Artistas que se dejan permear por indicios y fenómenos

Por Adrián Moyano
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Un indicio es una huella o una señal, un signo que permite inferir un suceso del pasado, o bien suponer otro que se desencadenará de manera más o menos inminente. Al menos en forma parcial, el indicio suple al conocimiento directo. Es una deducción. En Bariloche, los indicios forman parte de nuestra vida: “bajaron los loros, va a nevar”, solemos decir o pensar... Nos anuncian o informan sobre fenómenos.

Obras de Ingrid Roddick, Catalina Galdón, Moma Mozetich y Margarita Rosenkjaer dialogan entre sí y recrean esa relación. La muestra se llama precisamente “Indicios y fenómenos” y quedó inaugurada en Piso 3 Espacio de Arte, el ámbito que, al persistir durante casi 13 años, se agiganta.

Siempre en Design Suites Bariloche, bajo el impulso de la propia Roddick y Silvia Barbosa. Un lugar de cobijo para el arte contemporáneo.

La propuesta de Mozetich mucho tiene que ver con uno de los conceptos del título: “estoy mostrando dos series de dibujos. Una se llama ‘Probatorio’: juego con los títulos de los dibujos como si fueran la prueba de un juicio… Arbitrariamente, decidí que cada uno se llamara ‘La realidad de los hechos o Prueba documental’, es un lenguaje procesal porque, en este momento, cuando la realidad se puede construir a partir de determinados relatos, hice un paralelo con lo que sucede en los expedientes: cada parte cuenta su realidad. Yo construí mi propia prueba de una manera arbitraria”, desafió.

En tanto, “la otra serie se llama ‘Espacios y silencios’, también de dibujos… Además, estoy mostrando una pintura que tiene que ver con una intervención sobre una fotografía de un faro que tomé hace un tiempo, cuando hice un video existencial. Ese es otro de los temas que trabajo en mi obra: narrar a través de la obra, dar cuenta de la existencia de cada día”, señaló. Mozetich es oriunda de Necochea, costa atlántica bonaerense. Al interior de ese faro, destella una sirena.

En cuanto a Catalina Galdón: “presento tres trabajos diferentes entre sí, no hay un hilo entre ellos. Uno tiene que ver con la erupción del volcán, la última que padecimos... Fue mi manera de transitar esa angustia: tejer, repetir, como el acto meditativo del tejido. Fue una manera de elaborar esa angustia de la precariedad y lo efímero de la vida”, describió. “Después, la caja con las piezas en cerámica. Vengo haciendo, hace muchos años, un trabajo que tiene que ver con semillas de la zona y también soy alfarera. Mi trabajo cotidiano tiene que ver con la cerámica; entonces, fue seguir trabajando esa idea, a la que trabajé, mucho tiempo, con dibujos. Fue llevarla a los objetos: la semilla, lo que entraña, la potencia de vida que tiene”.

Tecnología en el confín

Finalmente, para Galdón, “la tercera es un mapa de la Antártida. Estuve, hace unos años, en una residencia artística en Base Esperanza, en un programa de la Dirección Nacional del Antártico que convocaba artistas para pasar una temporada en las bases y generar obra con esa experiencia.

Dentro de la infinidad de cosas que sucedieron y me impactaron, una fue la tecnología, que ya llega hasta los últimos rincones: un lugar súper aislado, un confín, pero que está lleno de celulares y televisión satelital. Con esa idea, trabajé ese mapa tecnológico”, explicó.

En su faceta de expositora, Roddick apuntó que también la desveló el Caulle – Puyehue. “En mi obra, está la relación con el volcán. Trabajé, en aquel momento, con ese tema y, este año, retomé, a partir de una reflexión con un grupo de artistas con el que empecé a trabajar sobre cuánto influye realmente todo lo que sucede en el medioambiente, en nuestra vida y en nuestra obra. Yo hago mapas dentro de mi obra y me di cuenta de que no tenía de volcanes, era un tema pendiente que sentía que necesitaba trabajar”.

En ese tránsito, “había encontrado, buscando, unos mapas de volcanes en Japón, que eran increíblemente bellos, con colores brillantes, saturados, y yo pensaba que la sensación que uno tiene es gris y de destrucción. Entonces, tiene que ver con eso: mapas con colores luminosos, saturados y la pluma del volcán que nos trajo la piedra y la ceniza, todos esos meses de aislamiento, que están trabajados sin color”.

Ausente físicamente, a raíz de un viaje, tocó a sus compañeras de exposición presentar la obra de Margarita Rosenkjaer. “Rita pinta endiabladamente; tiene una producción muy importante de pintura. Muchos de sus trabajos tienen que ver con las redes y los vínculos, las redes entre las cosas; y, en esa pintura, se ven esas sutiles uniones y redes, pensando desde distintas relaciones entre personas y cosas de nuestro entorno”, contó Roddick. “Trasunta intimidad la obra de Rita, me parece una obra íntima y muy sutil. La sutileza está en su trazo leve y también hay juegos visuales”, sumó Mozetich. En definitiva, un pluri-verso (bastante más que un universo) de fenómenos y, sobre todo, de indicios.

Arte y sorpresa

En su rol de curadora, Ingrid Roddick describió la nueva muestra de Piso 3 Espacio de Arte. “Somos cuatro artistas de Bariloche. Las cuatro vivimos acá, aunque de diferentes procedencias y trayectorias. Tenemos en común que trabajamos acá influidas por el ambiente geográfico en mucha de nuestra producción. Eso se ve en algunas de las obras. Pensamos ‘Indicios y fenómenos’, como título, por el tipo de obra: algunas son producto de fenómenos sorpresivos, como las erupciones de volcanes”.

En cambio, “otras son más desde esos pequeños fenómenos que nos dicen que está pasando otra cosa que no percibimos. La definición de indicio me parecía muy interesante: es un fenómeno que habla de otro que no percibimos. Eso sucede con algunas de las obras que estamos mostrando”. Si bien es verdad que hay una conversación entre las obras de las cuatro, las de Moma Mozetich y Margarita Rosenkjaer sería las más indiciarias. Las de Roddick y Galdón, las más fenoménicas.