29/07/2018

Innovar frente a la obesidad

La novedad puede prestarse a humoradas pero, en realidad, parece una iniciativa digna de imitación. Más allá de la nota de color, es una gran idea para atacar una acuciante preocupación de la salud pública: en Inglaterra, pusieron en marcha una liga de fútbol exclusiva para gente que sufre sobrepeso. La meta es fomentar la vida saludable e incluir a quienes, habitualmente, quedan afuera de los certámenes competitivos.

La propuesta no está exenta de humor, ya que se denomina “fatball” (“fat” es gordo o gorda, en inglés). Su propósito es darles la posibilidad a las personas con sobrepeso de contar con ámbitos donde puedan llevar a cabo actividad física con comodidad, además de reinsertarse socialmente sin sufrir exclusiones por cuestiones de discriminación social, a raíz de los cánones que se aceptan mayoritariamente.

La “fatball” es iniciativa del médico Andrew Shanahan, quien la pensó para “ayudar a los hombres que quieren perder peso”. La modalidad incluye elementos adicionales: además de la puntuación tradicional, el certamen otorga un plus a los equipos que más kilos pierden, bono que se añade al finalizar el campeonato. Entonces, el título de campeón no sólo coincide con el logro deportivo, sino también con el mejoramiento de la calidad de vida.

Lejos de tomarse la obesidad como un drama, la Liga bromea con la problemática. Los nombres de los equipos emulan a los grandes del fútbol inglés pero con simpática ironía: Tottenham Hot Dogs o Aston Vainilla, entre otros ejemplos. La iniciativa es muy reciente como para evaluar su funcionamiento pero, en primera instancia, asoma como un intento muy válido.

En la Argentina, la obesidad entre los sectores de menores recursos es considerada, por el ministerio del área, como un asunto de salud pública desde mediados de la década pasada. El fenómeno no se circunscribe a nuestras fronteras. Incluso, en países del Primer Mundo, llega a tales magnitudes que, por ejemplo, las autoridades educativas francesas prohibieron oportunamente la comercialización de ciertos productos de “comida chatarra” en el interior de las escuelas públicas.

Se denomina “comida chatarra” o “basura” al conjunto de alimentos que posee un alto contenido en azúcar y grasas. Como sus precios son bajos, también son los más accesibles para los sectores empobrecidos. Además, suelen comercializarse en los establecimientos de comida rápida, una de las cuestionables modalidades culturales que más consecuencias tiene sobre la salud de los seres humanos.

Por ejemplo, una lata de gaseosa de las marcas líderes, al igual que las bebidas para deportistas, contienen 35 gramos de azúcar. En consecuencia, cuando se ingiere una latita, ya se supera la dosis mínima diaria pero, como contrapartida, no se recibió ningún tipo de nutrientes. Son calorías que están vacías de elementos nutritivos y plenas del azúcar refinado. Este endulzante es ingrediente de los alimentos industriales y se erige como la causa principal de la obesidad. Si bien no irán a incidir sustancialmente sobre la gravedad del problema, innovaciones como la “fatball” permitirán limitarla y de una manera divertida.

Te puede interesar
Ultimas noticias