24/11/2016

Buscando el pasado de cada imagen, difunde el presente e intenta mejorar el futuro

- OSCAR DHOOGE, FOTO-DOCUMENTALISTA SOCIAL - Cuando está encendido el fuego de la solidaridad, son muchos los caminos que se pueden tomar para ayudar a la gente. Uno de ellos es la difusión, y Oscar Dhooge lo hace mediante la fotografía, audiovisuales y plataformas en Transmedia, documentando situaciones o estilos de vida que pasan desapercibidos para la mayoría de la gente. Está nuevamente de paso por Bariloche, siguiendo la labor que realiza el Grupo Encuentro con los niños y recopilando material para su nuevo documental.

Buscando el pasado de cada imagen, difunde el presente e intenta mejorar el futuro
El fotógrafo documentalista que está desarrollando su trabajo en Bariloche.
El fotógrafo documentalista que está desarrollando su trabajo en Bariloche.

Dhooge nació en Watervliet, Bélgica, pero hace 11 años que vive en Barcelona, España. Su enfoque apunta hacia los Derechos Sociales y Humanos de grupos minoritarios, así como el rescate de la memoria Histórica, temática sobre la cual publicó recientemente el libro “Hijos de las Barracas” junto con el escritor Jesús Martínez. Actualmente trabaja con el colectivo The Visual Suspects en el proyecto Social Transmedia “Invisibles”, ha editado un trabajo sobre los refugiados Sirios en su ciudad de residencia, el cual actualmente circula por varios festivales de Derechos Humanos.

El Cordillerano: ¿Trabajás para algún medio de comunicación español?

Oscar Dhooge: No, trabajo de manera independiente o por encargo. Hoy en día es muy difícil conseguir entrar en la plantilla fija de un medio de comunicación, y más trabajando con estas temáticas. Por suerte cada vez hay más plataformas alternativas y medios digitales que dan lugar y voz a este tipo de trabajos.

Desde muy chico la imagen en sí le llamaba la atención; comenta que veía una foto y trataba de imaginarse el pasado de esas personas, la vida que llevaban, incluso sus sentimientos. De allí su búsqueda de la memoria.

E.C.: ¿Cuál es la diferencia con la actividad de un reportero gráfico?

O.D.: El reportero va por ejemplo a una manifestación y capta imágenes, un registro del momento. El documentalista va más allá, intenta analizar, entender y profundizar en ese mundo. Dado que los documentales son trabajos de media o larga duración, el enfoque y la metodología son totalmente diferentes. De entrada ya piensas en el formato, si será un trabajo editorial, un documental lineal, un trabajo interactivo, o un formato en Transmedia. Tener la posibilidad de poder trabajar en equipo con un escritor, antropólogo o historiador abre aún más caminos.

E.C.: ¿Cómo llegaste a Bariloche?

O.D.: Mi pareja es de Buenos Aires y tiene parte de su familia aquí. Mi primera visita fue en 2013, volví en 2014 y regresé ahora. Cuando vine conocí el Bariloche que se conoce en todo el mundo, un paisaje increíble, un lugar de la Patagonia único, pero sabía que había algo más. Busqué en internet y la primera noticia que encontré fue la de los saqueos en los supermercados. Consulté con algunas personas y me recomendaron no recorrer los barrios del Alto, que era peligroso y para nada seguro. Eso me terminó de convencer que era el camino correcto.

E.C.: ¿Cuándo empezaste concretamente a trabajar con el Grupo Encuentro?

O.D: En 2013, sabiendo de la situación del Alto, quise visitar estos barrios. Uno de mis cuñados me llevó a conocer y sentí que había mucho por hacer. A simple vista se ve el flagelo de la falta de trabajo y del abandono por parte del estado. Me impactó la precariedad con la que viven muchas familias. En ese momento tomé algunas fotos y planeé profundizar en el tema. Durante el año siguiente busqué organizaciones locales que trabajaran en la zona, contribuyendo a mejorar esta realidad. Así conocí al Grupo Encuentro y luego de algunos contactos por mail y Skype, comenzamos a trabajar en el invierno de 2014. ¬¬¬¬.

E.C.: ¿Sos consciente que te metiste en un camino sin retorno?

O.D.: Básicamente sí, es lo que elegí, pero es una necesidad que no puedo dejar de lado. En el Grupo Encuentro hay una necesidad, hay un colectivo que lo lleva adelante. Con mis fotos no voy a cambiar el mundo, pero ayudo a que se conozca lo que hacen, intento analizarlo y abrirlo a la mayor parte de la sociedad que sea posible.

Dhooge trata de ser invisible en su labor para hacer visible la labor solidaria de Luis y Edith; él porque lo ha elegido así, para captar realidades sin que las altere su presencia y ellos porque el sistema los ha ido cubriendo en el olvido. Es con difusión que tanto la labor del Grupo Encuentro como la de otros centros sociales, centros de abuelos y sectores vulnerables vuelven a establecerse en la sociedad.

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E.C.: ¿Cuál fue tu primera impresión de ese sector de la sociedad?

O.D.: Que no sólo es atacado por el sistema, también por el clima. La primera vez los visité en invierno y es realmente impactante cómo los afecta la nieve, el viento y la lluvia, las necesidades básicas de alimento, abrigo y calefacción. Más allá de las necesidades materiales, hay muchas personas que valoran el tiempo que se les dedica. El Grupo Encuentro acompaña a los pibes ayudándolos a resolver sus necesidades básicas y favoreciendo su desarrollo personal. No mediante el asistencialismo, sino centrándose en la educación, la estimulación de la sensibilidad y la generación de recursos. Para que desde la solidaridad, el trabajo, el esfuerzo y el juego puedan reconocerse como protagonistas de su propia historia y construyan nuevos proyectos de vida.

E.C.: ¿Sospechabas que te ibas a encontrar con esa otra cara de Bariloche que no se conoce en el exterior?

O.D.: Si, porque cada ciudad y cada país lo tiene y no hay que buscar mucho para encontrarlo, no debería ser así pero estaba convencido que sí. Lo que acá llaman villas o tomas, en España son barracas. También estuve trabajando en el barrio San Agustín de Santa Fe y he visto cosas muy fuertes. Me arriesgo a decir que mucho peor que aquí, narcotráfico, violencia de género y abandono de los niños, sobre todo en lo que respecta a su salud. Madres muy jóvenes que repiten la experiencia de sus madres, un círculo que no se detiene.

Allí radica la importancia de la difusión, “tenemos que insistir, seguir trabajando para que los gobiernos tomen conciencia de lo que está sucediendo” comentó Oscar.

E.C.: ¿Cómo hacés para no involucrarte demasiado?

O.D.: En cada situación hay que estar alerta, inevitablemente las fotos más fuertes quedan registradas en nuestras cabezas y nuestros corazones. Durante todo el proceso de edición o selección de imágenes sigo involucrado, y esa fuerza trato de ponerla en el trabajo final. En cada guion sigo con la reflexión. Por eso mantengo los contactos, no sólo voy, saco fotos y desaparezco, sino que me interesa mantener el diálogo aunque sea desde la distancia. En realidad sí me involucro.

E.C.: ¿En qué medios insertás esos documentales o audiovisuales?

O.D.: Por suerte todavía quedan entidades, festivales, convocatorias o becas de registro documental. Uno de los más grandes es Visa pour l´Image en Francia o el World Press Photo o el certamen FotoPres la Caixa en España, en donde se presentan trabajos de corresponsalía de todo el mundo. Se registran situaciones que van del clásico fotoperiodismo de guerra hasta documentales de larga duración sobre temáticas actuales. Pero también existen festivales locales más pequeños en donde se exponen los trabajos de documentalistas emergentes.

E.C.: ¿Tenés pensado volver a la ciudad?

O.D.: Claro, hay mucho todavía por hacer. Además de las necesidades de los niños y la desigualdad social, tengo interés en conocer la realidad de la comunidad Mapuche residente en la zona.

E.C.: Puntualmente el trabajo del Grupo Encuentro qué destino tendrá?

O.D.: Con el material del 2014 hice algunas presentaciones en Barcelona, en encuentros de audiovisuales. Uno de los productos finales será un documental de 20 minutos que muestre la tarea que lleva a cabo el Grupo Encuentro, sus rutinas, los talleres y el enorme apoyo que estos educadores sociales prestan a la comunidad. Con este material esperamos tener difusión en festivales y encuentros de Derechos Humanos. Contemplo además la posibilidad de implementar un taller de fotografía participativa en Bariloche, que fomente las inquietudes creativas de estos niños y brinde un espacio de reflexión y libertad que los ayude a fortalecer su identidad individual y grupal.

Hay una frase de Pitágoras que me gusta mucho y siempre tengo presente: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.”

Para conocer más del trabajo de Oscar Dhooge, esta es su página web: www.oscardhooge.com

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