19/01/2019

Florencia Burton muestra su faceta “Onírica”

Adrián Moyano
Florencia Burton muestra su faceta “Onírica”
Florencia Burton, entre delfines y el Nahuel Huapi.
Florencia Burton, entre delfines y el Nahuel Huapi.

Buena parte de su producción de 2018 está en el exterior en la actualidad. Sin embargo, la circunstancia no fue obstáculo para que la plástica quisiera compartir su arte, hasta el 11 de febrero, con los vecinos de la ciudad donde nació en 1983.

Las atmósferas casi irreales que propone Florencia Burton en sus pinturas contrastaban con contundencia frente al clima que imperaba en la Sala de Prensa de la Municipalidad. El viernes, minutos después de que abriera formalmente la muestra, se llevaría a cabo una conferencia de prensa sobre la problemática del transporte público. El bullicio que reinaba adentro y afuera del recinto, quizá realzara más el silencio que acompaña a toda ensoñación, rasgo recurrente en los trabajos de la expositora.

“La titulé Onírica y, en este caso, son ocho obras de arte”, le dijo la plástica a El Cordillerano, después de recibir felicitaciones de colegas. “De todas mis muestras hasta el momento, es la más chiquita: hay obras desde 2014 y otras que terminé hace unos días. Onírica remite un poco a imágenes de ensoñación, escenas surreales o fantásticas pero, para mí, una fuente de inspiración muy grande es la naturaleza”, resaltó.

Burton precisó el concepto: “me encantan los reinos de la naturaleza: los elementales, los cristales, los árboles, los animales y todo lo que tiene que ver con esa cuestión onírica. La mística y magia de las flores, por ejemplo... Nosotros también formamos parte de la naturaleza, entonces, en estas obras, se puede ver reflejado este mensaje y mi profunda inspiración de fundirme con la naturaleza, con su magia, vuelo y sueño”, insistió.

Cuando habla de fusión, sólo hace falta echar una ojeada para redondear el concepto: son varias las figuras humanas cuyos contornos se desdibujan para confundirse con formas de árboles u otros seres. “Exactamente, hay mujeres árbol y una pareja de árboles que se ama. Se titula Romance y sí, es una obra bastante romántica, una cuestión de ensoñación linda”. Pero la temática tiene una explicación: “El año pasado hice una cantidad de obra, pero no llegué a exponerla en la ciudad. Se expuso directamente en el extranjero y quedó exhibida en Estados Unidos. La primera escala fue en Hawái y ahora está en Oregón. Estoy muy contenta porque es mi primera exhibición en el exterior, así que aquí quedaron algunas obras bastante antiguas y otras muy recientes”.

Mensajes para la humanidad 

La chance estadounidense surgió dos años atrás, “cuando me contactó una escritora (Adena Tryon) a través de Google. Me mandó un mail porque había encontrado un arte mío, un círculo sagrado con la geometría de la flor de la vida y tres delfines que nadaban alrededor. Era una obra bastante, bastante vieja pero ella estaba escribiendo un libro new age en el que canalizaba mensajes de los delfines para la humanidad. Ella es trabajadora social y presta un servicio bastante importante de ayudar a los demás”, introdujo la barilochense.

La cuestión es que la escritora quería una licencia para usar su trabajo en la portada del libro. “Nos hicimos muy amigas y tuvimos mucha afinidad. Ella armó su sitio web y empezó a vender impresiones o reproducciones de mis obras. Después, empezó a organizar retiros de sanación y de meditación para entrar en estados de equilibrio, conciencia y balance con arte y yoga, en lugares donde se pudieran avistar delfines o nadar con ellos. El primero fue en Hawái y, bueno, hasta allí me llevó el destino”, sonrió Burton.

La artista nació en esta ciudad en 1983 y vive cerca de Península San Pedro. Su acercamiento al mundo de los delfines fue “increíble. Cuando nació mi primera hija, que ahora ya tiene casi 9 años, empecé a pintar un cuadro de delfines y, luego, otro. Antes, había tenido una visión en un atardecer: estaba buscando rumbo o alguna señal, incluso antes de conocer a mi marido. Estaba caminando por Melipal y terminaba una tormenta. Salí a caminar justamente atormentada y, de pronto, me di vuelta… Estaba saliendo el Sol, las nubes se estaban tiñendo de dorado y había delfines en las nubes. Ahí sentí como una paz: había algo que ya estaba destinado”, compartió, enigmática.

De ahí en adelante, “empecé a pintar delfines. Yo nunca los había visto, salvo en algún acuario de Mar del Plata (risas) y, años después, ocurrió todo esto. Entonces, a Estados Unidos, llevé más pinturas de delfines, algunas medio surrealistas y otras hiperrealistas, con arrecifes. Con esos tuve que trabajar con muchos colores, complementarios y contrastados. Ahí sentí que tuve otro aprendizaje y más evolución en la paleta que venía utilizando”, destacó Burton.

La plástica pudo acompañar a sus obras en el viaje hacia Hawái. “Formé parte de un grupo de cinco mujeres, en un encuentro bien íntimo: una noruega instructora de yoga muy conectada con los delfines y las ballenas, otra chica alemana muy espiritual e interesada en los pueblos originarios y otras dos estadounidenses, una de ellas doctora en Filosofía súper inmersa en el chamanismo y Adena, la escritora”. Su camino fronteras afuera, recién comienza. ¿O será fronteras adentro?

Soñar es importante 

Florencia Burton es muy capaz de exponer en el hotel Llao Llao –allí la conoció este cronista- o en un cotizado destino internacional, pero no tiene ningún problema con hacerlo en la Sala de Prensa de la Municipalidad, por más precaria que luzca como espacio de exposición. “Es mi ciudad. Estuve en Hawái, donde uno dice: ¡guau! El Pacífico, realmente algo onírico que, por ahí, uno ni siquiera se plantea pero el paisaje de la Patagonia y, en particular, en Bariloche, es muy majestuoso”.

Hay que tomar nota de las palabras de la artista. “Volví acá y dije: amo este lugar. Es muy fuerte: el Nahuel Huapi, las montañas, la nieve, los bosques, la estepa, los cóndores… No lo cambio por Hawái, aunque sé que profundamente en mi corazón están los delfines, están la alegría y la flexibilidad con la que nadan. Los vi y ya estamos planeando un próximo viaje a Bahamas para nadar con delfines, que todavía es una asignatura pendiente”.

Sin embargo, “en la Patagonia, todavía hay más flores que en Hawái, hay más belleza y una cosa que me encanta. Así que quise estar presente en mi ciudad porque uno siempre es el mismo y el arte es para todos. En mi caso, la misión es irradiar que hay algo más, que uno se puede detener un momento a contemplar algo diferente y el mensaje especial de esta muestra es que soñar es importante. Hasta los sueños más locos se pueden hacer realidad, como el que te acabo de contar”. Hay que creerle.

Adrián Moyano

Te puede interesar
Ultimas noticias