13/03/2018

Sobre los embates contra Francisco

Como toda persona que desafía cualquier aspecto del estatus quo, el papa Francisco merece la reprobación de los sectores más conservadores y el apoyo de aquellos que procuran cambios. Al cumplirse el quinto aniversario de su papado, los grandes medios de comunicación detuvieron su mirada en la fecha y algunos de ellos, afirmaron que la coyuntura actual es la más compleja que le toca enfrentar al “papa argentino”.

Con 81 años, Francisco despliega una intensa actividad que contraría aquel pronóstico de brevedad sobre su pontificado que él mismo exteriorizó. En el resto de 2018 le aguardan viajes a Suiza e Irlanda, su presencia en un sínodo de jóvenes y la Jornada Mundial de la Juventud en enero de 2019. Si bien puede afirmarse que todavía recibe más apoyos que críticas, la novedad radica en que algunas de sus actuaciones recientes no fueron del agrado de las alas más progresistas de la Iglesia, que hasta su viaje a Chile expresaba acompañamiento.

Según el británico The Guardian, “los esfuerzos de reforma de Francisco lo hicieron muy impopular entre los católicos conservadores, pero ahora el ruido de descontento se ha extendido hacia los liberales que lo apoyaban”. En tanto, una revista católica francesa cuestionó la “férrea defensa del papa al obispo chileno Juan Barros contra las acusaciones de encubrimiento”. El autor de la nota se preguntó si ese respaldo puede considerarse “un punto de inflexión en su pontificado”. No obstante, a dos días de retornar de Chile, Francisco envió a un arzobispo para que se consagrara a investigar el asunto.

Desde la derecha, no cayó bien la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, que abrió las puertas al sacramento de la comunión para aquellos católicos divorciados que se volvieran a casar. En septiembre último, 60 teólogos, religiosos e historiadores difundieron una carta en la que acusaron al pontífice de apoyar “directa o indirectamente”, algunas “proposiciones falsas y heréticas”. Y de “propagar” esos postulados al interior de la Iglesia. Hasta se habló de posibilidades de cisma.

Para un especialista del diario español ABC, muy cercano a la Iglesia, esa reacción fue potenciada por “portales digitales conservadores” pero en los hechos, la irritación corresponde a un “porcentaje de eclesiásticos” que sería mínimo en comparación con la reacción que generó “cualquier otro documento innovador en los últimos cien años”. Para ABC, el verdadero problema que enfrenta el papa es su entorno.

Más allá de la interna eclesiástica como andamiaje de poder, es comprensible que a Francisco I se le compliquen las cosas, tanto afuera como adentro. Recordemos que tres años atrás, abrió su “carta encíclica” con referencias hacia Francisco de Asís, mención que al interior de la Iglesia es una toma de posición, a la que hay que sumar la elección de su propio nombre. Además, el mensaje se entroncó con la vertiente “ecologista” de la institución, cuya existencia fue una sorpresa para muchos.

“Laudato si” significa “alabado seas” en relación a Dios. Según el pontífice, “en ese hermoso cántico (Francisco) nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos”. El papa enseñó que el canto en cuestión decía “alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba”.

Para el documento, “esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”. Esa aseveración tiene destinatarios directos que evidentemente, tomaron nota: “Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que ‘gime y sufre dolores de parto’”, aunque nadie está en condiciones de pronosticar el nacimiento de nada bueno.

“Laudato si” también establece que los humanos “olvidamos que nosotros mismos somos tierra. Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura”. Desde ya, se trata de un aserto cuya obviedad es tan contundente que parecería superfluo, pero no sucede tal cosa a raíz del comportamiento de las grandes corporaciones, la abrumadora mayoría de los gobiernos y una enorme masa de humanos que parece limitarse a consumir irreflexivamente sin noción ética alguna. No deberíamos sorprendernos si se agudizaran los embates contra el papa Francisco, desde diversos orígenes.

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