro Cultural en Luján

Los muchachos de Emaús fueron a Buenos Aires invitados a un encuentro en Luján, donde se reunieron aproximadamente 2.000 personas de organizaciones que tratan las mismas temáticas. Los acompañaron 16 jóvenes del Hogar de Cristo del barrio El Frutillar.

Rueda de mate de por medio con El Cordillerano, Jorge Linquiman comentó que “es un festejo que se hizo porque el Hogar de Cristo cumplió once años y tiene aproximadamente 90 organizaciones en todo el país”.

Muchas trabajan con el tema de las adicciones o de personas en situación de calle, apuntando más a jóvenes y chicos. “Corazón y Arte, Luján 2019” figura en las remeras que se trajeron de regalo y que estaban usando al momento de la entrevista.

Fue un encuentro de participación y representación de aquellas cuestiones artísticas que desarrollan en cada sede, “por eso se priorizó que viajara el grupo de la Murga de Emaús, los voluntarios y operadores que los acompañan siempre” dijo.

Los muchachos que nos representaron fueron Carlos Almonacid, Enrique Huinchaleo, Gustavo Ruiz Musko, Miguel Ángel Turra, José Antonio Meliman, Pedro Álvarez, Juan Carlos Llaytuqueo, Avelino La Rosa, Julio Flores y Carlos Oñate. De los voluntarios el grupo estuvo compuesto por Rodrigo Rapela, Agustina Liempe, Sara Raiman, Claudia Lemunao, María Rojas y Débora Flores. Guadalupe Vieiro, Fernanda Caballaro, Natalia Jalil, Agustín Insúa, Sergio Lissi, Matilde Almeira y Leonardo Claps. Del personal que depende del municipio, participaron Linquiman, María Pía Flores y Gerardo Orosco.

Por parte de las Usinas Culturales los acompañaron los artistas Carlos Casalla y Juanjo Miraglia.

“Tenían media hora establecida para la actuación sobre el escenario, pero llevaban cuarenta minutos y no los dejaban bajar pidiéndoles más temas”.

Fueron un viernes y regresaron el lunes siguiente, todos los pasajes, en avión, fueron cubiertos, con la invitación. “También llevamos trabajos del taller de Pintura para mostrar, cuadros y otras cosas que hacen los muchachos en el hogar”.

Es la segunda vez que realizan este viaje y la experiencia les va enseñando que deben ir preparándose para próximos encuentros.

Carlos Almonacid quiso arrancar con su relato, “estoy muy contento porque vivimos cosas que nunca imaginamos y una vez más, lo pudimos lograr, fue un espectáculo impresionante, participamos y creo que lo hicimos bien porque el público quedó contento”.

“Es la primera vez que actuamos para tanta gente, lloré de la emoción porque nunca había subido a un escenario tan grande, los hicimos bailar”, dijo Pedro.

“Algo muy lindo fue cuando se sumaron los chicos que habían viajado con nosotros del Hogar de Cristo, haciendo malabares”, contaron. Además, la murga hizo la base para la actuación de otros jóvenes del norte del país.

La mayoría de los muchachos había estado en Buenos Aires el año pasado, para otros fue una experiencia nueva. “Uno aprende mucho conociendo lugares y gente” resaltó Pedro. La convivencia durante el viaje fue maravillosa, “la base es estar unidos, llevarnos bien y dejar el mal humor de lado” afirmó José Antonio.

Daniel, uno de los jóvenes del Hogar de Cristo, detalló al respecto “no conocía Buenos Aires, está bueno, una de las noches estuvieron haciendo una batalla de free style y eso me gustó mucho”. Comentó que le gusta mucho todo lo que sea compartir, porque en las charlas de viajes o simples caminatas, se sigue aprendiendo.

Hubo una convivencia con los pibes que quedaron sorprendidos, “los chicos se portaron muy bien con nosotros, fueron muy generosos y realmente la pasamos bien” dijo uno de los muchachos de Emaús.

Por los momentos compartidos con gente de otros lugares del país, Daniel aseguró que está muy difícil en todas partes y que por eso es importante salir adelante.

“Esta organización tiene continuidad con un par de encuentros más a lo largo de este año y en 2020 se repetirá la experiencia” aseguró Linquiman.

Ellos presentaron en el escenario una canción escrita por Gustavo Musko, Somos Emaús Bariloche. Compañía, unión, melancolía, son tres palabras que hablamos a veces en grupo, las cosas que hemos vivido. No Somos un Montón de Hojas Caídas, Laberinto de Emociones, Cantando Cosas Humildes -el pasado y la locura que trae cada uno-, Humanidad Incandescente, Ardiente Llama de Amor. Palabras y sentimientos del escritor de Emaús, que se convierten en un sentimiento general de los muchachos. Casalla y Miraglia les pusieron música a las palabras y así se convirtió en el Himno del Hogar.

La Murga de Emaús, cuando comenzó hace algunos años, era solo un momento de hacer música y distraerse, poco a poco fue tomando más fuerza y luego en base a presentaciones y dedicación, adquirió la forma actual, algo que los llena de orgullo. “Carlitos nos acompaña hace cuatro años y ese profesionalismo se va notando” resaltó Linquiman.

Susana Alegría

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