26/03/2018

Un elemento que no puede faltar en nuestra vida

La alegría es un poderoso motivador que no debería faltarnos jamás. Hoy en día mucha gente vive triste, lamentándose por lo que pasó o no pasó en sus vidas.

Doctor Bernardo Stamateas
Un elemento que no puede faltar en nuestra vida

Lo cierto es que el hecho de que se active la alegría en nosotros no depende de las circunstancias, sino más bien de la decisión de que haya alegría. 

¿Alguna vez te encontraste diciendo: “Esa persona me hizo enojar”? Los demás no determinan cómo nos vamos a sentir. Es uno mismo el que tiene el control remoto que enciende o apaga sus emociones. Yo (y nadie más que yo) tomo la decisión de enojarme, de entristecerme, de alegrarme, etc. Por eso, la alegría es una actitud interior, una elección, y no está supeditada a lo que pase afuera.

Todos los seres humanos poseemos la capacidad de liberar alegría en cualquier situación en la que nos encontremos. No importa si nos sentimos bien o nos sentimos mal. Comparto a continuación algunas acciones que pueden colaborar a tal fin:

Imaginar en grande (tener sueños grandes)

Uno de los motores más efectivos para automotivarnos y seguir adelante con alegría, a pesar de las dificultades, es perseguir un sueño grande. Es decir, imaginar que algo mejor está por venir.

Dar las gracias en toda circunstancia

Está comprobado que ser agradecido puede cambiar cualquier atmósfera negativa. Siempre podemos hallar algún motivo por el cual agradecer, aun cuando se trate de algo insignificante. Para mantenernos alegres, tenemos que vivir agradecidos “en” todo (que no es lo mismo que “por” todo).

Creer que todo es posible

Todos aquellos que han dejado alguna huella positiva han descartado el término imposible de su vocabulario, pues ellos creen que “todo es posible”. Y cuando un ser humano activa su fe y decide creer que “se puede”, aunque tenga el mundo entero en su contra, tarde o temprano lo ve convertido en realidad.

Tener una mirada doble

Esto significa no mirar solo lo que se ve, sino además lo que es invisible. ¡Y verlo multiplicado! Entonces si hoy tenés 10 clientes en el negocio que recién comenzaste, necesitás ser capaz de verte teniendo 20 el próximo mes. Ver un futuro mejor nos llena de alegría.

Aprender de lo malo que nos sucede

A todos nos sobrevienen situaciones difíciles que quisiéramos evitar. Pero incluso la peor experiencia que podamos atravesar nos puede enseñar una lección positiva que nos ayude en el futuro. Es una especie de “vacuna” para que, cuando suceda algo malo nuevamente, no nos afecte más de la cuenta y seamos capaces de superarlo con rapidez.

Hablar positivamente

¿Sabías que tu vida se mueve en la dirección de tus palabras? Hay poder en nuestra boca. Por eso, en cuanto nos levantamos, deberíamos hablar todo lo bueno que deseamos conseguir ese día. Actualmente escuchamos palabras de desánimo la mayor parte del tiempo y resulta fácil contagiarse. Pero los seres humanos fuimos creados para pensar, sentir y actuar positivamente. Y nuestra boca es la clave para ello.

Saber que nos esperan oportunidades hacia adelante

Muchas veces una situación que se presenta como algo negativo con el tiempo se transforma en un beneficio para nosotros. Es entonces que uno comprende por qué pasó lo que pasó. Aun en la adversidad más terrible, siempre es posible seguir adelante creyendo que todavía nos aguardan buenos tiempos en el futuro.

Repetir: “Este es mi momento”

No se trata de una frase mágica, sino de decidir creer que vamos a triunfar, a pesar de los obstáculos. Las oportunidades no dependen de una determinada situación económica, ni de un gobierno, ni de la posición social con la que hayamos nacido. Hay oportunidades para todos y están más cerca de lo que nosotros pensamos. Solo hay que estar atentos para verlas y capturarlas, sin esperar que vengan a nosotros.

Una forma de amarnos y cuidarnos sanamente es activando la alegría en nuestra vida, la cual aleja el miedo de nosotros y es altamente contagiosa en un mundo tan pero tan necesitado de ella.
Si tenés alguna inquietud podés escribirme a [email protected].

Doctor Bernardo Stamateas

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