Ingrid Roddick apronta el libro de artista “Río Caleufu”

La utilización del vocablo “libro” puede conducir a equívocos. Aquí no hay portada, ni índice ni páginas y no hacen faltan señaladores. Ingrid Roddick nos enseñará que por libro de artista hay que entender un objeto que puede asumir formatos muy distintos pero el que nos ocupa, se despliega entre brazos abiertos y permite ver el recorrido primoroso de un río cuya carga histórica deja paso a serena belleza, entre colores y bordados.

La creación de la plástica refiere al Caleufu y en breve, viajará hacia Málaga para participar de una exposición de precisamente, libros de artista. La relación entre Roddick y el curso de agua se remonta a tiempo atrás. “Desde hace muchos años, es un lugar al que visitamos de campamento en las salidas que uno hace en el verano. Voy ahí desde los 20 años, con amigos y familia. Este trabajo tiene que ver con el recuerdo de esas salidas que hacía cuando era más joven y pensaba todo lo que iba a hacer en el futuro, los sueños que compartía con amistades y los grupos con que interactuaba. La vida va pasando, uno cumple unos sueños y otros no, hay amistades que se pierden y bueno, este libro en especial tiene que ver con eso”, expresó.

Quienes sigan su trayectoria artística, estarán al tanto de sus mapas coloridos y de su afán por las inquietas aguas patagónicas. “Hace varios años que vengo haciendo libros de artista y también hace mucho que me interesan los ríos de la estepa… La actividad humana que se da a orillas del río: las poblaciones o los asaditos del fin de semana… Son lugares que atraen al ser humano. Me faltaba el río Caleufu porque tengo el Limay, el Ñirihuau y el Pichileufu, me invitaron en un proyecto para exponer libros de artista y buscando ríos y recuerdos, me decidí por el Caleufu”, rememoró.

Cuando tomó esa determinación, Roddick recordó que “tenía fotos de aquella época, 20 años atrás… Las busqué y contacté a un amigo que me había sacado a mí una foto. Además, me mandó otras nuevas de otras salidas en el mismo lugar. Esas dos fueron el pivote del libro junto a un texto que escribí con una máquina mecánica que encontré en lo de mi suegro, con mucha alegría. También fui a buscar mapas al Instituto Geográfico Nacional y junto con el Google Earth, pude dibujar el recorrido del río desde que nace de la unión de los ríos Filo Hua Hum y Meliquina, hasta que desemboca en el Collon Cura. Leí que tenía 52 kilómetros hasta que hicieron el embalse”, aportó la artista.

Esplendor

Al desplegar la versión final a la que arribó después de cuatro ensayos, el observador se encontrará con “el recorrido del río hecho en acuarela y sobre la acuarela, hay detalles de relieve bordados. Eso se refleja en la parte de atrás, donde hay textos y fotos que son atravesados por el bordado y de alguna manera, están sostenidos por el bordado al objeto”, explicó la artista. Palabras que siempre quedarán cortas al describir el esplendor de su obra.

Mientras producía los avances de su trabajo, Roddick compartió algunas alternativas en Facebook. Los comentarios que recogió incidieron para que tuviera ganas de continuar con el trabajo, si bien en esta etapa ya se redondeó. “Pensaba ahora cómo seguir adelante con la idea incorporando otras voces a la vivencia del espacio. Yo hablo de mi propia experiencia, yendo de campamento y recorriendo los caminos. Hace 20 años, luego de acampar en el lago, paramos en los pozones del río para un último mate o té y mi amigo Enzo Sauro me tomó una foto sacándole una foto a la cafetera abollada y tiznada que usábamos para calentar agua. Formalmente el libro gira alrededor de esa foto y la cafetera y de otra foto que él sacó en el mismo lugar este verano”, recordó.

Pero “desde que empecé a mostrarlo por las redes sociales he tenido comentarios como el tuyo”, le dijo al cronista. “Vos me comentaste que Huincahual, papá de Inakayal y más tarde Sayweke, estuvieron en esas tierras hasta que llegaron las columnas del Ejército argentino… Otro amigo me hizo un comentario similar y luego otro conocido me dijo que era su lugar favorito de pesca. Como cada lugar tiene diferentes capas de historia y vivencias, el subtítulo del libro es justamente: territorio de sensaciones y vivencias”. Entonces, a la manera de las viejas series o historietas, el libro de artista “Río Caleufu” también continuará.

Formas que desafían

Aportó Ingrid Roddick que en un libro de artista, éste “desafía la forma, organización, dimensiones, materiales, escritura o algún aspecto del libro para expresarse. Puede ser grande como una habitación y convertirse en una instalación o pequeño como una uña, desarrollarse sólo en el lomo o el canto, cambiar la secuencialidad, su encuadernación... No ser de papel, hay tantas alternativas... En general son únicos o tienen pocas ediciones, son artesanales y hechos a mano”.

La chance de mandar su trabajo al exterior se dio recientemente en Buenos Aires, cuando junto con Soledad Escudero mostraron su “Nahuelensis”, objeto al que los barilochenses pudieron ver recientemente en el SCUM, en ocasión de la IV Fiesta de la Palabra. “Participamos de una feria de arte y debíamos presentar alguna obra en conjunto. A ambas nos interesan los mapas y nos pusimos a pensar en nuestro sentido de pertenencia a Bariloche y en cómo todos habitamos las orillas del lago Nahuel Huapi”.

Entonces, “trabajamos a partir de la forma del lago realizando una obra en tela teñida y bordada, rellena de guata. La verdad que el Nahuelensis se convirtió en una especie de ser vivo, con diferentes etapas de desarrollo que fuimos registrando fotográficamente. ¡Hasta lo llevamos al Catedral para tomarle fotos en la nieve antes de llevarlo a Buenos Aires! A partir de nuestra presencia en la feria, nos invitaron a mostrar libros de artista en Málaga y empecé a trabajar sobre el río Caleufu”. Pura energía la del “otro río”.