"Operativo desmedido y sin dirección eficaz"  

El fiscal Martín Lozada avanzó gran parte de su alegato durante la jornada de este jueves. Cuando el turno era para su par Eduardo Fernández, el tribunal dispuso un nuevo cuarto intermedio por lo que la actividad continuará este viernes.

De lo expresado por Lozada se desprende que la fiscalía pronunciará una petición similar a la que se escuchó en boca de las partes querellantes.

Sobre la situación particular de aquel día, Lozada señaló que “la intensidad del conflicto no disminuyó, fue paulatino y gradual, pero siempre en ascenso” y remarcó que varios de los testimonios policiales “vinieron a tergiversar la realidad para menguar la responsabilidad de sus compañeros”. En esta línea reveló que al momento en que la cúpula policial decidió continuar su agenda y dirigirse a El Bolsón para mantener un encuentro con la viuda del médico policial Guillermo Neuman, “existían indicadores objetivos de alarma y los jefes debieron cambiar la prioridad”, señalando que a ese momento del día “el conflicto se encontraba en curva francamente ascendente”.

Lozada evaluó el accionar policial como “desmedido y carente de dirección eficaz”, siendo el carácter de la situación de “una conflictividad extraordinaria e inusual”. Además, tildó de “caótico el aprovisionamiento de munición” y destacó, al igual que la querella, que once de las personas que resultaron heridas fueron alcanzadas por perdigones de plomo o goma, por la espalda.

Remarcó que entre los manifestantes no hubo detenidos, ni se hallaron bidones con nafta o artefactos incendiarios “sólo piedras” y en ese sentido destacó que “el uso de munición letal merece una respuesta contundente”, al tiempo que subrayó que “ningún jefe policial intentó el diálogo” y que de un registro fílmico se podía determinar que sólo en el transcurso de un par de horas la policía realizó más de mil disparos contra los manifestantes.

Evaluó Lozada que “muchos de los testigos vinieron francamente a mentir” y argumentó que “son versiones que contradicen notoriamente con la prueba rendida”. En ese sentido destacó que se impone el espíritu de cuerpo “con vicios capaces de corromper la verdad”.

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